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Su exposición en el Muac explora el vínculo entre la poética y la política en Barthes

Vincent Meessen busca mostrar la colonización africana de manera crítica
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de enero de 2014, p. 8

Una portada de la revista Paris Match, de noviembre de 1955, con la cara de un joven cadete oriundo de Burkina Faso, desató una investigación del artista belga Vincent Meessen (Baltimore, 1971), quien indagó en la historia colonial de su país. Resulta que el filósofo y crítico literario francés Roland Barthes (1915-1980) había usado la icónica imagen en su libro de ensayos Mitologías (1957) para deconstruir el concepto del imperialismo.

La investigación de Meessen aterrizó en Mi última vida. Una gramática africana a partir de Roland Barthes, exposición que después de verse en los alrededores de París y Bélgica, llegó al Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muac). La pieza central es un documental, Vida nueva (2009), sobre los tres cadetes africanos que fueron llevados a París a desfilar.

También se imprimieron facsímiles de aquella edición, pero sólo de las páginas alusivas al acontecimiento. Asimismo se incluyen documentos recabados durante la investigación de tres años; una escultura, réplica alterada de un monumento revolucionario levantado en la ciudad de Uagadugú; un cosmógrafo y árbol genealógico de cultura francesa y una pieza sonora que reproduce la voz de Barthes tomada de la película Las hermanas Brönte (1976), que dice la vida es demasiado corta para el arte, entre otras.

Interés multinacional

En Bélgica, explica el entrevistado, hay ahora una generación de artistas que toman en cuenta nuestra historia colonial y la abordan de una manera crítica. Probablemente tuvieron que pasar una o dos generaciones para procesar eso de manera nueva. Considera que este interés no es exclusivo de su país, sino también de otras naciones europeas que tuvieron colonias africanas.

Se trata de un movimiento dentro de la escena artística que existe desde hace una década, pero que se ha intensificado en el último lustro. Como europeos tenemos que autorizarnos tratar con aquella historia. Hace falta crear una nueva narrativa acerca de esa historia de colonización, asegura.

Meessen tenía varios años de trabajar en Uagadugú, así que cuando en 2006 conoció la imagen de Paris Match, reproducido en Mitologías, lo tomó como una invitación a hacer algo. Inclusive, calculó que el joven de la foto aún vivía, entonces se puso a buscarlo. Ya había muerto, pero halló a otro de los cadetes que desconocía el reportaje de Paris Match.

–¿Qué le deja esta investigación en lo personal?

–Todo el impulso de Barthes estuvo ligado a su propia biografía, cómo se reinventaba como personaje. Lo que me interesó mucho fue la conexión en su obra entre la poética y la política. Así que desde que soy artista busco cómo mezclar esta cuestión de la poética y la política. Por eso me interesó adentrarme en la obra de Barthes para lograr eso en mi trabajo. Cómo puedo crear obras de arte que conllevan este valor crítico, pero al mismo tiempo contienen un valor muy poético.

–Hay quienes dicen que la obra de arte no debe ser política; sin embargo, todo es político, aunque tal vez no abiertamente.

–Estoy de acuerdo. Uno no tiene que desestimar el valor político de una obra de arte sólo porque no lo reclama. Así que para mí, el primer poder político de una obra tiene que ver con la transformación de uno mismo. Cómo puedes mover mediante tu obra de arte, cómo puedes transformarte, que también era el empuje de Barthes. Cómo puedo reinventarme por medio de mi trabajo y cómo puedo aceptar mi pluralidad, el hecho de que no soy uno, sino varios. De allí que pienso que la obra de arte es, por definición, política.

Cuauhtémoc Medina, jefe de curaduría del Muac y curador de Mi última vida..., acota que Meessen “explora la tensión entre la crítica al lenguaje y al discurso colonialista que Barthes empezó en Mitologías, pero que persigue en varios momentos de su vida, cruzándolo con un elemento central a su escritura: su propia historia, con el hecho casi totalmente omitido en la discusión de Barthes por él mismo de que su abuelo, el capitán Binger, fue el colonizador de Costa de Marfil y en general de las colonias francesas del oeste de África”.

Vincent Meessen: Mi última vida. Una gramática africana a partir de Roland Barthes, exposición que permanecerá hasta el 2 de febrero en el Museo Universitario Arte Contemporáneo, Insurgentes Sur 3000, Centro Cultural Universitario, delegación Coyoacán.