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Presentará en la feria de Azcapotzalco dos obras de Enrique Labrador, autor olvidado

Cuando soltamos un libro, los escritores somos educadores, señala el cubano Lorenzo Lunar
 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de mayo de 2013, p. 5

Los escritores cubanos Rebeca Murga y Lorenzo Lunar presentarán –en la cuarta edición de la Feria Internacional del Libro en Azcapotzalco, que termina este domingo– los libros El esclavo y la palabra y Hombre de vasos capilares, de Enrique Labrador Ruiz (Cuba 1902-Miami 1991), autor olvidado en el mundo literario y el periodismo.

Asimismo, conversarán con el público sobre la literatura infantil y la novela policiaca, sus tendencias, estéticas, rumbos actuales y perspectivas.

Los escritores en última instancia somos educadores, porque cuando soltamos un libro en la calle estamos soltando una propuesta, una reflexión, señaló a La Jornada, Lorenzo Lunar (Santa Clara, Cuba 1959), quien junto con su esposa, Rebeca Murga (La Habana, 1973), han escrito varias obras a cuatro manos, como Y comieron perdices, A la edad de los sueños, Hombre de vasos capilares y Pintor que no quiso pintar.

Invitados por la Brigada para Leer en Libertad, que coordina Paloma Sáiz, Lunar y Murga forman parte de los 80 autores provenientes de España, Cuba, Estados Unidos y México que participan en la feria editorial de Azcapotzalco.

Desde hace dos años los escritores cubanos investigan la vida y obra de Enrique Labrador, quien después de publicar su libro La sangre hambrienta, en 1953, pasó al olvido y su literatura apenas es leída en Cuba.

“Labrador es uno de los grandes mitos de la literatura cubana del siglo XX, un hombre que está a la altura de escritores como Alejo Carpentier y Dulce María Loynaz. Por ejemplo, Guillermo Cabrera Infante dijo que la novela Laberinto de sí mismo, de Enrique, escrita en 1933 es una obra que en la literatura cubana vendría a igualarse solamente en 1966 con Paradiso, de José Lezama Lima.

“Fue uno de los grandes revolucionarios de la estética de la narrativa cubana tanto en el cuento como en la novela. También fue periodista de la época. Después del triunfo de la revolución se fue del país en 1967, pero ya había caído en silencio personal antes porque cuando publicó La sangre hambrienta en 1953 había anunciado dos novelas más y nunca aparecieron, así cayó en el silencio”, explicaron.

Mediante la reedición de libros y la publicación de textos en torno a la obra de Labrador, como El esclavo y la palabra y Hombre de vasos capilares, buscan saldar la deuda de la literatura y el periodismo con ese autor.

A propósito del libro El esclavo y la palabra, Murga comentó que se trata de una historia triste en la vida de Labrador Ruiz, pues narra cuando fue acusado de plagio en 1945 por el poeta salvadoreño Gilberto González.

Los autores de libros infantiles consideran que los niños no son ingenuos y conforme crecen se cuestionan cosas elementales sobre temas como la muerte, el divorcio, la drogadicción y hasta por qué se caen los dientes.

“Nosotros –explicó Lunar– abordamos esos temas, pero siempre con respeto hacia el pequeño y debemos buscar la forma de no estafar al niño porque no merece que se le agreda con una noticia ni que se le engañe”.

Los autores ofrecerán mañana una conferencia sobre literatura infantil, a las 14 horas, en la Feria Internacional del Libro en Azcapotzalco, que se realiza en la calle Castilla Oriente y avenida 22 de Febrero. Luego, a las 15 horas charlarán con José Carlos Somoza y Jonathan Rabb sobre la novela policiaca.