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Fue un renovador del género en España frente a la censura del franquismo

Muere Félix Grande; de nuevo el mundo de la poesía está de luto

El escritor hizo de la guitarra y el arte flamencos otra de sus pasiones vitales

Foto
Félix Grande (1937-2014)Foto tomada de Internet
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 31 de enero de 2014, p. 4

Madrid, 30 de enero.

Félix Grande, el poeta español que más sabía del arte del flamenco y quien fue un niño de la guerra, murió en Madrid a los 76 años víctima de un cáncer de páncreas.

La voz poética de Grande irrumpió con fuerza en los años 60 del siglo pasado, cuando renovó la poesía española que vivía en la semiclandestinidad, debido a la censura y la represión de la dictadura de Francisco Franco.

El mundo de la literatura en español pierde de nuevo a un poeta, después de los recientes fallecimientos de Juan Gelman y José Emilio Pacheco.

La poesía está de nuevo de luto. Ahora se apagó la voz de uno de los poetas más reputados y celebrados de las décadas recientes en España, un escritor entregado a la innovación de su propia tradición, pero también entregado al culto y estudio de los clásicos, así como a otra de sus grandes pasiones: la guitarra flamenca y todo cuanto tenía que ver con el arte del flamenco.

Contra la persecución

Félix Grande nació en Mérida, en la comunidad de Extremadura, el 4 de febrero de 1937. Es decir, en plena Guerra Civil española (1936-1939), que, como a millones de españoles, también lo marcó para siempre; su madre trabajó de enfermera en un hospital, mientras su padre combatía en el frente.

Tenía dos años cuando fue a vivir a la ciudad de Tomelloso –en Castilla La Mancha– con su abuelo materno, que era cabrero.

El poeta permaneció en esa localidad hasta los 20 años, entonces decidió emigrar a Madrid para iniciar sus estudios de literatura y estar más cerca del ambiente literario que, a pesar de la censura y la persecución, estaba presente en la capital española.

Su primer trabajo relacionado con la literatura fue como redactor en la revista Cuadernos hispanoamericanos, en la que trabajó con 24 años y en la que en poco tiempo se convirtió en su director, entre 1983 y 1996. Fue entonces cuando se encontró de nuevo con la censura y con la persecución por motivos ideológicos, ya que fue sustituido con la llegada del nuevo gobierno conservador de José María Aznar.

Poesía, teatro, ensayo y novela

Otras de las aportaciones de Félix Grande a la literatura y a la poesía fue la colección de libros El puente literario, de la editorial Edhasa, además de su obra que abarca poesía, prosa y ensayo.

Entre sus libros destacan el poemario Las piedras (1964), Música amenazada (1966), Blanco Spirituals (1967), Taranto y Homenaje a César Vallejo (1971), Puedo escribir los versos más tristes esta noche y Biografía (1971), Años (1975) y La memoria en llamas (2004).

En prosa es autor de las novelas Las calles (1980), La balada del abuelo Palancas (2003) y los relatos Por ejemplo, doscientas (1968), Parábolas (1975), Lugar siniestro este mundo, caballeros (1980), Fábula (1991), Decepción (1994), El marido de Alicia (1995), Sobre el amor y la separación (1996), y Té con pastas (2000).

Entre sus ensayos más celebrados figuran Apuntes sobre poesía española de posguerra (1970), Agenda flamenca (1985), La vida breve (1985) y Paco de Lucía y Camarón de la Isla (1998).