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Quería hacer un documental para la familia, pero HBO lo eligió, lo cual es excelente, dice

De Niro estrena en Sundance cinta sobre su padre, un pintor expresionista

Una película que muestra el poder de la música para ayudar a los enfermos de demencia y de Alzheimer a despertar sus recuerdos, otra de las proyecciones destacadas del festival

También se proyecta un filme que aborda la historia de un joven violado por su padre, que purga condena

Foto
El actor junto a una de las obras de su padre, Robert de Niro, en Nueva YorkFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de enero de 2014, p. 8

Park City, 20 de enero.

El padre de Robert de Niro era un pintor expresionista abstracto en el ámbito artístico de la posguerra, que impulsó a artistas como Jackson Pollock y fue respaldado por la famosa coleccionista Peggy Guggenheim. Aunque fue exitoso al comienzo de su carrera en la década de 1940 y los 50, el trabajo de Robert de Niro padre quedó fuera de moda cuando el pop se volvió tendencia en los años 60.

Murió en 1993 a los 71 años, pero su historia es presentada ahora por su hijo, ganador del Óscar. De Niro hizo un documental sobre su padre titulado Remembering the artist Robert de Niro Sr, que se estrenó en el festival de cine de Sundance, que concluirá el 26 de enero, y se transmitirá por HBO en junio. A propósito del estreno, De Niro exhibió parte de la obra de su padre en la Galería Julie Nestor en Park City.

El domingo en una recepción en la galería, De Niro dijo que su intención era hacer la película para su familia. Quería hacer el documental sobre mi padre con imágenes, con cualquier tipo de ellas, gente, quien fuera que estuvo cerca de él y todavía viviera. Quería entrevistar a esas personas y hablar sobre él y hacerlo para la familia, para mis hijos y mis nietos, dijo. Y luego resultó que HBO lo eligió, lo cual fue excelente.

Posiblemente se sentiría incómodo

Cuando le preguntaron qué se imaginaba que opinaría su padre sobre la película, De Niro bromeó al decir que posiblemente se sentiría incómodo con toda la atención. “Estaría halagado por un lado y diría ‘bueno, no sé, no me parece que sea preciso’ o esto o aquello”, dijo.

De Niro contó que ha tratado de incluir la obra de su padre en su propio trabajo, como en su restaurante Tribeca Grill en Nueva York.

Le pregunté si me permitiría colgar algunas de sus pinturas ahí y pensé que no le iba a gustar para nada la idea, pero de hecho estuvo de acuerdo. Él mismo las colgó, especialmente las tres grandes pinturas en la parte trasera de la parrilla y me dijo que iba a ir con sus amigo de vez en cuando, una vez a la semana o cada 10 días para ir a cenar, dijo De Niro. Después le pregunté si podía hacer el menú y lo hizo, sigue ahí... seguirá ahí mientras exista el restaurante.

De Niro acudió a la celebración por el 30 aniversario del Festival de Cine de Sundance. El actor dijo que espera que su propio encuentro de cine, el de Tribeca, que fundó con su socia Jane Rosenthal tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, sea igual de exitoso.

Espero que nos vaya tan bien como a Sundance en 30 años, dijo De Niro sobre su festival, que cumple 13 años en la presente edición.

Terapia musical

En el encuentro se proyectó un documental de Michael Rossato-Bennett, su primer largometraje, que revela que la música puede ayudar a los enfermos de demencia o de Alzheimer a despertar sus recuerdos.

Alive inside: a story of music and memory (Vivo por dentro: una historia de la música y la memoria) está en competencia en el festival.

La película, muy emotiva, sigue los esfuerzos de Dan Cohen, fundador de la asociación Música y Memoria, para convencer a los hogares de ancianos estadunidenses de los beneficios de la música en los pacientes de demencia y Alzheimer.

Para sorpresa de los cuidadores de estos centros, el documental muestra cómo, con auriculares y reproductores de música, los pacientes encerrados en su mutismo y perdidos en el laberinto de la demencia senil, parecen recuperar algunos recuerdos y sentimientos al escuchar la música que les gusta.

El experimento, realizado ante cámaras, es impresionante y muchos pacientes comienzan a hablar, sonreír, cantar e incluso a esbozar pasos de baile ante sus atónitas familias, al escuchar el jazz de su juventud o de sus primeros coqueteos. Esto no es una cura, dijo a Afp Rossato-Bennett.

No hay forma de recuperar las células (nerviosas), que han sido destruidas. Es como si los lugares donde se almacenan los recuerdos se hubieran ido para siempre.

Pero la música tiene la capacidad de penetrar en los rincones del cerebro menos afectados por la demencia, que padecen cinco millones de estadunidenses. Según Rossato-Bennett, esta terapia puede contribuir a resolver un problema social creciente.

En 10 a 15 años, si no hacemos nada, tendremos que duplicar el número de camas en los hogares de ancianos en Estados Unidos, señaló el cineasta.

Pero apenas podemos pagar las camas existentes. Duplicarlas llevaría a la quiebra a este país. La gente va a tener que vivir en su casa más tiempo y la música puede ayudar.

Cuando uno tiene Alzheimer, el mundo se vuelve abrumador, uno ya no puede distinguir lo que está sucediendo dentro y fuera suyo. Vivir se convierte en una agresión, dijo.

Sin embargo, cuando a alguien se le da algo que le gusta, como la música de su juventud, el mundo se reduce al instante y se vuelve menos amenazante. La música permite así disminuir la ansiedad del paciente sin tener que recurrir a medicamentos, porque más allá de la música, lo que aborda el filme es la cuestión más general de la suerte de las personas mayores.

Los seres humanos con más drogas

El tema clave está en las pastillas que esta gente toma. Su torrente sanguíneo es el más sobremedicado del planeta. No hay seres humanos en este planeta con más drogas en su cuerpo”. Y es más fácil entrar en un hogar de ancianos con un nuevo medicamento que con un reproductor de música digital... Vivimos en una época, en la que ya no estamos muy seguros de cuánto nos preocupamos por los seres humanos. Según Rossato-Bennett, la humanidad está en un punto de inflexión.

En Sundance también se presenta la cinta Happy Valley, en la que participó Matt Sandusky, el hijo del ex entrenador asistente de futbol en la Universidad Estatal de Pennsylvania, Jerry Sandusky, quien fue sentenciado por 45 cargos de abuso sexual que involucraban a 10 niños. Cumple una condena de entre 30 y 60 años en prisión.

El documental de 100 minutos analiza si los abusos de Sandusky contra niños eran un secreto a voces en su comunidad. Matt decidió participar porque desea llegar a ser un activista que ayude a las víctimas de ese problema. Él también fue violado por su padre.