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De lo más alto bajan por ayuda alimentaria, pese al frío invernal

Familias de escasos recursos deben cruzar escabrosas pendientes para obtener comida

Con el apoyo del gobierno de Álvaro Obregón, IASIS apoya a grupos vulnerables

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Familias enteras de parajes y colonias de las zonas altas de la delegación Álvaro Obregón deben caminar por accidentadas pendientes para obtener alimentos y bebidas calientes que los ayude a enfrentar el frío invernal. Imágenes del centro social de la colonia Lomas de Chamontoya y la casa de la familia García AguilarFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de enero de 2013, p. 41

Procedentes de chozas, unas de tabique y otras de cartón, enclavadas en el paraje El Caballito y las colonias Chamontoya y ampliación Tlacoyoaque, ubicados en la parte alta de la delegación Álvaro Obregón, familias enteras de escasos recursos bajan todas las tardes, poco antes del anochecer, las pendientes del cerro para recibir una ración de comida.

Se trata de una ayuda alimentaria que, durante la temporada invernal, lleva a cabo el Instituto de Asistencia e Integración Social (IASIS), con el apoyo del gobierno delegacional. El propósito es respaldar a los grupos vulnerables de la zona.

A la familia García Aguilar le toma 20 minutos llegar hasta el centro de reparto, donde los alimentos se terminan de distribuir en media hora, tras una larga fila de comensales, que llegan con sus recipientes de plástico para llevar un poco de café, un bolillo y ensalada de atún con zanahorias.

La ración no alcanza para una familia y mucho menos en estos parajes, donde suelen ser numerosas y en cada casa cohabitan más de una, pero en el hogar de los García sirve para ahorrarse unos pesos, que destinan a la educación de sus hijos.

De 21 años, Norma cursa el sexto semestre de medicina, y su hermano José Luis está en arquitectura e historia. Estudiar es la única vía para salir de aquí, dice la joven, mientras rebana una lechuga para completar la cena.

Mi papá no viene en todo el día, es hojalatero, y mi mamá trabaja doble turno en casas, comenta. Señala que apenas con esos dos ingresos logran salir adelante.

Esa es la realidad prácticamente de todos los habitantes de esta zona, por lo que, a pesar de las accidentadas pendientes de las colinas, desde donde se alcanza a ver la ciudad y los volcanes que la custodian, no dudan en acudir por una de las 100 o 120 cenas que se reparten diariamente, desde noviembre pasado.

Nos gustaría que nunca se olvidaran de nosotros, que den siempre ese apoyo. Acá en el cerro vivimos puras personas adultas mayores y muchas madres solteras, muy jovencitas, que no tienen para su comida, dice doña Efigenia Rentería.

Aunque se identifica a las familias más necesitadas, la entrega de la ayuda alimentaria corre como reguero de pólvora entre los pobladores. Nos enteramos por una amigas; nos dijeron: vayan a ver si les dan, y aquí estamos. Yo vendo gelatinas y esto es una ayudadita, aunque sea para que coman mis hijos. Nosotros somos poquitos de familia, seis, comenta a su vez Augusta.

En lo que va de la temporada invernal se han repartido cerca de 4 mil raciones de alimentos, que son preparados por el personal del IASIS y entregados por las autoridades de la delegación Álvaro Obregón.