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Hay que hablar de cosas importantes, no de las que no son las mejores, alega

Evade Rajoy responder sobre el cobro de sobresueldos ilícitos cuando era ministro

Funcionarios del gobierno español exaltan la honorabilidad y honradez del mandatario

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 11 de julio de 2013, p. 32

Madrid, 10 de julio.

El presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, guarda silencio. No dice nada ni responde a los periodistas sobre los pagos de sobresueldos ilegales durante su etapa como ministro en la gestión de José María Aznar, en lo que supondría haber incurrido en una serie de delitos, tanto fiscales como contra la administración pública. Las únicas palabras que pronunció el mandatario, acosado por los escándalos de corrupción de su partido y de su trayectoria, fue que hay que hablar de las cosas importantes y no de las que no son las mejores.

El hervidero en el que se ha convertido la política española no remite y ni aún así el presidente del gobierno ha salido a la palestra para aclarar, desmentir o explicar las graves acusaciones y pruebas en su contra de haber cobrado sobresueldos ilegales y de haberlos recibido en su propio despacho de ministro, cuando le entregaban cajas de puros Montecristo, que en lugar de habanos tenían fajos de billetes. La crisis política se precipitó tras el encarcelamiento del que fue tesorero durante 20 años del Partido Popular (PP), Luis Bárcenas, quien decidió pasar al ataque y empezar a revelar algunos detalles de la supuesta contabilidad secreta del partido, los sobresueldos ilegales, el financiamiento irregular y el supuesto pago de comisiones ilícitas.

Como prueba documental, el propio Bárcenas entregó una serie de documentos originales, escritos con su puño y letra, que formarían parte de la contabilidad secreta del PP. Incluso el ex tesorero reconoció que su partido se ha financiado durante 30 años de forma ilegal y ha incurrido en numerosas infracciones y delitos.

El propio Bárcenas entregó los documentos al periódico El Mundo, en concreto a su director, Pedro J. Ramírez, quien fue citado a comparecer como testigo ante la Audiencia Nacional, así como el propio Bárcenas, que tendrá que aclarar la próxima semana todos los extremos que se desprenden de los documentos originales, incluido el cobro de sobresueldos ilegales del presidente del gobierno, así como de otros muchos dirigentes del PP, entre ellos Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja, Javier Arenas y la actual secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien supuestamente está implicada en una oscura trama del pago de 200 mil euros de comisiones ilegales a cambio de que desde el ayuntamiento de Toledo, que ella presidía, se otorgara un contrato para la recogida de basura de más de 40 millones de euros.

Y con la crisis de Bárcenas en su momento más álgido, Rajoy no cambió el guión y se limitó a pronunciar una frase genérica sobre lo importante. En España hay referentes internacionales muy importantes, lo que pasa es que, a veces, tenemos una cierta tendencia a contar las cosas que no son las mejores, y de vez en cuando tenemos que hablar de las cosas que son importantes. Y ésta es importante y es buena, en referencia a la presentación de un vehículo de fabricación española.

Al margen del silencio de Rajoy, la mayoría de los ministros de su gobierno que fueron cuestionados sobre el asunto cambiaron el silencio de ayer por una serie de argumentos similares, en los que se destacaba la honorabilidad, la honradez, el carácter intachable y la ética de Rajoy. Así lo expresaron sus ministros de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; de Interior, Jorge Fernández Díaz; o el canciller, José Manuel García-Margallo.

La única voz discordante al interior del PP sigue siendo Esperanza Aguirre, ex presidenta de la Comunidad de Madrid y referente de la derecha española, quien invitó a su partido a reconocer los errores y atajar el problema de raíz. Una postura que provocó un airado malestar entre los diputados conservadores, como Rafael Hernando, quien le reviró la acusación y dijo que a lo mejor se refiere a lo que está ocurriendo en el PP de Madrid, del que Aguirre es presidenta.

Mientras crece el escándalo de Bárcenas y el PP, en el Congreso de los Diputados se rompieron las negociaciones entre los grupos parlamentarios para aprobar una nueva ley de transparencia, una vez que la mayoría de los grupos –salvo el PP y el también conservador UpyD– decidieron levantarse de la mesa al menos hasta que haya una comparecencia ante el Parlamento del mandatario español.

Así lo resumió uno de los voceros de Izquierda Plural, Joan Josep Nuet: El Grupo Popular está de corrupción hasta las cejas. Nosotros queremos mirar de frente a la sociedad española que si hoy estuviese aquí sentiría vergüenza de esta ponencia que se ha reunido como si no pasara nada y cuando el presidente del gobierno se niega a dar explicaciones públicas.