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En Brasil se dio empleo y más salario a los pobres, destaca

Ni asistencialismo ni donativos sirven para combatir el hambre, dice Lula
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de abril de 2013, p. 7

Durante un encuentro privado con integrantes del Consejo Político del PRD, el ex presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva dejó claro que el programa Hambre Cero –que empezó a operar en su país durante su gobierno– tiene éxito porque se trata de una política de Estado, acciones integradas de carácter universal, con un presupuesto público que lo hace valer y con empleo para la población.

No se puede combatir el hambre mediante donativos de empresas ni con medidas asistencialistas; todo programa destinado a ese fin debe contar con presupuesto público suficiente, recalcó Lula, de acuerdo con la versión de la senadora Dolores Padierna, una de las asistentes al encuentro realizado el viernes por la noche en el hotel donde se hospedó el ex mandatario.

Insistió en que su programa Hambre Cero ha tenido éxito en Brasil porque no se se les dio caridad a los pobres, sino que se detonó la industria y el comercio al otorgar créditos por 100 mil millones de dólares a la población e incrementar el salario mínimo de los trabajadores de 80 a 350 dólares.

Padierna reveló que Lula subrayó que no vino a respaldar al presidente Enrique Peña Nieto, con quien lleva una relación institucional, sino a conocer cómo opera el programa contra el hambre en México, además de que desde 1994 tenía interés en conocer Chiapas.

También le precisaron –dijo– que el PRD no se opone a la Cruzada contra el Hambre ni quiere que fracase, pero no estamos dispuestos a que los pobres sean usados como botín político y que el trasfondo sea su uso clientelar y electorero, según se evidenció en Veracruz,.

Explicó que el ex gobernante les detalló que en el programa Hambre Cero en Brasil participan 19 ministerios coordinados, además de que se involucran muchos programas sociales, política de empleo, aumento de salarios mínimos, financiamiento a pequeños agricultores y compra de alimentos a pequeños productores.

Lula subrayó que no hay que esperar a que haya crecimiento económico para impulsar los programas sociales, ya que la política social puede convertirse en un detonante del crecimiento económico.

Por eso –recalcó– 33 millones de brasileños salieron de la pobreza y 40 millones subieron a ser clase media. Se crearon 10 millones de empleos, y 48 millones de pobres que antes no tenían cuenta bancaria tuvieron crédito.

Lula expuso que los bancos argumentaban que los pobres no tenían garantías, por lo que no podían darles crédito. Entonces, el gobierno abrió primero el empleo, aumentó el salario y el Estado se convirtió en su garantía ante los bancos. Pidieron préstamos, hasta entonces eran a 36 meses, con intereses bajos, y hubo acuerdo para que el gobierno pagara la plantilla. El programa –recalcó– es una verdadera redistribución del ingreso.

Lula les hizo saber que quiere tener una relación más estrecha con el PRD, para lo que propuso encuentros constantes con el PT brasileño, que se reúnan los gobernadores de ambos partidos, los legisladores y las dirigencias partidistas. Lo importante, agregó, es que la izquierda gobierne y lo haga bien.