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Las cuotas de la mafia no nos dejaban ni para tragar
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de marzo de 2013, p. 44

Buenavista Tomatlán, Mich., 5 de marzo.

Dispuesto a enfrentarse a la delincuencia organizada, el grupo que hace una semana despojó a la policía municipal de dos patrullas y siete armas de fuego en la comunidad La Ruana, y que este martes mantenía retenidos al director de seguridad pública municipal de Buenavista Tomatlán, así como a cinco policías, aseguró que llegará hasta las últimas consecuencias, a pesar de saber que el gobierno del estado no los apoya y sólo cuentan con el respeto y respaldo de militares.

Preferimos morir a que nuestros hijos vivan de rodillas, aseguró uno de los llamados policías comunitarios del ejido Felipe Carrillo Puerto, mejor conocido como La Ruana. Uno de sus compañeros, de los más de 100 habitantes que tomaron las armas el 24 de febrero, preguntó: ¿Sabe por qué se levantó el pueblo? Porque las cuotas que pagábamos a la mafia no nos dejaban ni para tragar.

La Ruana, poblado de la región de Tierra Caliente ubicado entre Apatzingán y Tepalcatepec, a 10 kilómetros de la cabecera municipal de Buenavista, tiene unos 13 mil habitantes. La avenida principal del pueblo concentra la actividad comercial, pero la desconfianza y el temor son evidentes. Los lugareños cultivan limón y crían ganado, principalmente, aunque también siembran mango, toronja y papaya.

Al igual que sus vecinos de Tepalcatepec, se rebelaron contra el cártel de los Caballeros templarios, que cobraba cuotas prácticamente a toda la población, según el grupo de autodefensa. “Fueron los integrantes de este cártel los que colocaron las mantas en esta región. Nos acusaron de pertenecer al cártel Nueva Generación, de Jalisco”, entidad con la que Michoacán colinda, a unos 15 kilómetros de La Ruana.

Criminales cobraban impuestos en alimentos

El 25 de febrero aparecieron volantes y mantas en Buenavista y Apatzingán, en las cuales se aseguraba que quienes tomaron las armas eran comandados por Nemesio Oseguera Valencia, El Mencho, integrante del cártel jalisciense.

De acuerdo con los policías comunitarios, la gente se cansó de abusos y humillaciones, pues los delincuentes despojaban por igual a albañiles, al dueño de una vaca o a madres solteras. Dijeron que muchos trabajan en la pizca del limón y ganan poco más de 100 pesos al día. El precio de la tortilla aumentó a 18 pesos el kilogramo, porque dos pesos de cada kilo eran para las cuotas.

Hoy el precio de la tortilla es dos pesos menor, y lo mismo ocurre con la carne y otros productos de primera necesidad.

Los policías comunales aseguraron tener apoyo del pueblo, aunque también hay personas que no confían en el movimiento armado y temen que en cualquier momento ocurra un enfrentamiento. La mayoría de los comerciantes y transeúntes prefieren no hablar.

Los alzados patrullan el pueblo en motocicletas; otros permanecen discretamente en el acceso a la carretera federal que comunica a Tepalcatepec y Buenavista. En el otro extremo de la avenida principal, unas 50 personas mantienen un retén en la salida a la brecha que comunica con Aguililla. Están armados, algunos con rifles AR-15, pero la mayoría porta escopetas. Casi todos son jóvenes con el rostro cubierto con un pedazo de tela. Están nerviosos, pues temen una agresión de los sicarios. Sentimos el respaldo de los militares; vienen por la mañana y por la noche para preguntar cualquier cosa y se van, indicaron.

En las oficinas de la jefatura de tenencia, los policías comunitarios también retienen desde el 28 de febrero a cinco sujetos identificados como punteros o halcones de narcotraficantes. Los acusados admitieron que informaban a la delincuencia organizada sobre el movimiento de las fuerzas federales y de cualquier otra persona, pero hace cuatro meses no les pagan.

Los guardias comunales están resentidos con el alcalde Luis Torres Chávez, pues, lejos de apoyar el movimiento, presentó una denuncia penal contra ellos por el despojo de patrullas y armamento. Decidió irse a Apatzingán desde que surgió la autodefensa y sabe perfectamente que no cuenta con una policía municipal confiable, dijo un integrante del grupo ciudadano.

En Tepalcatepec hay un movimiento similar, pero con más apoyo social. El sábado anterior se instaló ahí una base de operaciones mixtas, por lo cual las guardias comunitarias anunciaron que quitarán sus retenes.