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Viven en un predio de mil metros donde construyeron 38 cuartos de láminas de cartón

Hacinadas, unas 50 familias esperan en campamento una vivienda digna

Sólo hay una llave de agua, por lo que todos los días se anotan en listas para llenar sus tambos

Foto
Módulos del campamento en la colonia AtlampaFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de abril de 2013, p. 31

En menos de mil metros cuadrados viven hacinadas medio centenar de familias, en 38 cuartos construidos con láminas de cartón, galvanizada o de asbesto.

Hace 20 años llegaron a la calle de Cedro esquina con Eulalia Guzmán, colonia Atlampa, en la delegación Cuauhtémoc, donde instalaron un campamento, con la esperanza de ser reubicados en alguna de las unidades que se construían.

Un pasillo de menos de dos metros de ancho divide el predio. A los costados se ubican los cuartos o módulos –como les llaman sus habitantes–, que van de los seis por tres metros o de seis por seis, hasta los de siete por cuatro.

Sus moradores se las han ingeniado para, en ese espacio, instalar cocina, sala, comedor y dormitorio. En la mayoría de los casos el lavadero y los tanques de gas se encuentran afuera, junto a la puerta.

En el predio sólo hay una llave de agua, por lo que todos los días cada familia se debe anotar en una lista para llenar sus tambos.

Cuando hay poco agua sólo podemos llenar cuatro cubetas, y hay que volverse a formar, explican Elsa y Elena del Carmen.

La primera llegó al campamento de 14 años de edad, con su mamá y sus hermanos. Ellos se fueron a Estados Unidos en busca de un mejor destino. Sólo se quedó ella y su mamá.

Ahora, Elsa tiene una niña de tres años, un niño de 11 y un adolescente de 15.

La mayoría de los habitantes del campamento se dedican al comercio o son taxistas.

Hace poco más de un mes se registró un incendio. En cuanto vimos las llamas todos empezamos a traer agua para trata de apagarlo, recuerda Elena del Carmen.

Pese a los intentos por extinguirlo, en unos cuantos minutos las llamas consumieron nueve viviendas, algunas en su totalidad.

Entre ellas la de Nieves, quien en pocos minutos se quedó sin nada. Un vecino le prestó un cuarto, mientras le reconstruyen el suyo; otros le regalaron un catre y unas colchonetas para que puedan acostarse sus tres niños y su mamá. Es lo único que tengo, dice.

Antes, platica, lavaba ropa ajena y vendía comida, con eso se mantenía. Ahora no puedo hacer nada porque no tengo estufa.

Durante estas dos décadas los habitantes del predio han hecho más de un intento por regularizar su situación sin lograrlo.

A raíz del incendio se empezó a buscar el apoyo del Instituto de Vivienda (Invi), todos queremos una vida mejor, señala Elsa.

Detalla que la idea sería que el Gobierno del Distrito Federal donara el predio para poder construir sus departamentos.

De acuerdo con datos de la subsecretaría de Participación Ciudadana de la Secretaría de Desarrollo Social del DF, el campamento de Atlampa es catalogado como asentamiento irregular. Se estima que viven aquí más de 70 niños de meses a los 12 años de edad, e igual número de adultos, entre ellos, ocho de más de 68 años.