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En dos sexenios pasó de $173 mil millones a 541 mil millones, un promedio de 17.7% anual

Se disparó 212% el monto de pensiones para el sector público

En 2013, para el Ramo 19 fueron asignados 408 mil millones de pesos, más de la tercera parte de lo que será transferido a estados y municipios para educación, salud y asistencia social

 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de julio de 2013, p. 22

Uno de cada cuatro pesos gastados por el gobierno federal entre enero y mayo pasados fueron destinados a cubrir los pagos relacionados con los fondos de pensión de los trabajadores del sector público, un rubro que adquiere cada vez más peso en el presupuesto, mostraron datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El gasto en seguridad social, relacionado con las pensiones de trabajadores de la administración federal, sumó 242 mil 37 millones de pesos en los primeros cinco meses del año, cantidad mayor en 1.8 por ciento en términos reales –descontada la inflación– a la del mismo periodo de 2012, de acuerdo con información de Hacienda.

La suma destinada a cubrir el costo de las pensiones en el gobierno federal fue equivalente a 24 por ciento de todo el gasto programable de mismo, que en el periodo de referencia fue de un billón 46 mil 57 millones de pesos, reveló la SHCP.

Este gasto sólo está relacionado con los costos del sistema pensionario de la administración federal; no incluye los de las universidades públicas ni administraciones estatales y municipales, como tampoco al sistema que administra los fondos de retiro de los trabajadores del sector privado que cotizan a las Afore.

Los recursos públicos destinados a financiar las pensiones de los trabajadores del gobierno equivale a más de tres cuartas partes de las transferencias que reciben todos los estados y municipios para educación básica y normal, salud, combate a la pobreza y asistencia social, según datos oficiales.

Destino del gasto

El gasto público se divide en programable y no programable. El primero incluye las erogaciones relacionadas directamente con un programa público para cumplir la gestión gubernamental o desarrollar actividades de carácter social y productivo, según una definición de Hacienda. El gasto no programable, en tanto, es el conjunto de erogaciones relacionadas con el pago de capital e intereses de la deuda pública, las participaciones a estados y municipios, y adeudos de ejercicios fiscales anteriores.

Actualmente, los programas relacionados con el ejercicio de gobierno, desde educación y salud a combate a la pobreza; la gestión de la administración pública y, en fin, todas las actividades y programas del sector público consumen tres cuartas partes del gasto programable, mientras el rubro de pensiones y seguridad social de los trabajadores públicos se lleva la otra cuarta parte del gasto, en términos generales.

Así fue en el periodo comprendido entre enero y mayo pasados: el gasto programable sumó un billón 46 mil 57 millones de pesos; de esa suma, 804 mil 19.5 millones de pesos, equivalente a 76 por ciento del total del gasto, estuvo relacionado con las funciones y programas de gobierno; y el resto, 242 mil 37 millones de pesos, 24 por ciento del total, con el costo de las pensiones de los trabajadores del gobierno.

La partida del gasto público relacionado con cubrir el costo de las pensiones de los trabajadores del gobierno federal se disparó en los últimos años, según los datos de Hacienda. En 2000, este rubro consumía recursos por 173 mil 4476.7 millones de pesos, cantidad que, en 2012, se elevó a 541 mil 779.5 millones de pesos, un crecimiento de 212 por ciento. Esto representó una tasa de crecimiento promedio anual de 17.7 por ciento, casi ocho veces el promedio de crecimiento de la economía mexicana que, en ese periodo, fue de 2.04 por ciento.

Obligaciones presupuestarias

El gasto en pensiones está incluido en el presupuesto de egresos de la Federación en el llamado Ramo 19, que agrupa las provisiones de recursos para financiar el cumplimiento de las obligaciones relacionadas con la seguridad social. En este ramo, de acuerdo con la SHCP, se incluyen las transferencias fiscales a cargo del gobierno federal destinadas a cubrir el pago de pensiones, cuotas, aportaciones y subsidios y otras erogaciones de seguridad social, que son entregadas a los instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y el de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (Issfam).

El presupuesto de egresos de la Federación para 2013 considera para el Ramo 19 de aportaciones a la seguridad social de los trabajadores del sector público una partida de 408 mil 730.4 millones de pesos. Es una cantidad que equivale a más de tres cuartas partes, 79.5 por ciento, de los recursos que este año serán transferidos por la Federación a los estados y municipios para educación, salud e infraestructura, agrupados en el llamado Ramo 33.

En 2013, el Ramo 33 del presupuesto de egresos de la Federación tiene asignados recursos por 513 mil 903 millones de pesos, de acuerdo con la SHCP. Este apartado es el mecanismo presupuestario por el que la Federación transfiere a los estados y municipios recursos para fortalecer su capacidad de respuesta en los rubros de: educación, salud, infraestructura básica, fortalecimiento financiero y seguridad pública, programas alimenticios y de asistencia social e infraestructura educativa, según la definición de Hacienda.

Mejoras a futuro

El crecimiento de las pensiones públicas en México ha sido explosivo durante la primera década del siglo XXI, explica Pedro Vásquez Colmenares G., autor de Pensiones en México, la próxima crisis, publicado el año pasado.

Las obligaciones pensionarias de gobiernos federal y estatales; de empresas paraestatales y universidades públicas para con sus trabajadores crecieron aceleradamente desde la década de los años 60 del siglo pasado, sin que se crearan mecanismos para financiarlas cuando llegara el momento de pagarlas, explica.

“Todos estos beneficios se establecieron o se renegociaron ... en el marco de las recurrentes crisis económicas de las décadas de los 80 y 90 (del siglo pasado) bajo el principio de ‘si no me puedes dar los aumentos salariales que requiero, al menos obtendré mejoras en las prestaciones futuras’”, menciona el especialista en el libro citado.

El gasto pensionario del gobierno, es decir, el que realiza para cubrir las pensiones de sus trabajadores, se triplicó entre 2001 y 2010; pero, en el mismo periodo, se dieron comportamientos que el especialista califica de sobresalientes: Petróleos Mexicanos sextuplicó su gasto pensionario entre 2001 y 2010; el Issste (para con sus trabajadores, no para sus afiliados) lo quintuplicó; la Comisión Federal de Electricidad lo cuadruplicó y el IMSS (también en su faceta de patrón) lo triplicó.