La novela más reciente de la escritora y periodista Vilma Fuentes se titula Calzada de los Misterios y hace referencia no sólo a un lugar en la ciudad de México, sino también al paso de la niñez a la adolescencia, los misterios que se encierran en las palabras. Una niña que de pronto descubre al otro.

Son los misterios, el misterio del paso de la infancia a la adolescencia, tienes razón, pero son sobre todo los misterios que le ofrece el mundo, la realidad, a la niña que está descubriendo cosas con asombro todos los días: el descubrimiento de la palabra, por ejemplo, cuando comienza a unir las letras, cuando la maestra le enseña a leer y escribir, une las letras, se vuelven palabras y en la palabras ve las cosas.

Y descubre las palabras pero también a los otros, a las monjas, a los compañeros de escuela, al chofer del camión escolar, a todo el mundo, pero lo más importante también es ese descubrimiento de la ciudad, añade Fuentes, colaboradora de La Jornada, quien radica en Francia desde hace 37 años.

El imaginario no muere

Al inicio de la novela, la niña no encuentra su casa. Para los adultos que están con ella en el camión escolar está perdida, cómo descubre el absurdo de la frase es uno de los pilares del libro publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).

“Ese extravío es el más grande placer. Cuando llego a una ciudad me gusta perderme, lo malo es que tengo un gran sentido de orientación, pero sentir ese momento cuando no sabes dónde estás, que es algo nuevo, es un verdadero placer, o extraviarse cuando estás leyendo de repente y que entras a otro mundo.

Tengo ese extravío cuando escribo, es uno de los mayores placeres de la escritura, de repente se abren las puertas de otro lugar, se cierran las de lo real y entras a lo imaginario. Ese imaginario que curiosamente tiene una vida más larga, digamos, que lo que llamamos realidad, porque el imaginario no puede morir.

La base de la escritura es lo que hizo esa niña al descubrir la palabra, añade la autora de Ayer es nunca jamás y Flores negras. “Cada vez encontrar más y más significado a la palabra, ver más y más la cosa que designa en ella, en la palabra, darle todo su peso.

“Tengo el problema de que vivo entre dos lenguas, a pesar de que mi territorio es la lengua española, que llevo 37 años viviendo en Francia y que sigo soñando, escribiendo y pensando en español, es una cosa de locos; hablo y leo constantemente en francés; he escrito dos o tres cosas en este idioma, pero en cuanto me pongo a escribir en francés dudo de los acentos, de todo, y digamos que soy analfabeta en francés. Empiezo a dudar de las palabras y de repente flotan, hasta que por fin viene el sueño y éstas resurgen.

Vivo constantemente esa búsqueda, hice comparación y eso encuentro de las diferencias de una palabra y otra en los dos idiomas.

Con seis novelas publicadas, además de cuento, ensayo y poesía, y de su oficio periodístico, Vilma Fuentes subraya: “No me veo como escritora. Una de las cosas que me choca en Francia o aquí es el enorme narcisismo. Verme como escritora sería sentirme algo, sentirme ya etiquetada en una profesión. No, yo soy escritora mientras escribo, ahorita, por ejemplo, soy una persona que platica contigo, porque me publicaron un libro. Soy periodista cuando hago periodismo, pero no me paseo por la calle sintiéndome periodista.

Hay quien se pasea por la calle en París, en Londres, en México, en Guanajuato o Marsella sintiéndose escritor o escritora. O van sintiéndose periodistas, sobre todo de televisión, a ver quién me ve y me pide un autógrafo. Eso me parece ridículo. Al rato y en cuanto pueda voy a ser una fumadora, y a lo mejor me van a ver como una paria fumadora.

Calzada de los Misterios será presentado el próximo martes a las 18:30 horas en la librería Rosario Castellanos del FCE (Tamaulipas y Benjamin Hill, colonia Condesa). Acompañarán a la autora Hugo Gutiérrez Vega, director de La Jornada Semanal; Olga Sánchez Cordero, Teresa Franco, Maria Luisa La China Mendoza y el poeta Óscar González.