Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 21 de julio de 2013 Num: 959

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Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Vicente Leñero en
sus ochenta años

José María Espinasa

María del Mar y el Movimiento Agorista
Evangelina Villarreal

Luis Javier Garrido: universitario ante todo

Roger von Gunten,
color y naturaleza

Allá y aquí
Bernard Pozier

La lectura como traducción
José Aníbal Campos entrevista
con Carmen Boullosa

Provincia griega d.c.
Panos Thasitis

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Columnas:
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Del teatro como espejo del mundo

Mariana Domínguez Batis


Cósmica y cosmética: pliegues de la alegoría en
Sor Juana Inés de la Cruz y Pedro Calderón de la Barca ,

Adriana Cortés Koloffon,
Iberoamericana/Vervuert,
Madrid /Frankfurt, 2013.

Vértigo espiritual, desencanto e incertidumbre inundan los ánimos de la época moderna, aquélla que quizá está al borde de un nuevo quiebre histórico. El sentimiento de crisis se propaga entre las sociedades de hoy al igual que unos siglos atrás, cuando el hombre barroco se debatía entre la tradición y los primeros vislumbres de modernidad y progreso.

En Cósmica y cosmética: pliegues de la alegoría en Sor Juana Inés de la Cruz y Pedro Calderón de la Barca, la doctora en letras Adriana Cortés Koloffon deshilvana el espíritu barroco –impregnado de una conciencia de crisis– y resalta su trascendencia en la actualidad, a través de las piezas teatrales de dos de los autores más relevantes del barroco español y novohispano.

Para ello, la autora elige el mito de aquél que “incapaz de amarse a sí mismo, se sumerge en las aguas de la Fuente: muere y se transforma en una flor”: el de Narciso, recreado por primera vez en la literatura en la Metamorfosis, de Ovidio. Mito que más tarde fue retomado por múltiples autores, como Sor Juana Inés de la Cruz en El divino Narciso, y Pedro Calderón de la Barca, en Eco y Narciso; obras analizadas por Cortés Koloffon en el libro en cuestión, surgido a partir de su tesis doctoral.

La idea de que el teatro es un espejo del mundo (imago mundi) y, por lo tanto, con su estudio es posible desentrañar la cosmovisión humana de una época, permea en la hipótesis de la escritora, quien se propone hacer una lectura de las dos obras clásicas del Siglo de Oro, oscilantes entre la “ortodoxia y la modernidad”, pero a partir de una visión del siglo xxi.

Imbuido de un lenguaje y estructura marcadamente académicos, Cósmica y cosmética… hace un recorrido a través de propuestas teórico-filosóficas como la teoría del pliegue, de Gilles Deleuze; la de las mónadas de Leibniz; los símbolos y arquetipos de Erich Neumann; el sistema alegórico de Angus Fletcher, y la tragedia griega. Todo lo cual constituye un marco teórico para encaminar al lector al estudio de las implicaciones más profundas de dos piezas fundamentales del siglo xvii.

A través de un exhaustivo análisis del universo pleno de signos, símbolos y alegorías del teatro de la poetisa de la Orden Jerónima y del exjesuita del Siglo de Oro español, la especialista encuentra que ambas obras implican una profunda reflexión de la vida humana y de cuestiones vitales como el libre albedrío, la muerte y las pasiones. Además, reflejan el sentido de la existencia y de la condición humana. Y más que respuestas, plantean preguntas. De ahí que su estudio se considera indispensable en el contexto actual.

Una de las riquezas más grandes del volumen es el estudio detallado de la obra de Sor Juana, que ayuda a develar parte importante del pensamiento de la monja y poetisa criolla, tan relevante para las letras nacionales e iberoamericanas. ¿Es Sor Juana una suerte de alquimista?, ¿conoció la modernidad? Son dos de las preguntas que detonan la curiosidad de la también periodista.

“Hechura fina de alta costura” es como la doctora en Literatura Iberoamericana por la unam define El divino Narciso, de Sor Juana, en donde encuentra importantes elementos de modernidad que podrían significar una contradicción entre la razón y la fe, aspectos propios de la época barroca. Es por medio de los símbolos y alegorías que el teatro de la monja implica varios niveles de significación asociados en todo momento con cuestiones religiosas.

