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Silvia Navarrete ofrece un recital en el Centro Nacional de las Artes

Celebra pianista el interés de los jóvenes intérpretes por el repertorio del siglo XIX
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de septiembre de 2013, p. 5

La música mexicana del siglo XIX representa para la pianista Silvia Navarrete un medio para rencontrarse con su historia personal: aquellos inolvidables primeros años de infancia cuando acompañaba al piano a su abuela, nacida en 1893, quien la recreaba con bellas canciones de esa época.

Fue ése uno de los principales motivos que impulsaron a la también docente a profundizar en ese tipo de repertorio y buscar cómo rescatarlo, preservarlo y difundirlo, convirtiéndose desde hace varios años en una de las principales intérpretes y promotoras de la música pianística de aquel periodo. Tarea que ha emprendido con recitales, grabaciones y trabajo académico.

El concierto que la maestra ofrece hoy en el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (CNA), a las 19 horas, como parte del festival En blanco y negro, es buena oportunidad para aproximarse a ese tipo de música que no obstante el auge que ha alcanzado en años recientes, lo mismo entre jóvenes pianistas como en el gusto del público, aún dista de ser el deseable, según considera Navarrete.

Me da mucho gusto atestiguar el recibimiento que tiene este tipo de repertorio entre el público, que comparta la emoción que para mí representa. Es un rescate muy importante, porque se trata de un elemento de nuestro pasado y nuestra identidad, señala a La Jornada.

“En cuanto los intérpretes, me he encontrado con que los jóvenes están muy interesados en estas obras y las tocan. Esto para mí es motivo de mucha alegría, sobre todo porque durante la segunda mitad del siglo XX fue una música que se menospreció y despreció; se le veía como europeizante.

En ese momento, además, lo que privaba era la vanguardia. Para instrumentos tradicionales como el piano poco era lo que teníamos; estaban Manuel M. Ponce y (Eduardo) Hernández Moncada, pero desconocíamos ese rico acervo del siglo XIX, cuyo rescate considero muy importante desde el punto de vista histórico y de identidad musical.

Foto
Silvia Navarrete en imagen de abril de 2008, durante una entrevista con La JornadaFoto Francisco Olvera

Falta de partituras

La falta de partituras es el principal problema que Silvia Navarrete encuentra hoy día para la interpretación y la difusión del repertorio decimonónico mexicano para piano. A su decir, gran parte de él está en fondos reservados a los cuales es casi imposible tener acceso.

Por lo anterior, además de tener en mente realizar una antología con el material en su poder, hace un llamado a las autoridades culturales para que ese acervo sea digitalizado y puesto a disposición de los interesados en bibliotecas virtuales públicas, lo cual considera que no acarrearía problemas de derechos de autor, por la antigüedad de las obras. Otra alternativa,sugiere, es reditarlas en papel, aunque lo considera más complicado y costoso.

El programa que interpretará hoy En blanco y negro está dividido en dos partes. En la primera figura una serie de danzas escritas por autores latinoamericanos, entre ellos el haitiano Justin Elie, Agustín Granados y Ernesto Lecuona, además de Días de mar y río, de Arturo Márquez.

Quise programar danzas de diferentes lugares porque éstas son características de identidad. La danza es diferente según el país. Por ejemplo, la de Justie Elie, quien es un compositor haitiano de finales del siglo XIX, es muy simpática, una danza criolla muy linda, llena de sensualidad, como es la música creola, comenta.

Es en la segunda parte donde aparecen los autores mexicanos del siglo XIX, empezando con las Últimas variaciones, de Mariano Elízaga, que es la primera obra impresa en el México independiente: fue el maestro de capilla de Agustín de Iturbide y creó la primera imprenta de música del país. Dicha pieza es muy linda, con un corte muy clásico que recuerda a Haydn o al Beethoven temprano”.