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Economía Moral

La medición de la pobreza en América Latina/ II

Fuentes de bienestar, crítica de métodos parciales y génesis del MMIP

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as críticas específicas a las variantes de NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas) y de LP (Línea de Pobreza) que se venían aplicando en América Latina antes de 1990, y que presenté en la entrega anterior (24/5/13), las complementé con una crítica más amplia de ambos métodos por su carácter parcial, por lo que les llamé métodos parciales. Esta crítica dio origen al MMIP (Método de Medición Integrada de la Pobreza), primero en su variante original (VO) y después a su variante mejorada (VM), que como su nombre lo indica (medición integrada) se propuso superar el carácter parcial de las mediciones existentes. Esta crítica y sus consecuencias las enuncié originalmente en Pobreza y necesidades básicas. Conceptos y métodos de medición, proyecto regional para la superación de la pobreza, RLA/86/004, PNUD, Caracas, 1990, en los siguientes términos:

El método de LP procede como si la satisfacción de necesidades básicas dependiera solamente del ingreso o del consumo privado corriente de los hogares. En realidad son cinco las variables que determinan tal satisfacción: a) el ingreso corriente; b) los derechos de acceso a servicios o bienes gubernamentales; c) propiedad (o derecho de uso) de activos que proporcionan servicios de consumo básico; d) tiempo disponible para la educación (actual y en el pasado), el descanso, la recreación y el trabajo del hogar; e) activos no básicos. Entre algunos rubros existe posibilidad de sustitución. Con un mayor ingreso se pueden sustituir algunos derechos de acceso, atendiendo necesidades como salud y educación privadamente. Esta sustituibilidad no es perfecta, sin embargo; con ingresos adicionales no se puede sustituir la falta de tiempo disponible para educación y recreación. En la medida en la que el método de LP no toma en cuenta estas otras dimensiones, solamente capta una visión parcial de la pobreza, por lo que tiende a subestimar la pobreza. El método de NBI, tal como se suele aplicar a partir de los censos de población, pone énfasis en las necesidades asociadas con servicios del Estado (educación, agua, sistemas de eliminación de excretas) o con necesidades asociadas con inversión privada (vivienda y educación). En síntesis, mientras el método de LP se centra en los requerimientos de consumo privado corriente, el de NBI lo hace en los requerimientos de consumo público (en el sentido de cuentas nacionales) y de inversión publica y privada.

En este párrafo se enuncian, sin llamarlas así, las fuentes de bienestar de los hogares. Se enuncian 5 en lugar de las 6 fuentes de la formulación más reciente, que a la lista anterior añade conocimientos y habilidades. El texto continúa así:

“Los métodos de LP y de NBI, tal como se aplican usualmente en América Latina: a) parten de diferentes conceptos de pobreza; b) resultan en diferentes mediciones de pobreza tanto para el total de hogares (o población) pobre que identifican, como por los hogares específicos identificados y por la evolución de la población pobre resultante; c) deben concebirse más como métodos complementarios que como métodos alternativos. Esto es así por el énfasis que el método de LP pone sobre el consumo privado corriente y el de NBI sobre la inversión (pública y privada) y el consumo público. Al aplicarse conjuntamente, en consecuencia, la población pobre resulta la unión de los con juntos de pobres detectados por ambos métodos y no su intersección. De lo anterior se deriva que el análisis de la evolución de la pobreza debe hacerse –si se parte de los métodos de LP y de NBI aquí descritos– por la unión de ambos métodos y no por ninguno de ellos tomados en forma parcial”.

En este segundo párrafo se enuncia la conclusión central, los métodos son complementarios y no alternativos, porque identifican (in)satisfacciones que dependen de diferentes fuentes de bienestar, incluyendo desde entonces la de tiempo disponible. Es decir, desde 1990 estaba clara no sólo la VO del MMIP (la unión de los conjuntos de LP y NBI) sino también la simiente de la VM del MMIP.

La variante original del MMIP (VO-MMIP). Este método surgió de las percepciones citadas previamente apoyadas empíricamente en los experimentos de Beccaria y Minujín (Métodos alternativos para medir la evolución del tamaño de la pobreza, Documento de Trabajo N° 6, Instituto Nacional de Estadística y Censos, Buenos Aires, s.f.) y Kaztman (La heterogeneidad de la pobreza. El caso de Montevideo, Revista de la Cepal, número 37, abril, 1989). Consiste en la aplicación simultánea, en cada hogar, de las variantes analizadas en la entrega del 24/5/13: LP-CNA (canasta normativa de alimentos del método de línea de pobreza) y de la variante original (VO-NBI. Un hogar es considerado pobre si resulta serlo en al menos una de las dos dimensiones así verificadas. Por tanto, la incidencia de la pobreza es la unión de los conjuntos identificados en ambas dimensiones. Se identifican tres grupos de pobres: aquellos que lo son con ambos métodos, los que lo son sólo con LP y los que lo son sólo con NBI. Esta tipología de pobreza es un atractivo de la variante. En la gráfica se ilustra este resultado con datos de Beccaria-Minujin. Ahí puede verse que la población no pobre por ambos métodos en Buenos Aires en 1976 fue de 69.2 por ciento, mientras la pobre por alguno o ambos métodos (es decir en la unión de los conjuntos) fue de 30.8 por ciento (que se descompone en 8.8 por ciento de pobres sólo por NBi, 15 por ciento de pobres sólo por LP, y 6.9 por ciento de pobres por ambos métodos; es decir, en la intersección de los conjuntos.

Al combinar LP-CNA y VO-NBI, la VO-MMIP se aproxima a una inclusión completa de las fuentes de bienestar, pero al hacerlo de manera acrítica, hereda sin superar algunas debilidades de dichos métodos. De LP-CNA hereda sin superar una debilidad: (1) La dimensión de ingresos mide sólo la pobreza alimentaria, por lo cual otras necesidades no verificadas vía NBI quedan sin verificar en la VO-MMIP. De la variante original de NBI hereda sin superar las limitaciones siguientes: (2) La incidencia de la pobreza no es independiente del número de indicadores de NBI incluidos. (3) No se pueden calcular otros índices de pobreza fuera de la incidencia. (4) Como los umbrales de NBI se definen de manera absoluta y estática, la tendencia descendente de la pobreza por NBI (deficiencia que no es intrínseca de la LP-CNA), la VO-MMIP reflejará un peso decreciente de la pobreza por NBI dentro de la pobreza del MMIP, ya que tenderá a disminuir más rápidamente que la pobreza por LP, o a bajar mientras ésta sube. Al combinar los dos métodos, surge otro problema: (5) El criterio de pobreza (debajo de la línea de pobreza y/o con una o más carencias por NBI) es muy cuestionable. Si un millonario no manda a su hija o hijo a la escuela, el hogar es catalogado como pobre. Por último, aunque al integrarlos se cubren mucho mejor las fuentes de bienestar, esta cobertura sigue siendo incompleta: queda fuera la fuente de bienestar tiempo disponible y (con los indicadores usuales utilizados) también los conocimientos y habilidades de los adultos.

Esta crítica a la VO-MMIP y el desarrollo de la VM-MMIP estaban en proceso de desarrollo en 1991, al cerrase el Proyecto RLA/86/004, lo que me permitió al poco tiempo de regresar a México concluir ambas tareas, como puede verse en los capítulos 4, 5 y 6 (de mi redacción) en Beccaria, Boltvinik et al. América Latina: El reto de la pobreza, PNUD, RLA/86/004, Bogotá, 1992.

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