Están contenidos por ejemplo en levadura de cerveza y yogures
Actualmente se efectúa transplante de microbiota para pacientes graves
Domingo 5 de mayo de 2013, p. 37
En la levadura de cerveza y los yogures, entre otros productos, se encuentran los probióticos, microorganismos vivos que tienen un efecto benéfico en la salud de las personas, en particular para el alivio de enfermedades gastrointestinales. Aunque su existencia se conoce desde principios del siglo pasado y se les ha utilizado de manera tradicional, es en la última década que han tomado auge, principalmente por los hallazgos de investigaciones sobre la microbiota (flora) intestinal.
Ese conocimiento favoreció el crecimiento de la industria fabricante de alimentos funcionales
, productos lácteos fermentados, un mercado que reporta un crecimiento de 6 por ciento anual y sobre el que los especialistas advierten la necesidad de que exista un regulación sobre su contenido y la información que se debe dar a los consumidores, a fin de evitar confusiones y, en su caso, garantizar la obtención de un beneficio real.
Ana Teresa Abreu, gastroenteróloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que una parte importante de las bacterias que de manera natural se encuentran en los intestinos (microbiota intestinal) protege a las personas de las enfermedades, pero el estrés, una deficiente alimentación, alguna infección de vías respiratorias, diarrea y el uso de antibióticos, pueden provocar un desequilibrio en la población bacteriana.
Cuando las buenas
disminuyen debe haber un mecanismo compensatorio, que puede darse con una dieta saludable y productos funcionales e incluso farmacéuticos, también disponibles en el mercado, indicó.
En casos de personas con enfermedad grave por algún padecimiento autoinmune y la persistencia de una infección bacteriana, por ejemplo, existe la posibilidad del trasplante de microbiota, aseguró Miguel Angel Valdovinos, investigador del Departamento de Gastroenterología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMN) Salvador Zubirán.
Dijo que el procedimiento se realizó por primera vez en China en el año 1600 y con fines médicos se practica desde hace 200 años. El conocimiento sobre la técnica también se ha sistematizado en la última década y ya existe la evidencia de que funciona.
De hecho, el mes pasado se realizó el primer trasplante de microbiota en el INCMN en un paciente con enfermedad grave por lupus eritematoso y una infección bacteriana.
El especialista detalló que la microbiota se encuentra en las heces fecales, por lo que el trasplante consiste en introducir esa sustancia en el tracto intestinal del enfermo. Hasta ahora, todo va bien aunque, recalcó, todavía hay una gran discusión entre los científicos sobre esta técnica y la regulación que debe aplicarse.
A su vez, la doctora Abreu señaló que el reto es difundir ampliamente los descubrimientos sobre la microbiota y las guías internacionales sobre el uso de los probióticos.
De igual forma, las personas deben saber que el consumo de alimentos con sustrato de fibra como las frutas frescas y desecadas, las verduras, legumbres y granos de cereal enteros, contribuyen al fortalecimiento de la microbiota.
Respecto a los probióticos, la especialista comentó que también son útiles, siempre que el consumidor disponga de información confiable y garantía sobre los productos. Por ejemplo, que si se trata de un lácteo fermentado, debe haber certeza de que desde su fabricación y hasta el consumo final se ha mantenido una temperatura menor de 10 grados centígrados.