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"Es hora de que realmente hagamos el mundo que queremos", señala

Subcomandante Moisés: el zapatismo busca construir algo nuevo a propuesta del pueblo

Nos importa la gente que quiera luchar para acabar con la justicia, dice el vocero del EZLN

 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de febrero de 2013, p. 15

En su primer mensaje como vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), dirigido a los adherentes a la Sexta en todo el mundo, el subcomandante Moisés sostiene, con el aplomo que lo caracteriza: El tiempo ya ha llegado y su momento también, en que uno puede decidir para dónde caminar, cuando ya es tiempo de ver el tiempo, o sea, ya puedes entender la vida, de cómo debe ser la vida aquí en este mundo, que nadie puede ser dueño de lo que es el mundo.

El mando rebelde, de origen tzeltal, declara: Nosotros nacimos indígenas y somos indígenas; llegamos y sabemos que vamos de regreso, como es ley. Empezamos a caminar la vida y nos dieron de entender que no andamos bien los indígenas, vimos de lo que les pasó a nuestros tatara-tatarabuelos, o sea los años 1521, 1810 y 1910; que siempre fuimos los usados y dieron sus vidas para otros subir al poder, para que de nueva cuenta nos vuelvan a despreciar.

Expone los logros y el significado de los gobiernos autónomos en las comunidades zapatistas, un proceso del cual él ha sido un activo participante, en un lugar del mundo donde ya no se permite que nos vuelvan a joder. Y dice: Encontramos un tercer tiempo. Es el lugar donde estamos, ya llevamos un buen tiempecito caminando, corriendo y aprendiendo, trabajando, cayendo y levantando.

Etapa renovada

La nueva etapa, al llegar su final comienza otro nacimiento de otro mundo, donde ya no haya olvido para los pueblos originarios, no vamos a permitir, ya aprendimos. Queremos vivir bien, “en igualdad en el campo y la ciudad, donde el pueblo mande y obedece el que está en gobierno, y si no obedece para fuera y entra otro.

Sí, somos indígenas, trabajamos la madre tierra, sabemos manejar las herramientas para sacar los alimentos. Somos de varios pueblos. Yo tengo el tzeltal como lengua madre, aunque también entiendo de tzotzil y chol, y aprendí la castilla en la organización, con mis compañeras y compañeros.

Mientras al subcomandante Marcos le toca ver por la ventana, a Moisés le toca la puerta como encargado de estar pendiente de la nueva forma de trabajar con los compañeros que vendrán a aprender, explica, lo que somos ahora. Al primero “también le toca recibir las críticas y los insultos y las mentadas, las burlas de los que están afuera. Y me dice que de repente también se van a burlar de mí, o del que le toque darse de ver. Y ni modos, así es, que de repente me toca que hacen caricatura o insultan o se burlan porque soy indígena, así como a él lo burlan porque es lo que es.

A nosotros sólo nos importa la gente que quiere luchar para acabar con la injusticia, así que mientras no nos avienten balas y bombas, pues no hay problema. Y si nos avientan de eso, pues también, porque ya hay otros compañeros y compañeras listos para el trabajo que sea y siempre es de luchar. O sea que estamos muy dispuestos a todo y no tenemos miedo.

Confía en que va a haber muchos como nosotros y un día “nos diremos ‘esto somos’, sin importar si somos indígenas o no”. Recuerda al inolvidable subcomandante Pedro “que en los últimos días de diciembre de 1993 nos dijo ‘aprendan compas porque un día les tocará, vamos a luchar con obreros, campesinos, jóvenes, niños, mujeres, hombres, ancianos de México y también del mundo.”

Moisés afirma que los zapatistas buscan construir algo nuevo que en verdad sea palabra y pensamiento y decisión y análisis, propuesta del pueblo, que sea estudiado por el pueblo y finalmente su decisión.

Llevamos 19 años que nos conocieron, subraya. Mis compañeros dicen que viven mejor con sus gobiernos autónomos. Se dan cuenta lo que es la verdadera democracia que hacen con sus pueblos y que no cada seis o tres años. La democracia se da en cada pueblo, en asambleas municipales autónomas y de las zonas que hacen las juntas de buen gobierno. Se hace todos los días en las instancias de gobierno autónomo, donde tratan con democracia todos los temas de la vida, sienten de la democracia que es de ellas y ellos, porque discuten, estudian, proponen, analizan y deciden.

Cómo serían el país y el mundo, pregunta, si nos organizáramos con los demás hermanos indígenas y no indígenas. El resultado es una gran sonrisa, porque los resultados del trabajo que están haciendo los tienen en sus manos. Ello sólo quiere que nos organicemos los pobres del campo y la ciudad sin que nadie nos dirige más que nosotros mismos y los que los nombramos, no aquellos que buscan llegar al poder. Los gobernantes no van a cumplir, ya lo sabemos, ya lo saben, pero lo real es que así nos tienen en este país, ya es muy desesperante y desgastante, horrible.

Nosotros los pobres sabemos cómo es la mejor forma de vida que queremos, pero que no nos dejan porque saben que vamos a desaparecer la explotación y los explotadores, pues todo lo que hemos padecido quiere cambio.

Para lograrlo no se necesita mucho estudio, ni hablar buena castilla, ni saber mucho leer. No estamos diciendo que no sirve, sino lo suficiente para el trabajo, una herramienta para comunicarnos. Insiste en su llamado: No dejen de luchar, así como los explotadores no nos dejarán de explotar. Nadie lo va a hacer por nosotros. El pueblo se corrige y sigue, no como ahora que 500 diputados y 128 senadores la cagan y millones sufren la peste y lo tóxico que lleva a la muerte. En conclusión, éntrenle a la Sexta y conozcan el gobierno autónomo de nuestros compañeros, en comunidades que enfrentan día y noche al capitalismo neoliberal.

Los que tienen el mismo olor de sudor de trabajarle a los explotadores, son los principales productores de la riqueza de los que ya son ricos, ¡basta ya!, luchemos por este pueblo de México y el mundo, que es nuestro, no de los neoliberales. Es hora que realmente hagamos el mundo que queremos, pues ya se ve el horizonte de un nuevo mundo.