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Bernardo Bátiz clausuró el ciclo organizado por el CUC

Volver los ojos al humanismo será el camino para regenerar a la sociedad
 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de noviembre de 2013, p. 6

El humanismo, en cualquiera de sus expresiones, será el contrapeso a la maldad y al camino para el cambio en este caótico inicio del siglo XXI, expresó el político y jurista Bernardo Bátiz en el Centro Universitario Cultural (CUC).

La noche del jueves, durante la ponencia de clausura del ciclo El humanismo cristiano en la política hoy, Bátiz manifestó: Volver los ojos al humanismo será el camino para el cambio y para la regeneración de nuestra sociedad que tanto requiere la vuelta a los más altos valores de la historia.

Eso es así, puntualizó el colaborador de La Jornada, porque los valores o antivalores que motivan las acciones de los pequeños y díscolos círculos directivos de la sociedad, los que toman las grandes decisiones políticas y económicas son los que han estructurado al sistema liberal actual: dinero, poder, fuerza, soberbia que privilegian a unos pocos y marginan en la pobreza y en la falta de oportunidades a las grandes mayorías.

Banalidad y elevación del espíritu

“En esta batalla por un cambio verdaderamente de fondo –prosiguió Bernardo Bátiz– contra estas estructuras de explotación y autoritarismo inhumano coinciden las diversas líneas del humanismo, incluida por supuesto la del humanismo cristiano”.

Incluso, destacó, “lo que exalta y sostiene al sistema actual es precisamente lo contrario a los valores del humanismo y, en especial, contrario al humanismo cristiano.

“Son en el sistema opresor en el que hoy se vive, unos pocos los que manejan poder y dinero, y disfrutan. A ellos podemos decirles lo que Rubén Darío dijo a Roosevelt con gran elegancia, ‘juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón’”.

De esa forma si el humanismo que es uno con variantes y matices, servirá para algo, ha de ser para desterrar esas plagas que ensombrecen a la sociedad y volver a la utopía, ideal antiguo que precisamente renace en la pluma de Tomás Moro, humanista cristiano del Renacimiento.

Bátiz recordó que Schopenhauer, “para nada cristiano, decía que los únicos momentos en los que es factible escapar del voluntarismo que esclaviza a los hombres con cadena opresora, son la contemplación estética, el acto justo y el éxtasis místico.

“Estas –dijo– son tres salidas heroicas a la banalidad y tres posibilidades hacia la elevación hacia el plano superior del espíritu”.