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Joel y Ethan Coen arrancan las primeras risas de la crítica en Cannes con Iside Llewyn Davis

El folk fue opacado por la explosión del fenómeno rock

Consideramos que aquella música es digna de respeto y por eso tiene mucho sentido evocarla, dicen

La trama gira tanto alrededor de un gato, que tuvimos que usar seis felinos para el rodaje, señalan

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Joel y Ethan Coen en el 66 Festival Internacional de Cine de CannesFoto Reuters
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de mayo de 2013, p. 8

Cannes, 21 de mayo.

Pertenecientes a esa estirpe de cineastas que entregan a sus fans una dosis casi anual de ingenio, los hermanos Joel y Ethan Coen añaden a su trayectoria Inside Llewyn Davis, mordaz y divertida película con aires de música folk ambientada en el village neoyorquino en los años 60.

La cinta, que cuenta con la impecable y elogiada interpretación de Óscar Isaac (actor guatemalteco criado en Miami), arrancó las primeras risas y aplausos de la crítica festivalera de Cannes en su estreno mundial. Su incomparable cóctel de diálogos brillantes, ironía, humor negro, gusto musical hacen de esta comedia melancólica una experiencia agradable y entretenida. Para ello, los hermanos Coen cuentan con Carey Mulligan, John Goodman, Frank Murray Abraham, Garrett Hedlund y un sobresaliente Justin Timberlake.

En el lapso de una semana, el cantante folk Llewyn Davis, entre desventuras artísticas y personales, con el trasfondo de un invierno particularmente gélido, sea en Nueva York que en Chicago, los Coen describen un universo de locales nocturnos repletos de humo y empresarios implacables, jóvenes encolerizadas como Jean, quien culpa de su embarazo a Davis por lo que ha decidido abortar, y cantantes country.

Nos ha sorprendido, de aquel ambiente, la búsqueda obsesiva de autenticidad, explican los Coen. “Nos interesaba mucho describir el clima musical del folk-revival de los años 60. Fue una época opacada para siempre con la explosión poco después del fenómeno rock. Por eso, mucha gente no sabe nada al respecto. Consideramos que aquella música es digna de respeto y por eso tiene mucho sentido evocarla”, agregan.

Revolución creativa

La música folk estalla como revolución creativa en una escena muy marcada por el jazz. Sin morada fija, sin trabajo, con un gato de acompañante (heredado de su ex compañero suicida), Llewyn Davis es un artista que sueña con grabar discos y llenar auditorios. Mientras tanto, duerme en el sofá de Jean y Jim, sufre reversos oscuros del oficio por tener mala suerte o por sus tendencias autodestructivas, y sobrevive como puede acompañado únicamente de su integridad, hasta el día en que regresa derrotado de una audición crucial con un gigante de la música: Bud Grossman.

La autobiografía póstuma del cantante folk Dave Van Ronk (The Mayor of MacDougal Street), artista emblemático de Greenwich Village y líder pionero de la música folk, sirve de columna vertebral para imbuirse en aquel contexto, además de los recuerdos y consejos del productor T- Bone Burnett, mago de la música, amigo íntimo de los dos hermanos, que aman las mismas melodías. Burnett supervisó la banda sonora del filme y fue su guía espiritual. Su participación fue fundamental. Gran parte del guion viene directamente de las conversaciones que mantuvimos con él, admiten los Coen.

Joel y Ethan funcionan de monstruo con dos cabezas: uno habla y el otro complementa. Juntos son creadores de un universo disparatado e irónico. Con ellos nunca se sabe si lo que cuentan en su cine es serio o están bromeando. Curtidos en casi todos los géneros, llevan más de dos décadas de escribir y dirigir películas juntos. Ya recibieron la Palma de Oro en Cannes, en 1991, con Barton Fink, y tres veces el premio a la mejor dirección, así que en Cannes se sienten como en su casa.

– Óscar Isaac ha recibido todo tipo de alabanzas. La elección del protagonista era fundamental en esta película, por llevar todo el peso de la historia. ¿Cómo llegaron a el?

