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Ellos no son el público del futuro, sino los espectadores del presente, señala director escénico

Desarrollarán teatro para niños y jóvenes en el Centro Cultural del Bosque
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Escena de Los ojos de Ana, obra de Luc TartarFoto Alma Curiel
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de enero de 2014, p. 6

Los niños no son el público del futuro, sino los espectadores del presente. Con esa premisa arrancará el sábado 25 la programación de teatro para infantes y jóvenes en el Centro Cultural del Bosque, con una serie de propuestas escénicas con dramaturgia de Brasil, Francia y México.

De enero a abril se montarán La mujer que mató los peces, versión libre del cuento del mismo nombre de la escritora brasileña Clarice Lispector, con dirección y adaptación de Clarissa Malheiros; Los ojos de Ana, de Luc Tartar, con dirección de Boris Schoemann, y Memorias de dos hijos caracol, escrita, dirigida e interpretada por Conchi León y Antonio Zúñiga, quienes encabezan las compañías Sa’astun y Carretera 45, respectivamente.

De acuerdo con Schoemann, hablar hoy día de los niños como el público teatral del futuro es un error. “Los niños y jóvenes no son el público del futuro, son espectadores del presente. Los creadores que hacemos teatro para niños y jóvenes, no es que los estemos formando, se trata de comunicarse profesional y teatralmente con ese público.

“La dramaturgia para niños, al igual que la dirigida a los adultos, es cada vez más exigente y profesional. Es una dramaturgia muy alejada de la ñoñez y los ‘buenos pensamientos’. Alejada de lo que los papás quieren ver, para decir: ¡Ay que bonito! Es curioso cómo la dramaturgia contemporánea para niños y jóvenes, a quienes primero les mueve el piso es a los padres”.

En este caso, se trata de tres propuestas escénicas inteligentes y lúdicas, coincidieron en calificar Juan Meliá, titular de la Coordinación Nacional de Teatro (CNT), Marisa Giménez Cacho, subdirectora del Programa de Teatro para Niños y Jóvenes, y los directores y actores, al dar a conocer las obras.

La mujer que mató los peces, para niños de más de cuatro años, cuenta con música y letra original de Liliana Felipe y Jesusa Rodríguez, respectivamente. El montaje aborda desde una mirada crítica y lúdica, la necesidad de replantear las relaciones de las personas con los animales, así como la importancia de respetar sus derechos, comentó Malheiros.

El cuento de Lispector es un texto biográfico que escribió a partir de que sus hijos pequeños le dejaron una pecera para el cuidado de sus peces rojos. Pero, debido a sus múltiples ocupaciones, la escritora los descuida y mueren. Se presenta sábados y domingos, a las 13 horas, en la Sala Xavier Villaurrutia.

Bullying, identidad y tolerancia

Los ojos de Ana es una comedia de humor negro que habla del miedo, la discriminación, la violencia, el amor y el deseo en los adolescentes.

Aborda el bullying como resultado del conflicto generacional entre padres e hijos, cuando aquéllos están tan inmersos en sus propios problemas que olvidan los de sus hijos. En esa obra se refleja la agresividad y el odio que hay en los jóvenes, así como la incomprensión que los aqueja”. Para chicos de 12 años en adelante, se presenta sábados y domingos, a las 12:30 horas, en el Teatro Orientación.

Memorias de dos hijos caracol narra el encuentro de Toto, quien vive en el estado de Chihuahua, y Coco, quien habita en Yucatán. Aunque tiene aspectos biográficos de los autores, en la ficción, explicó Zúñiga, ambos chicos juegan a ser lo que no son: a volar lejos del maltrato de sus familias, porque de norte a sur los niños no saben qué esperar de la vida ni qué espera ésta de ellos. Para niños de ocho años en adelante, la obra habla sobre identidad, tolerancia, diferencias, equidad, amistad y la relación entre padres e hijos. Se presenta sábados y domingos, a las 12:30 horas, en El Granero.