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La obra Umbo se presenta en el foro El Galeón del Centro Cultural del Bosque

Montan la primera obra de teatro pensada para bebés en México

La experiencia escénica está dirigida a un público con edades de seis meses a tres años, dice actriz a La Jornada

Un universo de imágenes, sonidos y silencio sirve para que se apropien del mundo

Foto
Escenas del montaje que hace partícipes a bebés y padres en el recinto de Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional, con funciones sábado y domingo. La temporada concluirá el 26 de mayoFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 18 de mayo de 2013, p. 3

La propuesta teatral para bebés, Umbo, lleva a escena tintineante y dulce música que se difumina en el oscuro escenario, un tapete de colores, una nave nodriza, luces que juegan, vuelan y se transforman, además de tres actores que dibujan universos y mares con sus sombras.

“El objetivo principal es acercar a una experiencia escénica durante las primeras edades. Pero si de refilón los padres se llevan nuevas ideas para estar con sus hijos está lindo.

Tenemos la esperanza de que mediante esa experiencia encuentren una forma distinta de relacionarse con sus bebés, explica en entrevista Inés López de Arriaga, una de las creadoras de la primera obra que se hace en México dirigida a un público de entre seis meses y tres años de edad, la cual se presenta en el foro teatral El Galeón del Centro Cultural del Bosque.

Movimientos lentos y expansivos del cuerpo, susurros, risas, luces que se expanden con un soplido, peces que vuelan, una pelota gigante, son algunos elementos en constante metamorfosis que desde el primer minuto mantienen en silencio al público: algunos en brazos de sus padres, otros sentados en los cojines que funcionan como butacas. Hasta que no resisten y escapan para explorar la escena, ya sea gateando, con pasos tambaleantes de primerizo o, los más grandes, con pasos firmes, aunque hay quien prefiere observar atento al lado de papá, mamá o hasta la abuela.

Umbo fue pensada y creada para ese sector por la compañía Teatro Al Vacío, que antes ha producido obras para niños en edad prescolar. En la trayectoria de trabajo se dieron cuenta que había un nicho pendiente por atender y es el de los bebés, detalla López de Arriaga, actriz y sicoterapeuta que comparte funciones con José Agüero, Adrián Hernández y Carolina Garibay.

Desarrollar los sentidos de los infantes en la edad más temprana es parte central de Umbo, un trabajo con apoyo del programa Alas y Raíces que llevó varios meses de preparación, pues se realizó una amplia investigación sobre la madurez cognitiva, social y emocional del bebé. Está muy bien fundamentado, no son ocurrencias, hicimos exploraciones leyendo a autores especialistas y luego lo trasladamos a técnicas corporales.

La obra se estrenó el año pasado en el festival La Fiesta Interminable del Día del Niño, donde constataron que los bebés respondieron de la forma esperada.

Inés López de Arriaga, quien señala que además de sus dos profesiones, el hecho de ser madre le ayudó en la creación de la obra, comenta: Teníamos claro que debía ser algo sencillo, no anecdótico, sino apelando a los sentidos. No contamos propiamente una historia, porque el niño todavía no tiene la capacidad de comprender.

En contraste, expone, sí puede seguir estímulos inmediatos que despierten su curiosidad por el mundo, pequeños elementos visuales, auditivos y de texturas. Ese es el acercamiento con la obra.

Curiosidad expectante

Tras la ventanilla de la taquilla dos amigas, con rigurosa carriola en manos, piden boletos y extrañadas peguntan si es necesario pagar uno para el bebé. El precio es de 40 pesos para el pequeño convidado al teatro y 80 para el adulto, en cada una de las dos funciones que se ofrecen sábado y domingo, hasta que concluya la temporada el domingo 26 de mayo.

Enseguida, en el vestíbulo del teatro El Galeón, los actores comienzan a instruir a cada uno de los padres sobre esa experiencia, en la cual que lo más importante es que el bebé se sienta en un ambiente tranquilo, confiado y seguro.

“También pedimos a los padres se abstengan de explicar lo que ocurre en escena y dejen al niño que se haga su propia historia, porque hará representaciones en su cerebro de lo observado.

Como actores, necesitamos una secuencia dramática para que tenga estructura, pero la finalidad es que el bebé explore lo que sucede en el escenario, tanto en su mente como con su cuerpo.

Ya en medio del foro, reina la curiosidad expectante entre el pequeño grupo asistente, ya que el cupo es limitado a 15 bebés por función, para propiciar un ambiente adecuado durante media hora de duración del montaje, apenas lo necesario para mantener la atención de ese público, que a la primera oportunidad se lanza para averiguar qué está pasando.

Se trata de una aventura especialmente para personitas que no saben aplaudir, pero que sí reaccionan con sinceridad a los estímulos en su alrededor: exclaman, son-ríen, estiran las manos y se escapan para descubrir. Hasta son capaces de tomar las estrellas entre sus manos. Umbo es un escudo que se abre en imágenes, sonidos y silencio, un universo que descubre no el teatro para bebés, sino su capacidad de apropiarse del mundo.