El simbolismo presente en el auto sacramental de la novohispana implica la visión de una mujer criolla, una de las primeras en revalorar el pasado indígena de la entonces Nueva España. Entre los personajes de El divino Narciso, por ejemplo, se cuentan América, Occidente, Religión y Celo, quienes representan la conquista y la religión cristiana. A partir del análisis de la simbología presente en los diálogos y en otros elementos como el vestuario, la experta desembrolla los sentidos ocultos a una lectura superficial de El divino Narciso.

Escritora, periodista y estudiosa de la literatura, Adriana Cortés Koloffon presenta una propuesta teórica que nos muestra una faceta distinta –aunque realizada con la misma seriedad y maestría– a la mostrada por la autora el año pasado, cuando publicó Zona cero: Entrevistas con escritores (unam, 2012), una recopilación de su labor periodística de 1998 a 2010, donde el quehacer literario es escudriñado en incisivas entrevistas a personajes como Eduardo Galeano, Margo Glantz, Miguel León-Portilla, Enrique Serna, José Saramago o Antonio Tabucchi.


Comportamientos aprendidos

Jorge Alberto Gudiño Hernández


El matrimonio de los peces rojos,
Guadalupe Nettel,
Páginas de Espuma,
México, 2013.

La analogía suele ser una herramienta poderosa a la hora de construir ficciones. Esto se debe a que la representación de un objeto o persona puede llevarse a cabo a partir de otro con el que tiene relaciones de similitud. Más aún, la analogía permite entrar en los terrenos de lo simbólico al permitir que, partiendo de premisas basadas en la semejanza, se llegue a conclusiones que no necesariamente son correctas pero funcionan en el campo de la lógica de lo narrado. Esta estrategia es, en realidad, mucho más común de lo que parece. A fin de cuentas, todo personaje puede ser considerado una analogía de una persona. Más allá de este tecnicismo, existen procesos análogos mucho más marcados, como cuando se quiere comparar a una persona con un objeto, por ejemplo.

Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973) es una de las narradoras mexicanas más poderosas de la actualidad. Entre su obra narrativa destacan, con creces, sus libros de cuentos. El último no es la excepción. Obtuvo este año el Tercer Premio Internacional Narrativa Breve Rivera del Duero, uno de los pocos galardones literarios en los que la remuneración económica para un libro de cuentos está al nivel de los grandes premios de novela.

El matrimonio de los peces rojos está compuesto por cinco cuentos. En cada uno de ellos la autora plantea, a partir de la voz del protagonista, relaciones de semejanza entre el comportamiento de los personajes y diferentes animales. Así, utiliza a los peces rojos para hablar de la crisis matrimonial a partir del nacimiento de la primera hija de la pareja; las cucarachas son el pretexto para comparar la aséptica vida familiar que, una vez invadida por tan desagradables insectos, debe adaptarse para sobrevivir; los gatos también son un buen pretexto para reflexionar en torno a la maternidad no planeada y la comprensión de los animales; las serpientes han estado cargadas históricamente de elementos negativos pero, en este cuento, parecen ser más bien una tabla de salvación; los hongos son organismos a medio camino entre definiciones biológicas claras aunque bien puede atribuírseles una intencionalidad perniciosa.

Al margen de los temas, Nettel sabe contar historias. Lo hace con una prosa envolvente, que permite a los lectores adentrarse en un mundo bien diseñado, cargado de detalles que lo vuelven habitable. Además, consigue en pocas cuartillas que el lector conozca a los personajes y entienda las razones de su comportamiento. Es sabido que los libros de cuentos son difíciles porque suelen ser irregulares. No es el caso de El matrimonio de los peces rojos. Si acaso, saber que la analogía es el hilo conductor del libro hace que los lectores anticipen alguno de los finales. No es relevante. Estos cuentos no se basan en la sorpresa sino en la trama: una propuesta que la autora legitima a partir de cada uno de ellos.