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Muchos años hemos competido y por fin hay un reconocimiento: Consejo para las Artes

El Nobel a Alice Munro posiciona a la literatura canadiense en el mundo

Estoy feliz de que el galardón tenga efecto positivo en mi país, expresa la escritora

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Alice Munro en el consulado canadiense en Nueva York, el 28 de octubre de 2002Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 12 de octubre de 2013, p. 3

Washington, 11 de octubre.

Con el premio Nobel otorgado a Alice Munro, la literatura de Canadá encuentra su lugar en el mundo, después de que sus escritores se han sentido durante años subestimados a pesar de sus aportaciones al universo de las letras.

Munro es la primera canadiense en recibir el prestigioso galardón de la Academia sueca –Saul Bellow, nacido en Montreal, lo recibió en 1976, pero como se mudó a Chicago a los nueve años se le considera un autor estadunidense.

Con su típica modestia, Munro, de 82 años y escritora desde los 11, dijo al aceptar el galardón el jueves que se sentía contenta no sólo por ella, sino por el efecto positivo que el Nobel de Literatura tendrá para los escritores de su país.

Me alegra que haber ganado este premio deje contentos a muchos canadienses. Estoy feliz de que esto traiga más atención sobre la literatura de Canadá.

Los temas y el estilo de la autora de El progreso del amor (1986), Secretos a voces (1994) y Demasiada felicidad (2009), marcado por silencios, y por la presencia de un narrador que explica el sentido de los acontecimientos, le valieron ser conocida como la Chéjov de Canadá, en alusión al ruso Anton Chéjov.

Desde el primer ministro Stephen Harper hasta sus compatriotas a lo largo y ancho del país, se recogocijaron con el reconocimiento mundial otorgado a uno de los suyos.

Munro es una gigante de la literatura canadiense, dijo Harper en un comunicado, agregando que toda la obra excepcional de Munro y este logro monumental incitará a los escritores canadienses de todos los niveles a trabajar para alcanzar la excelencia en el campo literario y seguir su pasión por la escritura.

Ted Arnott, integrante del Parlamento canadiense, escribió en su cuenta en Twitter: El Premio Nobel de Literatura de Alice Munro le dará a los escritores canadienses el reconocimiento mundial que han merecido durante largo tiempo.

¡Hurra!, celebró otra gran dama de la literatura anglófona canadiense, Margaret Atwood, cuyo nombre había sido mencionado como aspirante al premio.

Canadá tiene una floreciente tradición literaria, con luminarias como Atwood, Michael Ondaatje y la novelista Carol Shields, ganadora del Pulitzer.

Entre los prominentes escritores en lengua francesa de esta nación bilingüe figuran Marie-Claire Blais, Anne Hebert, Gabrielle Roy y Michel Tremblay.

Celebración patriótica

Robert Sirman, director del Consejo para las Artes de Canadá, dijo que estaba extremadamente contento por el premio, tanto por el país como por la autora.

Nuestra sensación es que Canadá ha estado compitiendo por encima de las expectativas durante muchos, muchos años, en el campo de la literatura, y creemos que esto ha sido reconocido internacionalmente, dijo Sirman, y señaló que Munro también ha recibido el prestigioso Premio Booker (en Gran Bretaña) y varios galardones.

“Al mismo tiempo, hay algo simbólico en el premio Nobel –no podemos negarlo– y el hecho de que la competición sea particularmente grande a escala global”, agregó Sirman, cuya organización es responsable de identificar y ayudar a los talentos artísticos canadienses.

Sirman destacó como muy fortalecedor el hecho de que, finalmente, Canadá obtenga su lugar entre los otros muchos países del mundo que han recibido el máximo galardón literario.

El jueves, los hashtags (etiquetas) de Twitter #cancon (por Canadian content, que significa contenido canadiense) y #Canadianpride (orgullo canadiense) se habían convertido en virales, en lo que constituyó una atípica celebración patriótica del Nobel de Munro.

La Academia Sueca describió a Alice Munro como una maestra de la narración breve contemporánea, género al que rara vez se le ha adjudicado el premio literario más prestigioso del mundo que se entrega en Estocolmo.

Sus compatriotas subrayaron el carácter tranquilo, discreto y típicamente canadiense de Munro, no sólo en su estilo personal, sino también en el tono y tema de sus obras.

Sirman señaló que los cuentos de la Nobel 2013 “pueden pasar en Quebec, así como en cualquier otro lugar del país.

Hay algo común acerca de la forma en que Alice Munro ha arraigado su voz en la vida de pueblo. La palabra que yo usaría es modestia, continuó.

“Hay algo extraordinariamente modesto acerca de su elección del medio –el cuento– y en elegir como ambiente la realidad de los pueblos pequeños”, manifestó Sirman.

Es la primera vez, en 112 años, que la Academia Sueca distingue con el Nobel a un autor que cultiva el cuento.