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Seguridad pública

El Caribe, presa del crimen
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Agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas de República Dominicana (DNCD) durante el decomiso, en marzo pasado, de más de mil 630 paquetes con cerca de mil 909 kilogramos de cocaína en las costas del CaribeFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Martes 22 de octubre de 2013, p. 26

Pese a las significativas diferencias políticas, económicas, culturales y demográficas entre América Latina y el Caribe, ambos experimentan un aumento en el crimen y la violencia relacionada con éste. Según datos de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Caribe padece los niveles más altos de violencia en América, seguido por Sud y Centroamérica, y The Economist Intelligence Unit no prevé una reversión de esa tendencia a corto plazo.

El Informe de Desarrollo Humano en el Caribe, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), considera que el problema se relaciona en gran medida con el desarrollo, pues el crimen en la región está vinculado de cerca con pobreza, desigualdad, desempleo y migración rural-urbana. Sin embargo, factores externos, como el descenso económico global de los años pasados, junto con el efecto de globo derivado de los esfuerzos antinarcóticos en otras partes del subcontinente, que han empujado las actividades criminales a otras zonas, han servido para exacerbar la incidencia criminal en el Caribe.

Los altos niveles de delincuencia tienen particular impacto en economías vulnerables como las de esa zona, pues afectan no sólo su principal fuente de ingreso –el turismo–, sino también su de por sí limitado capital humano, al producir la emigración de los individuos mejor preparados.

El informe se enfoca en siete países: Antigua y Barbuda, Barbados, Guyana, Jamaica, Santa Lucía, Suriname, y Trinidad y Tobago. El grupo representa economías de bajo y mediano desarrollo, con diversos problemas e intensa criminalidad. Por tanto, sus hallazgos pueden considerarse relevantes para toda la región.

Delitos comunes en ascenso

Los delitos contra la propiedad (típicamente asociados con pobreza y desigualdad) son los más comunes. Según la Encuesta Ciudadana 2010 de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNODC), los robos con violencia, los asaltos y los robos a casas son los delitos que los ciudadanos del Caribe más temen. Los primeros registraron tendencia al alza entre 1990 y 2010 en todos los países considerados, con excepción de Barbados, donde se mantuvieron relativamente estables, y Jamaica y Guyana, que tuvieron ligeros descensos. Trinidad y Tobago tuvo la tasa más alta, pero los incrementos más pronunciados fueron en Antigua y Barbuda. El crimen también involucra una proporción particularmente alta de niños y jóvenes, ya sea como víctimas o perpetradores, a menudo como parte de bandas. Aunque éstas son mucho más visibles que los grupos del crimen organizado, también son muy distintas en cuanto a liderazgos y motivaciones. Tienden a ser locales más que trasnacionales; a menudo sus liderazgos y jerarquías son oscuros, y su motivación es el estatus, más que la ganancia económica. Sin embargo, con frecuencia entran en contacto con organizaciones criminales, en particular del narcotráfico.

Según cifras de la OEA, la tasa de homicidios de personas de 15 a 29 años de edad en la región es de 68.9 por 100 mil habitantes. Por grupo de ingreso, la tasa entre jóvenes de altos ingresos es de 21.4, mientras que entre los de mediano y bajo ingreso salta a 89.7, la más alta del mundo. La militancia en bandas ha sido un problema al menos durante los cinco años pasados en el Caribe, con excepción de Guyana. En Jamaica la policía ha identificado al menos 258 bandas, con poco menos de 4 mil miembros, mientras en Trinidad y Tobago hay unas 95 bandas, las cuales se cree que tienen unos mil 270 integrantes. En Barbados, unas 150 bandas han sido identificadas por las autoridades, con alrededor de 4 mil militantes.

