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Por primera vez, el Lunario del Auditorio Nacional abre sus puertas al género barroco

La música antigua se interpreta con rigor, sin caer en puritanismos, opina flautista
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de julio de 2013, p. 4

La música antigua debe tocarse con rigor, sin puritanismos. De ello no tiene duda el ejecutante de flauta de pico Moisés Sánchez Ross, director del Collegium Musicum Bach, quien hace unos días inauguró el ciclo Sueño barroco de una noche de verano, en el Lunario del Auditorio Nacional.

En la primera ocasión que dicho recinto abre sus puertas a la música antigua, el ciclo comprende además la participación de otras dos agrupaciones dedicadas a la investigación y el rescate del arte sonoro europeo y americano de los siglos XVI al XVIII: Concierto Barroco y Castalia Ensamble, que actuarán de forma respectiva el 17 y el 24 de julio.

Quienes hacemos este tipo de repertorio, con apego histórico, tenemos que ser rigoristas sin caer en el puritanismo. Debemos, por ejemplo, evitar errores que quizás antes eran comunes. Eso no implica ser infieles a la hora de tocar, explica Sánchez en entrevista.

Somos músicos del siglo XXI haciendo música del XVIII para personas del XXI. Por tanto, no debemos empecinarnos en interpretarla como en aquella época, sino tratar de reproducir cómo se escuchaba entonces para el público de hoy.

A decir del artista, es imposible conocer de manera exacta cómo se hacía la música en la antigüedad, excepto por algunos tratados y documentos históricos, entre ellos principalmente pinturas.

Sin embargo, aclara que cuando se habla de interpretar con rigor histórico, o matices originales, significa utilizar instrumentos del periodo (por lo general réplicas) y principios musicales de aquellas épocas.

Uno como músico debe ser muy fiel al tocar. Debe poner la técnica y la información históricas que posee al servicio de la música, no la música al servicio de la técnica y de la información históricas, enfatiza.

Recital del Collegium Musicum Bach

Respecto del Collegium Musicum Bach, Moisés Sánchez cuenta que fue integrado en el año 2000, en el contexto del 250 aniversario luctuoso de Juan Sebastián Bach, con la finalidad de interpretar todo el repertorio escrito por el compositor alemán.

Primero como trío, que pronto se convirtió en cuarteto y, con el paso de los años, se consolidó en su formato actual de orquesta barroca, la agrupación también amplió su repertorio a otros compositores de esa época e incluso hasta del Rococó, aunque siempre con Bach como autor tutelar.

El flautista asume que en lo individual, como en grupo, forma parte del auge que la música barroca tiene en México desde hace unas tres décadas, el cual se refleja, indica, en la existencia de un importante número de solistas y grupos dedicados a esa vertiente, así como el interés de muchos jóvenes por estudiar esta especialidad, así como en el gusto del público.

Precisa que tal interés no es exclusivo del país, sino que forma parte de un movimiento mundial que se remonta a mediados del siglo XX, el cual se debe al trabajo de importantes musicólogos e intérpretes como Gustav Leonhardt y Nikolaus Harnoncourt.

De acuerdo con Moisés Sánchez, la vigencia de la música barroca es inobjetable, al recrear lo más sublime y delicado del espíritu humano: Es una expresión actual, que aunque fue escrita hace mucho tiempo habla de los mismos sentimientos, problemas e inquietudes que tenemos hoy .

Con el título En la dulzura del sueño, el programa que interpretó el Collegium Musicum Bach incluyó obras de Bach, Domenico Scarlatti y Georg Philipp Telemann, entre otros.