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Reivindica el atentado el mismo grupo que en enero causó 80 víctimas

Deja al menos 79 muertos nuevo ataque contra la comunidad chiíta en Pakistán
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de febrero de 2013, p. 19

Quetta, 16 de febrero. Un nuevo ataque con bomba contra la comunidad chiíta dejó al menos 79 muertos y unos 200 heridos este sábado en la provincia de Baluchistán, al suroeste de Pakistán, en una acción perpetrada por extremistas de la mayoría musulmana sunita, que las autoridades calificaron como parte de una escalda de atentados religiosos.

Se trata de uno de los atentados más mortíferos en Pakistán contra los chiítas, que representan 20 por ciento de la población de este país asiático, con 180 millones de habitantes de mayoría sunita, el cual fue reivindicado por Lashkar-e-Jhangvi, grupo armado sunita fundado en los años 90 y prohibido oficialmente en Pakistán.

Este movimiento armado reivindicó además el mes pasado el ataque más grave que jamás se haya perpetrado contra chiítas en Pakistán: un doble atentado suicida delante de un club de billar en Quetta, en el que murieron más de 80 chiítas. De hecho, la violencia contra esa minoría se multiplicó en últimos años en Pakistán, en particular en Baluchistán.

En esta ocasión, una bomba escondida en un camión cisterna –fue accionada a distancia– estalló hacia las 18 horas locales en la ciudad de Hazara, en los suburbios de Quetta, capital de Baluchistán. Esta provincia paquistaní fronteriza de Irán y de Afganistán es escenario de actos de violencia sectaria y de numerosos atentados contra las fuerzas de seguridad.

El camión cisterna repleto de explosivos estaba estacionado cerca de un edificio de dos pisos, que se derrumbó por la detonación. Tememos que numerosas personas aún estén atrapadas entre los escombros, indicó el jefe de la policía de Quetta, Zubair Mehmood, con lo que el balance de víctimas podría aumentar.

Descubrimos más cadáveres entre los escombros del edificio que se derrumbó. El balance de muertos se eleva a 79, indicó en la noche del sábado Wazir Khan Nasir, oficial de policía de Hazara, quien afirmó que la gran mayoría de las víctimas son chiítas. Otra fuente de la policía dijo que entre las víctimas había mujeres y niños.

Enfurecida, una multitud lanzó piedras contra policías

Tras el atentado, una multitud enfurecida rodeó el barrio y lanzó piedras a la policía, acusada de no proteger a los chiítas, como ha estado reclamando esa comunidad, indicaron testigos. Sayed Qamar Haider Zaidi, portavoz de los habitantes de dicha confesión en la región, condenó la inacción del gobierno paquistaní y anunció tres días de duelo.

El gobierno regional de Baluchistán también declaró día de luto para este domingo, mientras organizaciones chiítas convocaron a realizar protestas contra la violencia.

El primer ministro paquistaní, Raja Pervez Ashraf, condenó este nuevo atentado y reclamó que los organizadores e instigadores sean detenidos y presentados a la justicia. Aseveró que Pakistán refrenda su resolución en la lucha contra el terrorismo; los terroristas no conseguirán reprimir nuestra determinación a través de semejantes actos crueles.

Según la organización Human Rights Watch, más de 400 chiítas murieron en Pakistán en 2012, el año más sangriento para esta comunidad en la historia del país.

Pakistán es además escenario de una guerra de influencias entre Arabia Saudita, sospechosa de financiar los movimientos wahabitas, facción ultraortodoxa del islam sunita, e Irán, primera potencia chiíta, según numerosos analistas políticos.