También los crímenes graves contra las personas, en particular de índole sexual, han aumentado en años recientes. Ha habido tendencia al alza en homicidios en todo el Caribe. El país más afectado es Jamaica, con tasas particularmente altas de 1990 en adelante. Si bien es un problema de larga data en la isla, tradicionalmente se ligaba a rivalidades políticas, mientras en años recientes se ha vinculado con el narcotráfico y la violencia entre bandas. En contraste, los homicidios en Trinidad y Tobago sólo comenzaron a tener un aumento significativo después de 2000. En Antigua y Barbuda, Guyana y Santa Lucía ha habido mayores fluctuaciones, pero con tendencia constante al alza. En contraste, Barbados mantuvo una tasa baja y estable en 1990-2010.

Tráfico de cocaína y crimen organizado

El informe Crimen organizado trasnacional en América Latina y el Caribe, emitido en 2012 por la UNODC, destaca que la principal amenaza a la seguridad en la región es el flujo de cocaína de Sudamérica hacia Estados Unidos (EU). Si bien esto ocurre desde hace más de 40 años, ha habido importantes fluctuaciones en el periodo: a mediados de la década de 1980, 75 por ciento de la cocaína enviada a EU era interceptada en el Caribe, pero para 2010 más de 80 por ciento era decomisada en Centroamérica y sólo 10 por ciento en el Caribe. Sin embargo, de 2006 en adelante algunos países antes usados como paradas para recargar combustible se han vuelto centros de almacenamiento y logísticos para los grupos del narcotráfico. Estos cambios son ilustrados por el caso de Jamaica, antes país crucial de tránsito para la cocaína destinada a Gran Bretaña y EU. Aunque en 2000 representaba 11 por ciento del flujo de la droga hacia EU, su participación cayó a apenas 1 por ciento en 2007. De manera similar, en la República Dominicana el flujo ha aumentado de modo significativo entre 2006 y 2009, en parte por su posición como país de tránsito hacia el mercado europeo, donde el uso de la cocaína se incrementó durante la década de 2000.

Las fluctuaciones en los flujos de cocaína no se han visto acompañadas por descensos en la incidencia de homicidios. Las tasas en Jamaica subieron de 32 a 41 casos por 100 mil habitantes. También en Dominicana se elevaron de 13 a 25 entre 1995 y 2011, mientras en Trinidad y Tobago crecieron de 11 a 35 entre 1995 y 2010. Entre las 10 tasas más altas del mundo están la de Jamaica en quinto lugar, con 52 casos por 100 mil habitantes; Belice en sexto, con 42; las Islas Vírgenes de EU en octavo, con 39, y San Cristóbal y Nieves en noveno, con 38.

Otro problema que se ha agravado en años recientes es el tráfico de personas. Varios países se han convertido en proveedores o puntos de tránsito para víctimas de tráfico hacia Norteamérica y Europa. Si bien no hay mediciones del problema, se cree que es significativo en algunos países, donde el tráfico predominante es para explotación sexual. Esto se debe en parte a la intensa actividad turística en la región, que ha creado vulnerabilidades como el surgimiento de una industria de turismo sexual. Jamaica destaca en este tipo de tráfico.

Paliativos en vez de soluciones estructurales

Los gobiernos de la región están conscientes de la gravedad del problema y han hecho esfuerzos por atacar sus manifestaciones. Sin embargo, muchas medidas han sido paliativos que no atienden las raíces del problema. Además, la influencia corruptora del crimen organizado ha tenido un grave efecto en las instituciones de los países, en particular las de procuración de justicia. Por tanto, cualquier solución efectiva y duradera tendrá que incluir una reforma de las instancias de procuración e impartición de justicia.

Un aspecto positivo es que el deterioro de la seguridad en el Caribe ha conducido a una mayor cooperación internacional, esencial para compensar los limitados recursos y capacidades con que cuentan las naciones para combatir el crimen. Con todo, cualquier mejora significativa se materializará a mediano o largo plazo, por lo que este tema será el de mayor preocupación para los electores en la región, y fuente de presión política para todos los gobiernos del Caribe.

Economist Intelligence Unit

Traducción de textos: Jorge Anaya

En asociación con Infoestratégica