En conferencia de prensa, senadores panistas denunciaron que ex delegadas de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) presentaron quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) contra el titular de esa dependencia, Humberto Benítez Treviño, por actos de intimidación, violación al principio de presunción de inocencia, por acoso y violación de derechos laborales.

La senadora Adriana Dávila, en compañía del senador Francisco García Cabeza de Vaca y del diputado federal Alberto Díaz, así como por Nidia Valdés Sánchez y Sonia Leslie del Villar Sosa –ex delegadas de Profeco–, aseguraron que Benítez Treviño actuó con actitud prepotente, majadera, violatoria de los derechos humanos; con actos de intimidación para presionar a las delegadas a renunciar al cargo.

La panista Dávila sostuvo que la queja de las ex delegadas de Profeco ante la CNDH obedeció a que se violó el derecho humano relativo a la garantía de audiencia previa, que establece que en todo proceso administrativo o juicio legal los involucrados tendrán derecho a ser oídos por la autoridad correspondiente, derecho que les fue negado a las ex funcionarias.

En la conferencia, Sonia Leslie del Villar denunció: “A partir de la llegada del nuevo titular de la Profeco nos empezaron a hostigar con la renuncia. Recibo un día sí y al otro igual una llamada diciéndome que tenía que renunciar por así convenir a mis intereses. A quien me llamó le dije ‘no voy a renunciar, porque no me conviene. Necesito que me entregues lo que me corresponde conforme a derecho’.

Al negarme me dijeron que me atuviera a las consecuencias. En enero me llegó un documento del titular de la Profeco, cambiándome de adscripción. Me enviaron de Hidalgo, donde yo era delegada, a 2 mil 800 kilómetros de distancia, sin que supiera qué iba a pasar conmigo. Me enviaron a otro estado, a Baja California, y en cuanto me fui, me hicieron auditorías sin mi presencia, y en 15 días resolvió la Secretaría de la Función Pública que había anomalías, que faltaban expedientes. Esos expedientes ahí están. Me acusaron injustamente de que me los había robado. Tengo una carrera política en Hidalgo, una trayectoria limpia e impecable.

La ex delegada Nidia Valdés Sánchez contó el mismo viacrucis: Cuando no aceptamos las renuncias, nos cambiaron de adscripción. Del estado de Guerrero me enviaron a Tamaulipas. Igualmente, en cuanto salí, me hicieron auditoría. Nos amenazaron con presentar denuncias en la PGR. Pero lo cierto es que nunca nos llevamos los expedientes de los que nos acusan. Tan es así, que cuando investigan, ahí estaban los expedientes. Emprendieron acciones de acoso, y en represalia por no renunciar.