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Los auriazules logran el triunfo que necesitaban ante Chiapas en Ciudad Universitaria

Regresa Pumas a la liguilla luego de tres campañas de decepciones

Javier Cortés anota dos goles y Robin Ramírez muestra algo de su talento al marcar de globito

Los locales festejan los 350 partidos de Darío Verón con el equipo

Jaguares, una sombra

 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de abril de 2013, p. 2

Derrotar a un condenado a muerte tiene poco de heroísmo. Pero una victoria que revierte una época de desencanto no podía pasar inadvertida. Ayer los Pumas se metieron a la liguilla, después de tres de torneos sin lograrlo, y vencieron a unos desesperanzados Jaguares en Ciudad Universitaria.

Los de Chiapas llegaron con el espíritu devastado, pues sus aspiraciones estaban reducidas a nada. Cuando un equipo está eliminado del torneo, sólo puede apelar a la dignidad deportiva, a no convertirse en mero trámite o un escalón para que el adversario cumpla sus metas. Pero Jaguares no hizo ni eso. Ni siquiera parecía que se esforzara para que su delantero Luis Gabriel Rey alcanzara el liderato de goleo; el colombiano lo buscó, sin duda, pero los tantos rara vez son resultado del genio individual.

Pumas tenía una ambición con los pies plantados en tierra. Sólo necesitaba el resultado para clasificar entre los ocho mejores y lo consiguió con la contundencia de tres goles a cero. Dos fueron marcados por Javier Cortés, inspirado y certero –a los minutos 8 y 88–; el tercero –en el 43– por un astuto Robin Ramírez, quien en un solo truco engañó al arquero y a la defensa rival.

No es que el duelo desbordara espectáculo, y pese a los tres goles, Pumas se encargó de desperdiciar otro fardo de posibles anotaciones: a veces por la ansiedad de artilleros nerviosos, otras por algo parecido al miedo que hacía titubear a jugadores que no suelen apuntar directo al arco.

No hay duda de que el gol prematuro de Cortés permitió restar presión al conjunto universitario. Tampoco que la moral disminuida del rival eliminado permitiera al cuadro local empujar y por momentos crecer notoriamente sobre la cancha.

Desde ese gol los locales apretaron a la zaga chiapaneca con entradas insolentes y desbordes incontenibles. Pero esa necesidad de amarrar el resultado, que los metería a la liguilla tras una considerable ausencia de casi dos años, los volvió imprecisos.

Jaguares tardó 24 minutos en darse cuenta de que también podía atreverse a visitar el área auriazul. George Corral apuntó a la meta de Pumas y exigió a Alejandro Palacios un lance para evitar el gol.

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Javier Cortés (derecha) se convirtió en el goleador de Pumas este torneo al llegar a siete tantosFoto Marco Peláez

Mientras tanto, Luis García hizo evidente que la falta de minutos de juego pesan en ciertos momentos, pues hubo acciones en las que le faltó un palmo de terreno o le sobró una fracción de segundo para intervenir de forma atinada. En dos ocasiones antes del descanso, García perdió un remate al arco y envió otro encima.

Poco antes de terminar la primera parte, el paraguayo Robin Ramírez demostró que tiene algunos trucos en el sombrero. Para el acto sólo necesitó de un pase filtrado y lo que siguió fue un amague al portero Édgar Hernández y a un defensa, para enviar un globito que nadie esperaba y que significó el tanto del alivio para Pumas.

Después del descanso los universitario volvieron recargados y sin perder la iniciativa. Cortés, que ya había abierto su cuenta, intentó hacerlo muy a su estilo, desde la media distancia, para sorprender al arquero adelantado y con la zaga distraída, pero no funcionó. Luis García exigió vuelos espectaculares al cancerbero y provocó un efecto óptico en un tiro a segundo poste que todos celebraron como gol, pero en realidad dio fuera de la red.

Darío Verón en cambio estaba de fiesta, porque organizó un par de ataques y tuvo intervenciones que demostraron que aún tiene clase en los botines y vigor en las piernas.

El defensa paraguayo estropeó las intenciones de Luis Gabriel Rey de cara a la portería y cumplió 350 partidos como jugador de Pumas. La afición al verlo no pudo ocultar que lo quiere y coreaba cada tanto un sincero Olé, olé, olé... Verón, Verón.

Casi al terminar el duelo Cortés estuvo lúcido e inspirado, intentó un duelo con el portero chiapaneco y su esfuerzo tuvo su premio después de una jugada de varias bandas, que le quedó para un remate de palomita para meter el tercero.

Pumas está otra vez en la liguilla y ya aspira a hacer algo importante en este torneo, como admitieron los auriazules tras el partido. Jaguares se fue como llegó: reducido a humo.