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El mexicano ha compartido experiencias con príncipes

Carlos Gracida impulsa el polo entre reyes y plebeyos

En 1994 conquistó la llamada triple corona y fue mejor jugador del año

 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de mayo de 2013, p. a19

Por sus venas no corre sangre de la realeza, pero ha tenido el privilegio de compartir momentos de ensueño con príncipes y reyes. Conoce bien a Carlos de Inglaterra, le dio clases de polo a su hijo William, además de relacionarse con la monarquía de Grecia, Jordania y actores de la talla de Sylvester Stallone y del también director de cine Tommy Lee Jones.

La vida de Carlos Gracida no es un cuento de hadas, pero ha tenido momentos mágicos, triunfos que parecen sobrehumanos al conquistar lo que otros simples mortales no han alcanzado en el polo, pero tampoco ha estado exento de situaciones dramáticas cuando la derrota lo ha alcanzado; sí ha caído, pero con la misma fuerza se ha levantado.

Nacido en septiembre de 1960 en esta ciudad, la mayor parte de los recientes 28 años se ha dedicado a montar un caballo, tomar entre sus manos un taco y golpear con maestría una bola para convertirse con el tiempo y la dedicación en el mejor exponente del polo de México y, en más de una ocasión, del mundo entero; eso sí, por encima de príncipes y reyes, porque es un profesional de este deporte en el más amplio sentido de la palabra.

De sonrisa fácil, palabra amable y poseedor de un trato que cautiva a quienes lo rodean, Carlos se emociona de platicar extractos de su vida. Recuerda que un día el príncipe William se retrasó unos cuatro minutos de su clase de polo, y se disculpó mucho más que nadie en el vida, pese a su preparación y su forma de pensar. Estaba muy apenado por llegar tarde, dice al recordar que fue algo que lo conmovió, además de que era muy sencillo. Imagínense que aceptaba, además, mis recomendaciones y sugerencias.

Sus casi 53 años de edad no son impedimento para seguir activo en el deporte –también como instructor–, que califica como peligroso y que en más de una oportunidad le ha cobrado con lesiones y golpes su práctica, por lo que luego de cumplir su promesa de jugar este sábado con el equipo mexicano contra una escuadra resto del mundo en el Campo Marte –al lado de su hermano también reconocido polista Guillermo, Álvaro Fernández y Valerio Aguilar, integrantes del representativo nacional–, viajará el 18 a Gran Bretaña para tomar parte en una competencia de orden de mundial, donde participará el príncipe Harry, hermano de William.

Arriba de la montura ha ganado una cantidad de premios y reconocimientos que ni recuerda. La lista es tan grande como su fama: en nueve ocasiones se adjudicó el Abierto de Estados Unidos, una decena de oportunidades el más destacado certamen británico, cinco veces el Campeonato Argentino –siendo el único extranjero que ha recibido el trofeo Olympia de Plata de ese país.

Igualmente su astucia lo ha llevado a disfrutar las exclusivas miles de conquistar. En 1944 la llamada triple corona; las competencias de Hurlingham, Tortuguitas y Argentina, sin olvidar que en cinco oportunidades lo han distinguido sus iguales como el Mejor Jugador del Año.

Abajo de la montura es un exitoso hombre de negocios que ahora busca difundir el polo y el golf en una economía que está en pleno auge; la china, donde califica su incursión como un proyecto muy interesante.