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Se espera que Kate Middleton dé a luz hoy al tercero en la línea de sucesión de la corona

Todo Reino Unido permanece a la espera del nacimiento del royal baby
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Demostración de júbilo ante el nacimiento del nuevo integrante de la familia real, afuera del hospital St. Mary, en LondresFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de julio de 2013, p. 9

Londres, 12 de julio.

Todo Reino Unido, como afirman constantemente medios británicos e internacionales, está pendiente de la llegada del royal baby. Este sábado es la fecha en que la mayoría de publicaciones baraja como probable para que la duquesa Catalina de Cambrige dé a luz.

Esta vez, la situación es algo distinta a cuando hace 31 años nació el futuro papá Guillermo, primer hijo del príncipe Gales.

Por primera vez desde hace siglos, un bebé con sangre civil tiene opciones de convertirse en rey. Kate Middleton es la primera mujer de un futuro heredero desde hace mucho, mucho tiempo, por cuyas venas no corre sangre de la nobleza.

La monarquía británica, a la que se les achaca un cierto parecido entre sus integrantes, algunos de los cuales sufrieron hemofilia, recibirá aires nuevos por la vía genética. Una de las primeras señales en que esto podría manifestarse es en la piel del bebé, que quizá ya no nazca con la palidez característica de los Windsor. La piel de Kate tiene un tono más oliva, así que la del bebé será una mezcla, señalaba el experto en genética Anand Saggar, del hospital St. Georges, de Londres, en una entrevista.

Pero curiosidades aparte, lo cierto es que en Reino Unido hay debate porque una civil dé a luz a la persona que en unas décadas está llamada a ocupar el trono.

Los diarios cuestionan abiertamente si es bueno que el futuro monarca pase los primeros días de su vida en un hogar civil, aunque se trate de la casa que los Middleton poseen en Buclebury.

Y no es cualquier vivienda: su valor es de casi 5 millones de libras y probablemente se encuentra en mejor estado que el Palacio de Kensington. De hecho, los Windsor están gastando actualmente un millón de libras en renovar el palacio y eliminar el asbesto que contamina parte de sus estancias.

La duquesa de Cambridge proviene de una familia de emprendedores. Su madre, la ex sobrecargo Carole, fue –al parecer– quien la convenció para abandonar su solicitud de matrícula en una universidad tras enterarse de que el príncipe Guillermo estudiaría en St. Andrews, en Escocia, como informó en su día The Spectator.

Partiendo de medios muy modestos, Carole y Michael Middleton lograron sacar adelante una empresa millonaria dedicada al sector de las fiestas. Un honorable árbol familiar, comparado con algunos adúlteros y poco honrosos nombres cuyos retratos cuelgan en la galería de antepasados de los Windsor. Y este aspecto no ha pasado desapercibido para la formal Isabel II. A sus 87 años, la jefa de los Windsor ha aceptado sorprendentemente rápido a los Middleton.

Ahora, la familia Middleton tiene más derechos en la familia real que ningún otro noble. Los futuros abuelos del royal baby tendrán el placer de poder viajar en carruajes detrás de la reina en las carreras de caballos Royal Ascot. Ya el año pasado, con motivo de las celebraciones por los 60 años de Isabel II en el trono, fueron invitados a la fiesta en barco en el Támesis y también estuvieron en la cacería organizada en la residencia de verano de Balmoral, Escocia.

Ligeros aires de modernidad

Con todo, la sangre azul desteñida del futuro heredero tendrá que esperar hasta poder reinar algún día. Su bisabuela, la reina, tiene salud de roble, a pesar de sus 87 años, y la abdicación está fuera de todo planteamiento. El primero en la línea de sucesión es su abuelo, el príncipe Carlos de Gales, y después su padre, Guillermo. Con todo, las dos cámaras del Parlamento británico sí han garantizado entre tanto que, independientemente de si es niño o niña, el bebé sea nombrado número tres en la línea de sucesión.

Así, al contrario de lo que sucedía hasta ahora, ya no podrá ser adelantado por un futuro hermano menor. Otro soplo de modernidad entre los Windsor.