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En la entrega de los premios Nobel en Estocolmo exhiben un video de la escritora

Quiero que mis historias hagan sentir diferentes a las personas: Alice Munro

Al principio no toleraba los finales infelices para ninguna de mis heroínas

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Alice Munro, escritora canadiense reconocida con el Nobel de Literatura 2013, quien por motivos de salud no pudo viajar a la capital sueca para recibir su galardón, fue captada ayer en la casa de su hija Sheila en Victoria, Columbia Británica, durante una entrevistaFoto Ap
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de diciembre de 2013, p. 6

La escritora Alice Munro (Ontario, 1931) no asistió a la ceremonia de entrega de los premios Nobel este martes; la decimotercera mujer que recibe el galardón en el área de literatura fue representada por su hija Jenny.

Además, en la Academia Sueca se exhibió el video Alice Munro: en sus propias palabras, enviado por la cuentista canadiense en el que expone su pasión por la escritura: “Me interesé muy pronto por la lectura con el cuento La sirenita, de Hans Christian Andersen”, inicia su charla con Stefan Åsberg.

Es terriblemente triste (...) en cuanto terminé esta historia fui afuera y di vueltas y vueltas a la casa donde vivíamos, a la manzana, e hice una historia con un final feliz, que se debió a la pequeña sirena pero que fue cambiando y concluyó como una historia diferente (...) de ahora en adelante ella podría casarse con el príncipe y vivirían felices para siempre (...), porque había hecho cosas horribles (...) pensé que merecía más que muerte en el agua. Y no me preocupé por el hecho de que tal vez el resto del mundo no conocería la historia nueva (...) Así que, ahí estás, fue un comienzo temprano en la escritura.

Historias de sí misma

La sala de conciertos de Estocolmo albergó el acto formal. Munro, por motivos de salud, estuvo ausente y con una videograbación expone su incursión en las letras: Yo hacía historias todo el tiempo, tomaba largas caminatas a la escuela y durante ella yo creaba relatos. Conforme crecía, se hacían más y más acerca de mí misma.

Ahí, concentrada en el tema, se le ve decir que la perspectiva femenina no le interesa. Sin embargo, nunca pensé de mí mismo como otra cosa que una mujer; sobre su inspiración afirma que no necesita demasiado, pienso que las historias son muy importantes en el mundo y quería hacer algunas de estas narraciones.

Las imágenes muestran a una Munro sentada en un silla antigua, junto a una ventana y respaldada por un librero. El día soleado permite ver una calle llena de árboles. Completan la casi media hora de grabación algunas fotografías de su juventud e infancia, de su esposo y tomas de un muelle.

Destaca que su principal búsqueda al principio era el final feliz, no toleraba los finales infelices para ninguna de mis heroínas, pero luego leyó Cumbres borrascosas y sus ideas cambiaron de forma radical; se acercó a lo trágico y lo disfruté. Al paso del tiempo, reconoce que su perspectiva pasó de escribir sobre hermosas princesas jóvenes y a hacerlo sobre niños y amas de casa, y, más adelante, sobre ancianas.

En otro momento afirma que las mujeres enfrentan una situación, “yo no diría más fácil, pero es más aceptado que las mujeres estén haciendo algo importante, y no se trata de que estén sólo tonteando con un juego mientras todos los demás están fuera de la casa.

“Quiero que mis historias conmuevan a las personas, no me importa si son hombres, mujeres o niños. Quiero mis historias para ser algo en la vida, que las personas digan ‘oh, no es la verdad’, pero sientan algún tipo de recompensa de esa escritura, lo que no significa que tiene que ser un final feliz o algo parecido, pero traslade al lector de tal manera que sienta que es una persona diferente cuando termine”.

Luego, se ve a la escritora en una librería donde continúa conversando, ahora sobre el tiempo en que tuvo un establecimiento similar junto con su marido, James Munro. Todos pensaron que estábamos locos y moriríamos de hambre, pero no lo hicimos (...) Hasta ese momento que había sido un ama de casa (...) fue una maravillosa oportunidad para entrar en el mundo. Creo que no ganamos mucho dinero, posiblemente hablé un poco más con las personas, ya sabes, en lugar de sacarlos de los libros, pero fue un momento fantástico en mi vida.

(Con información de Afp y el portal de Internet del premio Nobel)