Ethan: “Necesitábamos un intérprete capaz de sostener, más allá de la normal actuación, largos performances musicales. Así que pasamos mucho tiempo viendo actuaciones, cantantes... Estuvimos jodidos hasta que lo encontramos. Isaac tuvo una banda hace años tras licenciarse en Juilliard”.

Joel: “Normalmente escribimos pensando en actores determinados, aunque de vez en cuando nos gusta cambiar la fórmula, forzar a intérpretes en personajes a priori lejanos a ellos, y que se sorprendan y nos sorprendan”.

– ... Por no mencionar al gato, que es tan protagonista como el mismo Davis, y que huye de él cada vez que puede para luego retornar a los lugares que le son familiares.

Ethan: “No por acaso se llama Ulises, nombre que sugiere la idea de un viaje en la música, pero también a través del ambiente de aquellos años y en la vida de Von Ronk, años y canciones que precedieron las aventuras de reconocidos músicos como Bob Dylan, Joni Mitchell y otros más que ya exploramos en nuestra película O Brother, Where are Thou?”

Joel: “Eso de que no tuviéramos guion es cierto, casi no hay intriga ni historia, nosotros lo único que hicimos fue seguir al gato (risas). La trama gira tanto alrededor suyo que tuvimos que usar seis felinos para el rodaje. Tuvimos mucha dificultad para manejarlos. El perro es un animal muy complaciente con su amo, pero el gato sólo lo es consigo mismo. Tan independiente, como imposible de domesticar.

– Entonces, ¿la música fue más importante que el mismo guion?

Ethan: Conocemos bien ese tipo de música, nos enganchó la primera imagen, la de un músico al que le dan una paliza en un callejón por innovador. Y de ahí sacamos el libreto. Descubrimos los años 50-60, periodo que siempre nos ha apasionado, como el mundo de los bares y los locales bohemios del Greenwich Village neoyorquino. Aquí se exhibía Von Ronk, quien no era exactamente un cantautor porque había escrito pocas canciones y más que nada interpretaba baladas folk tradicionales. Buscaba suerte y sofás para dormir porque nunca tenía un dólar en el bolsillo. Sobre esos mismos sofás dormiría pocos años después el propio Bob Dylan.

– ¿Conocían a fondo la historia de Dave Von Ronk antes de hacer este filme?

Joel: En parte si conocíamos su historia porque quien ama a Bob Dylan, como nosotros, no puede no conocer a Von Ronk, en quien Dylan se inspiró fuertemente. De Dylan, el público sabe casi todo, por eso nos pareció más interesante recrear más bien el ambiente, el folk y los personajes que lo nutrieron.

Telento y suerte

– Llewyn Davis, ciertamente, no es Von Ronk, pero ¿se asemeja mucho?

Ethan: Si, los dos provienen de la clase obrera, hacen el mismo viaje a Chicago para una audiencia decepcionante y el mismo intento de abandonar todo para embarcarse en una nave mercantil. Pero nosotros inventamos sus encuentros, las desaventuras y su continuo peregrinar por Nueva York.

Joel: Lo que cuenta aquí es su integridad como músico, no sólo el éxito y la confirmación artística, que son siempre relativos.

– ¿Podría decirse que el filme es una irónica reflexión sobre el fracaso y el éxito?

Joel: Davis es un perdedor predestinado. Es un artista de una generación de cantantes folk que, antes de Bob Dylan, se dedicaba a un género popular en las calles y en ciertos locales nocturnos, y no aceptaba compromisos para complacer la industria del disco. Le iba mejor a quien venía después; el segundo que hacía algo nuevo, se beneficiaba del trabajo del anterior.

Ethan: “En realidad nuestro filme recrea no tanto a un perdedor, sino a un músico con talento pero sin suerte, que combina en su vida un mal timing y que creía en la alegría y la fuerza del folk…Y así se le escapa su oportunidad, mientras en el mismo bar en que actúa empieza un tal Bob Dylan”.