Opinión
Ver día anteriorMartes 28 de mayo de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Sonrisas forzadas

Señales de alerta

Debilidad interna

C

ada día que transcurre se observa más forzada la sonrisa de los funcionarios del sector económico-financiero a la hora de presumir fortalezas, bondades y conexos del sistema económico mexicano. Y no es para menos, porque los resultados concretos del modelito que han defendido a capa y espada ni de lejos corresponden a los emotivos discursos ni a los abundantes elogios por ellos mismos difundidos.

El horno no está para bollos, y mucho menos para sonrisas. La economía recula y el fantasma de un nuevo catarrito amenaza los planes de la nueva administración, la cual, dicho sea de paso, parece no reaccionar con la velocidad necesaria para atemperar otra probable sacudida, estimulada por un entorno global lo suficientemente hostil como para quedarse con los brazos cruzados, porque el problema es externo (Felipe Calderón dixit).

Como bien advierte el más reciente análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), el resultado económico del primer trimestre de 2013 es una señal de alerta. pues en el ámbito internacional la actividad económica de los países avanzados sigue débil y dependiente de la aplicación de estímulos monetarios y fiscales; en particular, persiste el riesgo de que la desaceleración de la economía estadunidense se intensifique a corto plazo, lo que podría afectar aún más el desempeño de nuestra economía.

De acuerdo con la información del Inegi, el producto interno bruto (PIB) en el primer trimestre de 2013 registró un incremento anual de apenas 0.83 por ciento, muy por debajo de lo reportado en el mismo periodo de 2012 (4.9 por ciento) y el más reducido de los últimos 13 trimestres (es decir, desde la crisis). Sobre el particular, el CEFP indica que el crecimiento del PIB no fue del todo satisfactorio dado que fue mucho menor a lo previsto en la Encuesta de las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de abril de 2013, a lo anticipado por el Banco de México y a lo pronosticado por la Secretaría de Hacienda.

Según la SHCP, la evolución del PIB en el primer trimestre se debió a que 2012 fue un año bisiesto y de que las vacaciones de Semana Santa tuvieron lugar en abril, mientras en 2013 fueron en marzo. No obstante, es de esperar que el efecto de Semana Santa sea contrarrestado en el segundo trimestre de este año cuando se presente la situación inversa, por lo que sólo quedaría el efecto de año bisiesto.

Sin embargo, de acuerdo con el citado centro de estudios el desempeño económico también perdió dinamismo. En lo que compete al PIB ajustado por factores de estacionalidad, pasó de un crecimiento de 0.67 por ciento en el cuarto trimestre de 2012 a uno de 0.45 por ciento en el primer trimestre de 2013. En tanto que el comportamiento de las actividades que lo integran fue heterogéneo: las primarias disminuyeron 1.12 por ciento, luego de que en el último cuarto de 2012 aumentaron 2.87 por ciento. Mientras que las secundarias y terciarias repuntaron al registrar un aumento de 0.15 y 1.48 por ciento, respectivamente, cuando un trimestre atrás la variación fue negativa (0.33 y 0.86 por ciento, respectivamente).

La tendencia del PIB es preocupante, apunta el CEFP, sobre todo en un contexto en el que las exportaciones mexicanas se ven afectadas por la debilidad de la actividad económica mundial, la cual muestra una evolución desigual entre regiones y continúa siendo dependiente de los estímulos monetarios y fiscales en los países avanzados. Además, si bien las condiciones en los mercados financieros internacionales han presentado una aparente mejoría gradual, mantienen cierta volatilidad.

Adicionalmente, en lo interno, como se reconoce en el último anuncio de política monetaria de la junta de gobierno del Banco de México, algunos indicadores del consumo continúan presentando signos de debilidad, por lo que en dicho anuncio se precisa que prevalecen riesgos a la baja para la actividad productiva, derivados esencialmente de la posibilidad de que la reciente desaceleración de la economía de Estados Unidos pudiera intensificarse. Por su parte, el sector privado considera que los principales factores que podrían limitar el ritmo de la actividad económica durante los próximos meses, por orden de importancia, son: la debilidad del mercado externo y de la economía mundial (principal causa a lo largo del último año); la inestabilidad financiera internacional; los problemas de inseguridad pública; la ausencia de cambios estructurales en México y la debilidad del mercado interno.

Así, destaca el CEFP, con base en la información citada y en la evolución económica reciente, la Secretaría de Hacienda ajustó a la baja su estimación sobre el crecimiento económico del país para el presente año, la cual pasó de 3.5 a 3.1 por ciento. La previsión de la autoridad hacendaria es menor a la del sector privado, el cual anticipa una expansión de 3.35 por ciento; cifras todas ellas por debajo del aumento del PIB observado en 2012 (3.92 por ciento), lo que implica una pérdida de dinamismo de la actividad productiva.

En lo referente a la economía estadunidense, el centro de estudios refiere que la actividad industrial se desaceleró en abril y las solicitudes iniciales de seguro de desempleo aumentaron de forma importante. Sin embargo, esto último fue considerado consistente con un escenario de generación de empleo moderado. Por otro lado, la recuperación del sector de la vivienda continúa en marcha, la emisión de permisos de construcción aumentó en marzo por encima de lo que anticipaba el mercado.

Europa sigue en recesión, lo que profundizó las dudas sobre la capacidad que tienen los países regionales para implementar medidas que les permitan superar el deterioro de su actividad económica y los altos niveles de desempleo que los aquejan. En cuanto a los mercados financieros internacionales, se vieron influidos por las expectativas de un menor crecimiento económico en China y por los temores de que los programas de estímulo monetario de la Reserva Federal estadunidense y de los bancos centrales de otras economías avanzadas estén llegando a su fin.

Las rebanadas del pastel

Entonces, menos sonrisas forzadas y autoelogios, y más acción para evitar que otro catarrito arrase con lo poco que dejó el anterior.