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Fueron detenidos hace un año por supuestos disturbios durante una marcha

En multitudinaria movilización exigen al presidente ruso liberar a 28 presos políticos

Demandan también que se ponga fin a la persecución contra líderes opositores

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Yekaterina Samutsevich, una de las integrantes del grupo de punk Pussy Riot que fue recluida y excarcelada el año pasado, participó ayer en la movilización en la capital de Rusia. Las otras dos continúan presasFoto Xinhua
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 7 de mayo de 2013, p. 22

Moscú, 6 de mayo.

Un año después de la marcha de protesta contra el Kremlin, que empezó en rechazo a la toma de posesión de Vladimir Putin como presidente de Rusia para un tercer sexenio y derivó en enfrentamientos de manifestantes y policías, miles de personas –pese al riesgo de sufrir represalias– acudieron este lunes a un multitudinario mitin en la céntrica plaza Bolotnaya de Moscú para exigir la libertad de los presos políticos.

Denominan así a los 28 detenidos –la mayoría jóvenes, ultras de izquierda, nacionalistas, liberales, anarquistas y de otras tendencias– que continúan presos en espera de juicio bajo el cargo de organizar y/o participar en disturbios.

Para Putin no hay presos políticos en Rusia y aquí nadie es encarcelado por sus ideas, sino por alterar el orden público y violar la ley, según señaló este mes.

Lo cierto es que las autoridades pretenden intimidar a eventuales protestantes con una condena ejemplar de varios años de cárcel a la treintena de responsables circunstanciales de los desórdenes del 6 de mayo de 2012 –algunos captados en imágenes de video lanzando piedras a los policías, después de que éstos arremetieron a golpes contra la gente sin motivo alguno–, al tiempo que buscan descabezar la oposición política.

Por eso, convocados hoy por el Consejo Coordinador de la Oposición (no tolerada, sin representación parlamentaria), los inconformes pidieron también que cese la persecución judicial de los líderes del movimiento, como es el caso más notorio de Aleksei Navalny, abogado y bloguero que se hizo famoso por denunciar la corrupción en las corporaciones públicas y acuñó la frase de partido de estafadores y ladrones como sinónimo del oficialista Rusia Unida.

Ahora Navalny enfrenta un juicio por presunto robo de madera en la región de Kirov, en receso hasta el 15 de mayo, caso que se cerró por falta de pruebas en 2011 y que se reabrió a instancias de Moscú y se basa sólo en la declaración de un testigo protegido.

El Comité de Instrucción de Rusia prepara al menos otro proceso contra Navalny, por si logra demostrar su inocencia en Kirov, mientras éste –al hacer uso de la palabra frente a los congregados– afirmó que no le importa que le formulen nuevas imputaciones.

Nada tengo que temer, igual que ustedes. Lucho por mi futuro, por el de mis hijos, y seguiré haciendo lo que he hecho hasta ahora: decir la verdad, apuntó.

El mitin comenzó con un minuto de silencio en homenaje a Maksim Melkov, trabajador que falleció esta mañana al sufrir un accidente cuando instalaba el equipo de sonido en la parte alta del improvisado escenario.

De acuerdo con el juego de cifras de siempre, según la policía asistieron menos de 10 mil personas; los organizadores, en contraste, calcularon decenas de miles.

En todo caso, la plaza no se vio vacía, como hubiera querido el Kremlin para poder proclamar que, un año después del retorno de Putin a la presidencia, se acabaron las protestas.

Todo indica que los opositores, aunque no logran articular una solo propuesta de gobierno alternativa, no piensan ceder en sus demandas.