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Su depresión, por la tristeza que embarga a boxeadores a cierta edad

La pelea más importante de Nápoles, volver a sentirse bien, dice Sulaimán
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de julio de 2013, p. a15

“La pelea más importante por ahora de José Ángel Mantequilla Nápoles es que vuelva a sentirse bien, sobre todo mentalmente”, consideró José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

El ex pugilista de 73 años se encuentra desde el pasado miércoles en un hospital del Seguro Social de Ciudad Juárez debido a que presenta anemia y depresión, síntomas que el dirigente atribuyó a la tristeza que les llega a todos los boxeadores a cierta edad, pues empiezan a pensar mucho en el pasado y ven que ya no son las estrellas que solían ser, que sus glorias se han esfumado, que ya no pueden. Así como en sus múltiples problemas.

No obstante, sin duda fue uno de los mejores peleadores de su tiempo, tenía un estilo magnífico, una pegada fuerte. Era un boxeador de gran calidad, un técnico de primera que tenía gran dominio de la distancia. Definitivamente yo lo considero uno de los más grandes, comentó.

El dirigente recordó que precisamente el originario de Santiago de Cuba se ganó el apodo de Mantequilla por su excepcional técnica para escabullirse de los puños de sus contrincantes.

Lograba esquivarlos con un ligero movimiento del cuello, tenía siempre su cara firme y su guardia baja. Entonces cuando le tiraban un golpe hacía un pequeño desplazamiento y no lograban conectarlo. Tenía mucha gracia para pelear, era impresionante, abundó.

Contrario al típico carácter guapachoso de los caribeños, el ex campeón mundial wélter es muy serio. No es dicharachero y tan alegre como los de su tierra. Claro que en sus tiempos de juventud le gustaba la fiesta, pero no era muy asiduo a ellas. Incluso tuvo un conjunto musical en Ciudad Juárez, pero se aburrió y lo desintegró, relató Sulaimán.

Sin embargo, lamentó que la historia de Nápoles haya sido como la de muchos otros grandes pugilistas, que malgastaron toda su riqueza al caer en ciertos vicios.

Dijo que la perdición de José Ángel fueron las apuestas. Desafortunadamente le gustaba mucho el hipódromo, pero era un muchacho bueno. No digo que no se haya tomado sus copas, pero era bastante discreto en eso, nadie lo conoció por ser borracho, y drogadicto tampoco fue. Su gran problema fue el juego, ¡que bárbaro!, ¡cómo apostaba!

Actualmente Mantequilla se mantiene de las ganancias que obtiene de un modesto gimnasio ubicado en Ciudad Juárez, el cual se reinaguró hace 15 días, y de la pensión vitalicia que recibe de la fundación del empresario Carlos Slim.

Gracias a esa ayuda fue que pudimos hospitalizar en el IMSS a mi compadre, porque él no quería, pero logramos convencerlo. Ahora estamos pendientes de su salud y lo seguiremos apoyando en lo que se pueda con tal de que esté bien, añadió Sulaimán, quien dijo que próximamente iría a visitarlo.

Por su parte, su compatriota, el también ex boxeador Ultiminio Ramos, precisó que le guarda un cariño muy especial a Mantequilla, pues fue uno de los peleadores con los que llegué a México. Nos ayudábamos todo el tiempo porque estábamos solos en un país desconocido. Siempre fuimos grandes amigos, hablábamos mucho de nuestras peleas y nos dábamos consejos.

Relató que se encontró con él hace año y medio durante un acto del CMB y le dio cierta tristeza verlo tan frágil y lento, ya no era ágil como antes, ya no era un roble fuerte, sino todo lo contrario.