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La devastación

Injusto, que se culpe a Protección Civil y a instancias locales por las consecuencias fatales: Osorio

Total de muertos por Manuel e Ingrid, mayor al registrado entre 2000 y 2012 por ciclones

En los días de más lluvias en Guerrero, las autoridades dejaron la alerta en amarillo; hasta el 15 cambió a naranja

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Pobladores de la comunidad Papagayo, en Guerrero, buscan salir para conseguir víveres, pues la zona quedó incomunicada y parcialmente destruida debido al desbordamiento del río y el colapso de la carretera federal en varios tramos, por lo que deben caminar durante varias horas para llegar el poblado más cercano en el municipio de Juan R. EscuderoFoto Óscar Alvarado
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de septiembre de 2013, p. 6

El número de fallecidos a consecuencia de los fenómenos naturales Manuel e Ingrid supera el promedio registrado por impacto de ciclones en el periodo 2000-2012.

Sin embargo, las lluvias torrenciales ocasionadas por Manuel en Guerrero el 13, 14 y 15 de septiembre (niveles 84.5, 183 y 323 mm, respectivamente) no hicieron que las autoridades elevaran el nivel de alerta al máximo (color rojo, para resguardo total de la población en lugares seguros).

En los días más complicados la señal permaneció en amarillo y el 15 se dio el naranja para el sur guerrerense, a pesar de que en Acapulco hay seis cuencas identificadas como generadoras de avenidas súbitas que pueden provocar inundaciones en menos de una hora (La Jornada, 19/09/2013).

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo que es injusto que se culpe a los integrantes del Sistema Nacional de Protección Civil y a las instancias locales por las trágicas consecuencias de los fenómenos naturales que aún afectan varias regiones de México.

En una entrevista para radio expresó: “Sé que podré ser criticado por lo que voy a decir, pero se me hace muy injusto que si vemos las notas aquí en Guerrero, desde seis días antes (al impacto de Manuel) se estuvo advirtiendo de la presencia de este fenómeno se dijo que podía entrar en una categoría importante.

Sería entonces como acusar no al gobierno federal ni al estatal, sino a los integrantes de un consejo de Protección Civil que hicieron funciones, que lo estuvieron comentando, y no sólo en el caso de Guerrero; ahora sí que todas las personas de Protección Civil nacional ya estaban en los estados antes de que entrara (el meteoro).

El funcionario, responsable de la operación y coordinación nacional en materia de protección civil, admitió que fue hasta el 15 de septiembre cuando el presidente Enrique Peña Nieto envió a integrantes de su gabinete a los estados afectados por los fenómenos naturales, aunque enseguida aseveró que en los momentos más delicados (13 y 14 de septiembre, para el caso de Guerrero) ya había enviados de Protección Civil.

Dijo que las notas en los medios de comunicación avalan que fueron instalados con tiempo los consejos estatales de Protección Civil, y subrayó lo que señaló antes el coordinador nacional de ese sector, Luis Felipe Puente, en el sentido que no era posible medir la cantidad de agua que traía la tormenta tropical Manuel.

La alerta amarilla (que se mantuvo el 13 y 14 de septiembre para Guerrero) indica que se deben preparar posibles refugios temporales y considerar la posibilidad de evacuación en islas susceptibles de afectación, entre otras medidas, y la naranja implica una campaña intensiva de advertencias en medios de comunicación acerca de la necesidad de permanecer bajo resguardo o estar atento a las indicaciones de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

Recuento

De acuerdo con estudios de meteorólogos y expertos en protección civil, elaborados con base en cifras oficiales, en la década de los 90 se registraron en el país dos ciclones en promedio por año, que dejaron 51 muertos por impacto, es decir, los decesos sólo vinculados a la caída de lluvia y la fuerza de los vientos.

En el ciclo 2000-2006, el número subió a 5.7, y el de los fallecimientos se redujo a 3.8 por cada impacto; en tanto, en el lapso 2006-2012, a consecuencia del cambio climático, entre otros factores, ya se registraban siete ciclones en promedio por año, con dos decesos por impacto.

En esta descripción no se cuentan las muertes posteriores, es decir, a consecuencia de desgajamiento de cerros, epidemias o descargas de energía eléctrica, por mencionar algunos escenarios.