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De 3 a 9 horas opera after en un despacho de Insurgentes

Más allá de los destrozos, preocupa la presencia de personas armadas, denuncian

Cuatro hombres de negro apostados en una pequeña puerta marcan el comienzo de la fiesta

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El acceso al after está ubicado a escasos metros de los restaurantes Levó y Las DeliciasFoto Mariana Suárez
 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de junio de 2013, p. 37

La presencia de cuatro hombres de traje negro, corbata del mismo color y camisa blanca en una pequeña puerta lateral del edificio marcado con el número 1027 de la avenida Insurgentes Sur, indica que empezó la fiesta.

Son las 2:34 horas. Los primeros en atender la cita son una pareja dedicada a la venta de cigarros y dulces a los clientes, que en pocos minutos comenzarán a llegar.

A partir de las tres de la madrugada arriban hombres y mujeres de diversas edades y hacen fila en el pequeño acceso para entrar al antro que, de acuerdo con vecinos, forma parte del Levó, bar que comparte espacio y es del mismo dueño de Las Delicias, restaurante ubicado en la planta baja de un inmueble que, a decir del portero, Raymundo Silva Mora, es sólo para renta de despachos, con excepción de Las Delicias.

Desde hace meses –no se sabe con exactitud cuántos, pero podrían ser más de 10– el lugar abre poco antes de las 3 horas y cierra después de las 9. De acuerdo con vecinos, es un after, como el Heaven –ubicado en la Zona Rosa–, donde reciben a jóvenes que buscan seguírsela (la fiesta), ya que en otros lugares ,a partir de las tres de la mañana comienzan a correrlos, pues están fuera de la ley, afirmó un vecino de la zona.

En un video con duración de más de 10 horas, al que tuvo acceso este diario, se constató que la entrada lateral del edificio ubicado en Insurgentes Sur, esquina con Detroit, en la colonia Noche Buena, de la delegación Benito Juárez, es por donde ingresan los clientes al primer piso, donde se presume que se encuentra el bar, pero también podría estar en el segundo, según empleados de inmuebles aledaños.

En un recorrido por dicho inmueble, este diario verificó que hay una escalera que lleva a una puerta negra, la cual se encontraba cerrada con llave y advertía ser un acceso.

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Una pequeña puerta lateral permite el acceso al afterFoto Mariana Suárez

Sin saber que este diario conocía las actividades que cada miércoles, jueves, viernes y sábados se llevan a cabo en el edificio, Silva Zamora accedió a mostrar el despacho que se encuentra en renta en el cuarto piso. Afirmó que la renta de ese espacio, con al menos cuatro habitaciones, oscilaría entre 15 y 17 mil pesos al mes. Añadió que para mayores detalles, sería necesario contactar a Rosa María Rodríguez, administradora del inmueble.

De acuerdo con los denunciantes –quienes decidieron permanecer en el anonimato por miedo a represalias de quienes manejan los negocios mencionados–, existe seria preocupación al notar que más allá de los destrozos en los alrededores, suciedad, orines en botellas, olores desagradables y hasta vidrios rotos, haya este tipo de lugares, donde se ven guaruras (hombres armados), y si es clandestino o ilegal, pues debe de haber de todo, no creo que sólo alcohol.

Es a partir de las ocho de la mañana (de acuerdo con las imágenes grabadas del 17 al 18 de mayo) que los jóvenes comienzan a salir, algunos en evidente estado de ebriedad, otros cansados con los zapatos en la mano.

En tanto, personal que viste chalecos verdes y rojos sale con recogedores y escobas; barren y limpian alrededor, otros más agilizan el paso para ir por los autos de los clientes. Mientras los hombres vestidos de negro acompañan a los jóvenes y se despiden con un fuerte abrazo, anunciando que volverán. Todo ello sucede cerca de las 9 de la mañana, tan sólo a dos cuadras de la calle Carolina, donde se ubica el Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal.