Espectáculos
Ver día anteriorMartes 26 de febrero de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La actriz murió ayer a los 87 años; hoy le rendirán homenaje en el Palacio de Bellas Artes

Ya no hay actores como los de mi época, decía Carmen Montejo

Afortunada Cuba, que la vio nacer; afortunado México, que la vio llegar y engrandecer su escena, afirmó el extinto Víctor Hugo Rascón Banda

Hice más de 80 películas y, telenovelas, unas 20...

Foto
Carmen Montejo en 1995Foto Archivo La Jornada
 
Periódico La Jornada
Martes 26 de febrero de 2013, p. 8

Ya no hay actores como los de mi época. Si los hay, no los conozco, dijo hace unos años a La Jornada María Teresa Sánchez González, conocida en México como Carmen Montejo, una estrella más que se disipa de la breve constelación de histriones que aún quedan de la época de oro del cine mexicano.

Este martes, a partir de las 14 horas, el Palacio de Bellas Artes, nicho natural para el tamaño de esta artista, realizará un homenaje de cuerpo presente a la actriz, quien ayer murió a los 87 años por causas que se desconocen, según informó la Asociación Nacional de Actores (ANDA), gremio que le rindió un tributo en el teatro Jorge Negrete luego de ser velada en la agencia Gayosso de Félix Cuevas.

Doña Carmen siguió el camino de Joaquín Cordero, otro estelar que la semana pasada se fue de la vida terrenal. Había presentado un cuadro de salud grave desde hace varios meses y, aunque se mantenía estable, su salud se mostraba deteriorada.

Nacida en Cuba y naturalizada mexicana, la actriz, bautizada por el director Chano Urueta como Carmen Montejo, es de las que sí recibieron un homenaje en vida en Bellas Artes, que lo hizo con motivo de sus ocho décadas de vida.

En ese acto, dijo: El nombre de Carmen Montejo nació aquí en 1943. Soy mexicana, pero de verdad. Para poderse llamar mexicano se debe demostrar que se ha sufrido por este país. No hay mujer más limpia y más buena que una actriz, que una verdadera actriz. Me voy, pero no me voy, como dijo el Papa. Me voy, pero aquí me quedo, con ustedes.

Y fue lo que hizo esta mujer, considerada la primera actriz moderna, porque atravesó el siglo validando un estilo de actuación contemporáneo y verosímil.

Dramaturga, directora y empresaria

Dramaturga, directora, empresaria ocasional, además de maestra de actuación, Carmen Montejo ganó varios premios Ariel de la academia mexicana de cine (incluido el de Oro, otorgado en 2005 por su importante carrera); se le recuerda en cintas como Nosotros los pobres, ¿Qué te ha dado esa mujer?, El vampiro y Mujeres sin mañana (con la que obtuvo un Ariel en 1952 a mejor coactuación femenina), entre muchas otras, en las que compartió créditos con figuras como Pedro Infante, Blanca Estela Pavón, Luis Aguilar, Arturo de Córdova y Dolores del Río.

A la par de su trabajo en el séptimo arte, la actriz desarrolló una sólida trayectoria en teatro y televisión. Asimismo, demostró su versatilidad de directora escénica en las obras Mujeres, mujeres, El señor presidente, Adorables enemigas (con Marga López) y Tres mujeres altas. En la pantalla chica participó en las telenovelas Doña macabra (1963), Mundos opuestos, El maleficio, Juana Iris, Cuna de lobos, Te sigo amando, Amigos x siempre (2000) y Aventuras en el tiempo, entre otras.

El extinto dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda dijo alguna vez sobre la actriz: Afortunada Cuba, que la vio nacer; afortunado México, que la vio llegar y engrandecer su escena; afortunados los espectadores que la hemos tenido cerca; grande en el escenario, grande en la pantalla grande y grande en la pantalla chica, para mirarla, para admirarla, para gozarla, para sentirla; para vivir con ella todas las emociones, todos los sueños.

