Opinión
Ver día anteriorViernes 6 de septiembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Tres-espionajes-tres
U

no.

La captura del Z-40 se atribuyó en los primeros minutos a la Armada. Bien que así hubiera sido. Pronto empezaron a surgir dudas sobre la disponibilidad de tecnología de alto desarrollo que se hubiera requerido. La otra respuesta que hubiera sido ofrecida hubiera sido que fue a la mexicana, pero como que ya no va. Se usó tecnología sintetizada en drones pertenecientes a la DEA o al FBI, o pertenecientes a la CIA o al Pentágono.

Un dron es un vehículo aéreo no tripulado. Son naves manejadas a control remoto que han evolucionado de manera impresionante y hoy sirven, complementados con satélites, tanto para asesinar en Afganistán a supuestos enemigos como para espiar a políticos, perseguir criminales o vigilar carreteras.

El tema del Z-40 ofrece la oportunidad de reiterar lo que es sabido y debiera ser aceptado abiertamente por el gobierno: Estados Unidos participa vigorosamente en la inteligencia política y criminal con recursos que no tenemos. Si el narcotráfico es un delito trasnacional, los recursos para combatirlo deberían ser, sin vergüenza alguna, también de carácter transnacional.

En el caso de una cooperación clandestina, que en ausencia de información oficial pareciera existir, eso pone en riesgo muchos intereses nacionales. Sería increíble que Relaciones Exteriores lo ignorara –ya ha sucedido– o que la PGR tampoco lo supiera. Tan malo como sería que el Ejército sí tuviera conocimiento y por rivalidades irresponsables no lo quisiera reconocer. Malo que la Marina, por artes de su antiguo secretario Saynez, así lo hubiera convenido con Washington.

Nocivo también que el actual secretario de Marina almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, seguidor del anterior, del que fue su auxiliar seis años, siguiera en tal postura. Y así nos sorprende que espíen al presidente Enrique Peña Nieto y a la presidenta de Brasil, Dilma. Rousseff.

Dos.

Según fuentes anónimas, hay bases de drones para proyectos sin revelar en Camp Pendleton, California; Fort Huachuca, Arizona (sede del Centro de Inteligencia del Ejército); Fort Bliss y Camp Bullis, Texas. Todos a escasos kilómetros de nuestra frontera, para no citar a otros más. ¿Sería creíble que no estuvieran espiando áreas de nuestro territorio ajenas al narco, con nuestro asentimiento y sin él?

La cooperación per se no es pecado. Llevada a cabo clandestina y unilateralmente si es un acto políticamente intolerable. Vista de otra manera, la cooperación será buena si se norma por ciertas reglas que garanticen los intereses de las partes en cooperación.

La cooperación internacional debe enlazar políticas o unir esfuerzos entre dos o más países para buscar objetivos comunes. Su esencia es el mutuo beneficio y el respeto a los principios de los participantes.

Las primeras reglas serían dos: 1. La búsqueda de información estaría limitada a los objetivos que en común fueran aprobados. 2. Toda la información obtenida sería compartida, esto es recolectada, clasificada, valorada y utilizada sólo en común acuerdo.

Las posibilidades de incumplimiento por la parte estadunidense son enormes y solamente pueden ser disminuidas mediante el adiestramiento técnico de funcionarios mexicanos que pudieran conocer tanto como fuera necesario a todas las tareas de las operaciones, no sólo de los drones como vehículos sino de su programación robótica y de las estaciones de control. ¿Lo aceptarían los asociados?

Los estadunidenses nos espían a políticos, militares, billetudos y hasta narcos (menos al Chapo), como espían a quien quieren. Para su sorpresa, en esos y otros sentidos no tenemos nada que ocultar. Les interesan nuestros recursos naturales, petróleo y gas shale. De éste poseen 665 trillones de pies cúbicos y nosotros 545, según la Administración de Energía de Estados Unidos, cantidad nada despreciable. Más serio aún es el tema del agua.

Las décadas venideras revalorarán ese recurso convirtiéndolo en estratégico. La Estrategia Nacional de Recursos Hídricos de Estados Unidos recomienda a su gobierno que se considere ya como un recurso crítico.

Tres.

Vivimos en una sociedad orwelliana y no lo asumimos. El espionaje de Estados Unidos es a todo el mundo como ya se reveló. Es absolutamente indignante, reprobable, pero es una verdad universal. Nuestro embajador en Washington con qué cara pedirá una investigación exhaustiva si en sus momentos el wire tapping fue su hobby desde su oficina de la PGR.

Ahora le tocó a Peña Nieto y mandó a su secretario de Relaciones Exteriores a exigir la tal investigación. Investigar qué, si todo está clarísimo: fue la NSA de Obama, y a su gobierno, ¿quién lo investigará?