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El avance de Latinoamérica cayó a menos de la mitad de la tasa que alcanzó en 2010

BM: pese a las reformas, México será el de menor crecimiento en AL

La desaceleración regional es parte de la ralentización de las economías emergentes, afirma

Se desencadenó una ola de pesimismo con respecto al futuro de la región, plantea su informe

 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de octubre de 2013, p. 28

El Banco Mundial (BM) calificó de desafortunado que México y Brasil, las dos principales economías de América Latina y el Caribe, crecerán este año a una tasa menor al promedio de la región, aunque descartó la ocurrencia de crisis financieras como las de décadas pasadas.

La pérdida de dinamismo de la región se expresa en el hecho de que la tasa de crecimiento de América Latina y el Caribe se redujo en 2013 a menos de la mitad de la que registró en 2010, un año después de la crisis financiera de 2009, que llevó al mundo a la recesión, mostraron datos divulgados este miércoles por el Banco Mundial.

Desafortunadamente los gigantes regionales, Brasil y México, crecerán en 2013 por debajo del promedio regional; el crecimiento de México caerá por debajo de 2 por ciento a pesar de la ola de reformas que se están llevando a cabo, definió el organismo este miércoles.

La víspera, el Fondo Monetario Internacional redujo de 2.9 a 1.2 por ciento el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana para este año, nivel que representa el segundo más bajo de los países Latinoamericanos –excluido el Caribe–, sólo mejor al de Venezuela, que avanzará apenas uno por ciento.

El fenómeno de pérdida de dinamismo del crecimiento descrito para América Latina no es la excepción, sino que apunta a ser más bien un denominador común en las regiones del mundo en desarrollo o emergentes, como las llama el organismo.

Ciertamente la desaceleración del crecimiento de la región forma parte de una ralentización de las economías emergentes, incluidos los países de ingreso medio de Europa oriental, Asia oriental y América Latina y el Caribe, así como China, explicó el Banco Mundial en el reporte La desaceleración en América Latina y el tipo de cambio como amortiguador, publicado ayer. Esta desaceleración ha provocado una reducción de 3 puntos porcentuales en las tasas de crecimiento reportadas en 2010 hasta ahora.

En América Latina y el Caribe la tasa de crecimiento disminuyó de 6 por ciento en 2010 a 3 por ciento en 2012, para retroceder a 2.5 por ciento, nivel previsto por el organismo para 2013. A su interior, la región presenta una dinámica heterogénea. En Jamaica y Venezuela la tasa de crecimiento esperada para este año no supera uno por ciento; Perú y Panamá oscilarán entre 5.5 y 8 por ciento, respectivamente. Un buen número de países de ingreso medio, como Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Uruguay tendrán un desempeño en torno al promedio regional. En tanto, las dos mayores economías regionales, Brasil y México, se situarán debajo del promedio.

La gran desaceleración y la intensificación de la volatilidad de los flujos de capitales y los precios de los activos financieros han desencadenado una ola de pesimismo con respecto al futuro de la región, planteó el informe. “Expresiones como ‘economías sumergidas’ y ‘la fiesta se acabó’ se han vuelto habituales en la jerga de analistas e inversionistas, lo que supone un vuelco en las opiniones que hasta hace poco tiempo no hacían sino alabar la década de progreso económico y social de Latinoamérica”, añadió. Los escépticos sostienen que el progreso fue en buena medida un espejismo y una oportunidad perdida para el desarrollo de proporciones dramáticas, planteó.

Para el Banco Mundial, apunta el reporte, la década pasada de progreso económico y social de la región está lejos de ser una ilusión: 70 millones de personas abandonaron la pobreza y alrededor de 50 millones se sumaron a la clase media.

El bajo crecimiento, junto con un entorno global menos favorable no se traducirá, como advierten los escépticos, en el tipo de angustia financiera de los años 90, dice el informe. Si se analiza la capacidad de las economías regionales de sobrellevar los efectos de un entorno internacional menos favorable, uno se da cuenta que los días en que depreciar la moneda terminaba en desastre son prácticamente cosa del pasado, agregó. Es por esto que creemos que es equivocado analizar la tendencia actual con los ojos del pasado y asumir que América Latina inevitablemente caerá en las mismas trampas de antes.