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Treinta familias dependen de un chorrito

No tenemos agua, pero el recibo sí hay que pagarlo
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Vecinos de la colonia San Rafael, de la delegación Azcapotzalco, realizan largas filas desde la madrugada para llenar sus botes y cubetas ante la escasez de agua en la zonaFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de febrero de 2013, p. 41

De un hidrante del que apenas cae un chorrito de agua se abastecen cerca de 30 familias de la colonia San Rafael, en la delegación Azcapotzalco, para lo cual desde la madrugada se ven obligadas a colocar en fila sus cubetas.

Aquí nos turnamos; unos están aquí hasta que les toca. Yo creo que eso no es justo y ahora, imagínese, a acarrear el agua hasta las casas, pero eso sí, ya no tarda en llegar el recibo, que si no pagas sale peor, porque te ponen recargos, se quejó la señora Cleotilde Fuentes.

Acostumbradas a contar de manera regular con agua en sus tomas domiciliarias, las amas de casa de esta colonia, compuesta por estrechos andadores, aseguraron que desde hace 15 días viven una situación desesperante, porque de nada sirve tener cisternas, porque no cae una sola gota.

Ahorita nos estamos bañando a jicarazos, y apenas alcanzamos a juntar agua para lavar los trastes; esto definitivamente ya no es vida, expresó.

De ahí que a la llegada del director de Obras, Martín Ramírez, quien acudió ayer para atender a la población, hubiera una serie de reclamos: ¿Y qué, ya nada más vamos a tener agua con pipas, o qué? Ya mejor deberían ver que ya no nos cobren el agua, le espetaron.

Después, todo fue ir y venir, particularmente de mujeres y niños, con ollas, cubetas, garrafones y pequeños tinacos, que trasladaban, en algunos casos en diablitos, a sus domicilios. Aquí hacemos milagros con lo que nos traen, al menos me voy a poder bañar hoy, dice entre bromas doña Marta Monroy.

Situación similar enfrentan en la colonia Pro Hogar. El coordinador interno del comité ciudadano, Emilio Rosas, quien acudió a uno de los pozos de la colonia Petrolera, señaló que cada año, durante la época de estiaje, es común enfrentar contingencias, pero nunca como ésta.

Este es el desabasto más fuerte que hemos tenido, porque no cayó nada de agua y todas las cisternas se vaciaron de casas, escuelas y del mercado, expresó.

Martín Ramírez explicó que de manera regular reciben un caudal de mil litros por segundo del Sistema Cutzamala, que ha ido disminuyendo de manera paulatina hasta 500 litros por segundo, lo que ha impactado, en por lo menos 30 colonias de la demarcación, en muchas de las cuales nunca se había presentado escasez del líquido.