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La culpa la tienen los que organizan las funciones, asegura

Travieso es inocente de la lesión de su rival: Martos

El boxeo cobra con creces las estupideces de gente sin escrúpulos

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El colombiano José Carmona fue noqueado por Jorge Travieso Arce en el octavo roundFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de noviembre de 2013, p. a15

Jorge Travieso Arce es inocente, dice sin titubear el doctor Esteban Martos, integrante del servicio médico de la comisión capitalina de boxeo, sobre la lesión cerebral que tiene hospitalizado al colombiano José Carmona.

Aseguró que un pugilista pelea con quien le pongan enfrente y hace lo que debe en este deporte, pero luego ajustó el blanco de su discurso y atizó contra quienes considera los verdaderos responsables de las desgracias en el cuadrilátero: no los boxeadores, sino la gente con intereses en el negocio de los guantes.

Los culpables son los que rodean la función: la comisión local, los mánagers que arriesgan a los peleadores para bajarlos de peso, pero los principales son los promotores que se adueñan de los pugilistas y deciden en qué categoría deben pelear, señala Martos, crítico del negocio del deporte.

Ante los ataques que lo consideran culpable del estado de Carmona –en coma inducido tras dos operaciones por lesión cerebral–, Arce dijo que lo que provocó el daño a su rival fue el cuadro de deshidratación con el que peleó el pasado sábado en San Luis Potosí.

Fue por la deshidratada, por la bajada de peso sigue habiendo problemas porque a veces uno quiere estar en el límite de la división menor y el cuerpo no da. Ahí el problema es la falta de atención de los entrenadores y equipo, dijo el lunes el Travieso.

En sentido estricto no es la deshidratación, aclara Martos, sino los golpes que recibió. Lo que sucede es que al forzar al peleador a bajar de peso de manera drástica, queda muy vulnerable y expuesto a sufrir más estragos por los golpes que recibe.

El recuento de los métodos para dejar a punto un peleador para el pesaje un día antes del combate son asombrosos. Los recursos incluyen diuréticos, vomitivos, rutinas de escupitajos, jornadas sádicas en saunas e incluso sesiones de horas en habitaciones de hotel con la calefacción a tope, mientras el peleador permanece sepultado bajo una montaña de mantas y ayudantes.

Todo para que peleen en divisiones más bajas de su peso con recursos verdaderamente inhumanos, pues llegan descompensados en distintos niveles, acusa.

Lo preocupante es el fondo, precisa Martos, porque los promotores determinan todo en una función, desde el rival en turno para sus promovidos hasta el peso en el que se realizará la pelea.

Buscan rivales de quinta categoría para sus boxeadores, les colocan enfrente carne de cañón. Por eso han ocurrido tantas desgracias recientemente, y recuerda que hace menos de un mes murió Francisco Leal por los golpes que recibió de Raúl Hirales.

El boxeo cobra con creces las estupideces que comete toda esa gente sin escrúpulos, dice casi apretando los dientes.