Carmen Montejo aseguraba que actuar es interpretar lo más natural posible, pero sin dejar de acordarte de que estás interpretando. Para hacer un personaje, pongamos un borracho, o un alcohólico, que tiene angustias, se debe interpretar, pero el actor no es alcohólico, sólo debe convencer y sacar ese alcohólico que lleva dentro. Esa es la obligación del actor.

María Teresa Sánchez González nació en Pinar del Río, Cuba, donde inició su carrera en emisiones radiofónicas, cuando apenas era una niña. Estudió arte dramático en la Universidad de La Habana, de donde salió por invitación de Emilio Azcárraga, quien la había escuchado en una radionovela. Le encantó su voz y pronto se integró al elenco de El diario de Susana Galván, programa que le abrió las puertas al círculo de los actores más solicitados del momento.

Luego, María Teresa llegó a Yucatán acompañada de su madre y su hermano mayor. De esto da cuenta Jesús Ibarra en su libro Carmen Montejo, una mujer alta, extraordinario texto con el que se puede conocer parte de la vida de esta figura.

Ibarra cuenta la anécdota del origen del su nombre artístico de la actriz. “No puedes llamarte María Teresa, le dijo Chano Urueta. Es demasiado común y además ya hay una (María Teresa Montoya). Tampoco le podían dejar el sobrenombre de Muñeca Sánchez, como al parecer le había puesto su nana cubana. Al final se quedó el de Carmen, ya que cuando pasó por Yucatán había caminado por el Paseo Montejo, en Mérida, el cual le había gustado mucho. Además, en el Distrito Federal se hospedó en el hotel del mismo nombre. ‘¿Por qué no Carmen Montejo?’, le dijo el director.”

La Montejo confesó a la periodista de La Jornada Mónica Mateos-Vega, a finales de los años 90, que se había quedado en el país por amor: Me enamoré del primo de Rita Macedo, un piloto aviador guapísimo... aunque mi gran amor fue Chano Urueta, quien la invitó a filmar con él, luego de la participación, en 1943, en su primera película: Resurrección, dirigida por Gilberto Martínez Solares.

En sus últimos años, la actriz disparaba sus misiles en la batalla que libraba con algunas enfermedades, como el cáncer, porque esa enfermedad no me va a vencer, dijo en una entrevista con Arturo Cruz Bárcenas, también de este diario. Mejor hablemos del arte, que nunca pierde el amor, el deseo de seguir viviendo para él. Yo, en el teatro, le doy gracias a Dios que me haya dado esta fuerza para seguir adelante, porque la vida me ha tratado fuerte en lo físico, hasta de un cáncer de mama hace seis años... pero lo superé, y también una afección en mis rodillas. Eran unos dolores que sólo yo sé. Ahora no me duele nada...

En la televisión ya no hay estrellas

Todas las instituciones de la cultura en el país lamentaron la muerte de una mujer entregada a su labor, para la que todos los papeles eran importantes. He hecho más de 80 películas. Telenovelas... no sé, unas 20. Siempre he realizado papeles dignos, ninguno me ha rebajado. Lo que pasa con esto de la televisión es que ya no hay estrellas. Es un medio con mucha fuerza y el actor está poco protegido. Empecé en el teatro universitario, a los 12 años; ahí estuve tres. Era una carrera que daba la universidad para quien quisiera hacer teatro-estudio... Quiero que sepan, todos, que yo soy mexicana; así me siento. No me vengan con... no tengo otro país adónde ir (...), comentaba.

Para ella el papel más difícil de interpretar fue en la obra ¿Quién teme a Virginia Woolf?, “pero lo logré, yo, que nunca he sido borracha. Quien no quiera beber, que lea o vea esa obra. No fumo, porque no le quiero buscar al cáncer. Me cuido. Amo el teatro y la vida. El cáncer no va a poder conmigo.

En el caso del teatro, mientras mejor persona seas, mejor actor serás, definió la actriz, cuando entraba a los 81 de vida.

Carmen Montejo ya tenía su tumba en el Panteón Jardín de la ciudad de México, junto a los restos de su madre y su primo Ángel Oyarzun. Comentaba que la muerte era algo normal.