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Se podrá apreciar ese género desde dentro, afirman Edgardo y Alberto Aguilar

En documentales, una radiografía de 16 años de jazz en el DF

Anuncian que el primero será puesto a disposición del público este agosto

El material, más de 400 conciertos grabados en El Convite

Lo describen como una especie de cuadernos de investigación

 
Periódico La Jornada
Miércoles 31 de julio de 2013, p. 9

El próximo agosto, los hermanos Edgardo y Alberto Aguilar, que administran El Convite y el Foro 81 de la colonia Portales, pondrán al servicio de un público, cada vez mayor, el primero de una serie de documentales sobre el jazz en el Distrito Federal, una radiografía de esta música en los años recientes. Un detrás de cámaras.

En entrevista, Alberto Aguilar expresó que se podrá apreciar la escena del jazz desde adentro, con las ideas de los músicos. Normalmente, en algunos trabajos se ve la escena, pero desde fuera.

Edgardo acotó: Podría ser algo parecido a lo que hizo Ry Cooder con los soneros cubanos, pero con la diferencia de que nosotros no somos músicos, aunque algo hemos aprendido en 16 años de trabajo en El Convite. Comenzamos grabando en audio y video para llevar un registro y ahora hablamos de más de 400 conciertos grabados. Estos documentales podrán verse en diferentes medios para informarse sobre algún músico en particular; se cubrirá un vacío porque no hay nada parecido a lo que estamos desarrollando.

Alberto dijo que los documentales no se quedarán sólo con un contenido musical, pues se podrá observar a los jazzistas abajo del escenario. En este mundo hay muchas verdades a medias y ahora se trata de mostrarlas completas, como son los músicos en tanto personas y seres creativos. Son ellos y los lugares donde tocan. No queda nadie fuera. Mucho se habla de las cualidades del jazz como incluyente y eso se verá, no sólo para los seguidores, los habituales, sino para los que no han tenido contacto con esta música.

Algo más cotidiano

Edgardo añadió que no únicamente han grabado los conciertos en su negocio, sino los que han organizado en el Zócalo y en viajes. Son, además, muchas horas de entrevistas, lo cual constituye un gran material al que hay que dar salida. “Con los documentales se acabará en gran medida esa idea de que el jazz es un nicho para conocedores, para los que lo hacen y para los que lo consumen. Se busca que el jazz sea algo mucho más cotidiano, porque realmente así es y no es para unos cuantos privilegiados. Actualmente, el jazz pasa por un buen momento y para que no pase la ola es necesario sostener el auge. Hay sitios para oír el jazz que se han profesionalizado y dan a los músicos las condiciones adecuadas para que se sientan a gusto. Hacer un documental es contribuir a ese fin, en favor del jazz.

Estamos documentando el día a día, mientras los jazzistas siguen creando y grabando sin esperar a las disqueras. Laboran de manera independiente y profesional.

En tiempo, lo grabado a lo largo de 16 años es muchísimo, con un promedio de dos horas por concierto, por lo que la selección, la edición, implica picar piedra. Alberto afirmó que pueden decir que en lo grabado están todos los jazzistas de los años recientes, desde el primer concierto que dieron Los Tlayudos, lidereados por Rodrigo Castellanos, en 2000. El Convite fue abierto en 1996.

El trabajo está avanzado y Alberto precisó que dan su punto de vista, no una verdad absoluta. “Esto es el resultado de muchos años de trabajo con la colaboración de mucha gente. Los músicos pueden tener acceso a lo que hicieron hace dos años, por ejemplo, porque los archivos son nuestros. Un antecedente es el libro que publicamos, titulado Artificios. “Los documentales serán una especie de cuadernos de investigación sobre el desarrollo del jazz. También tenemos muchas fotografías. En este sentido ha sido valiosa la colaboración de Fernando Aceves, maestro de la fotografía.

Así, dijo Edgardo, los documentales abordarán lo que ha sido el jazz en el Distrito Federal desde el punto de vista de los músicos. Se verá un mundo que la mayoría de la gente desconoce. Lo que sorprende es que el jazz en la actualidad repercute en muchos jóvenes.

Para Edgardo, los documentales serán “el making-of del jazz, el cómo se hace incluso desde fuera del escenario”. Alberto: “El ego de los jazzistas ya no es un obstáculo para desarrollar proyectos; por el contrario, apoyan, colaboran. Llegan y preparan material para una tocada. Es emocionante haber visto conciertos inolvidables, de los que hacen desear que más público los hubiera podido ver. Dan ganas de compartir esos momentos. La experiencia se sobredimensiona cuando se oye la música en vivo; es muy diferente a escucharla en un disco.

Lo que los documentales no serán es un abc del jazz, un diccionario, sino una película intensa. El proyecto es caro, pero es un gusto muy especial por esta música.

Cada cuaderno podrá verse de manera independiente, pues no se trata de una cronología. Hay un orden, pero no es un índice ni un directorio. Se irá descubriendo un mundo poco a poco.

En la realización de este trabajo los hermanos Aguilar cuentan con el apoyo de la filósofa Lizet Silva.