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Los Cementeros no lograron cambiar la historia y perdieron por global 4-1 ante los Diablos

Toluca, primer semifinalista; Cruz Azul ya suma 16 años sin título

Tras el pitazo final los ánimos se encendieron y Chaco buscó pleito con Tiago

Integrantes de la barra Sangre Azul rompieron las mallas metálicas y se abalanzaron hacia los jugadores cementeros

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El resultado adverso para Cruz Azul propició que los aficionados invadieran el terreno de juegoFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de diciembre de 2013, p. a13

Cruz Azul no tuvo argumentos para sacudirse el marcador adverso y cumplió 16 años sin títulos de liga, tras empatar 1-1, resultado con el que quedó eliminado con global de 1-4 ante Toluca, que jugó a medio gas, pese a lo cual se convirtió en el primer semifinalista del torneo Apertura 2013.

Tras el pitazo final se encendieron los ánimos. Christian Giménez buscó pleito con Wilson Tiago, mientras en la cabecera norte la enfurecida gente de la barra Sangre Azul rompió las mallas metálicas y se abalanzaró hacia los jugadores cementeros quienes, al ver la invasión, corrieron hacia el túnel inflable para llegar al vestidor.

Los uniformados pudieron atrapar a pocos rijosos, mientras la mayoría se fue a encarar a la porra visitante.

La Máquina apenas pudo marcar un gol de penal, al minuto 32, por conducto del Chaco Giménez. El empate lo consiguió el goleador Pablo Velázquez (77). Al 91, Jair Pereira cometió penal sobre Édgar Benítez y fue expulsado. Al cobro fue el portero Alfredo Talavera, quien falló con tiro elevado.

Los Diablos Rojos salieron a jugar en el desolado y semivacío estadio Azul. Se plantaron en el territorio rival y cedieron a la iniciativa de unos celestes que tuvieron dificultades para clarificar los ataques que comandó el Chaco.

El cuadro choricero, que había prometido no relajarse tras su amplia ventaja, pareció abocado a sobrellevar el juego a pesar de los gritos y señalamientos desde el área técnica de José Saturnino Cardozo, quien muy pronto comenzó a enfadarse por la actitud de los suyos. Regañó especialmente a Carlos Esquivel, quien estuvo lejos de sus mejores tardes.

Al minuto 20 estallaron aisladas rechiflas de los pocos asistentes, quienes reclamaban más arrojo de parte de los Cementeros.

Los escarlatas estuvieron más cerca del gol al 22, cuando Isaac Brizuela desbordó por la derecha; su centro fue hacia Velázquez, quien remató flojo. Paulo da Silva pudo definir todo en su favor, pero en una falla increíble su remate a bocajarro resultó elevado y pasó por encima del travesaño.

El silbante César Arturo Ramos decretó la pena máxima para los de casa al minuto 30, cuando Antonio Ríos se barrió y derribó a Gerardo Torrado. Cardozo se despojó con violencia del saco y desde su sitio contempló cómo Giménez cobró con fuerza y su envío entró a la izquierda del portero Talavera.

Para el complemento, el estratega local, Guillermo Vázquez, sacó al intrascendente Mauro Formica y en su lugar ingresó a Mariano Pavone, quien usó una protección en su lesionada mano izquierda. La Máquina saltó a la cancha dispuesta a mejorar la actuación de la primera etapa. De inmediato apretó al frente y encimó al rival.

Toluca dejó escapar una gran oportunidad tras la descolgada del Conejito Brizuela, quien sacó un centro que Esquivel desperdició de forma inconcebible cuando estaba sin marca frente a la portería de Jesús Corona.

Otra ocasión para el cuadro mexiquense se diluyó cuando Velázquez no pudo cabecear con precisión tras un pase de Sinha.

Apremiados por la urgencia de al menos empatar el marcador global, los cruzazulinos comenzaron a fallar los pases más sencillos y cometieron faltas sobre los escarlatas que cortaban el juego, lo que hizo aún más deslucido el partido.

El mayor atractivo seguía siendo el banquillo de los visitantes, donde Cardozo tenía poco reposo, protestaba todo, regañaba a sus pupilos y agitaba los brazos. Al lado, Vázquez también perdía la calma y al 61 sacó a Israel Castro y metió a Jerónimo Amione. La respuesta fue inmediata, los Diablos mandaron al campo a Édgar Benítez en lugar de Esquivel.

Al 65 las porras azules increparon a los suyos con el exigente “¡Pongan güevos, azules pongan…!”. Da Silva salió lesionado de la pierna izquierda, mientras Memo Vázquez quemó su última carta: sacó a Alejandro Castro y mandó a la cancha al camerunés Achille Emana (68).

Cardozo de nuevo respondió con otro movimiento. Sacó a Sinha y metió a Xavier Báez. Tras los relevos que se intercalaron con faltas y lesiones el ritmo bajó.

Los Diablos Rojos supieron esperar con astucia la gran ocasión, que llegó al minuto 32. Emana controló el balón, pero Wilson Tiago lo desarmó fácilmente y cedió para Brizuela, quien centró al corazón del área para la llegada de Velázquez, quien incluso incómodo consiguió anidar el esférico en las redes para el 1-1.