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Pobladores de cinco entidades llevan su reclamos ante legisladores

Exigen programas sociales para evitar la expulsión de mano de obra
 
Periódico La Jornada
Martes 18 de diciembre de 2012, p. 9

Migrantes de Tlaxcala, Guerrero, Michoacán, Chiapas y el Distrito Federal se reunieron con la senadora perredista Lorena Cuéllar, presidenta de la Comisión de Desarrollo Social, a quien le solicitaron que el gobierno federal ponga en marcha programas sociales, productivos, educativos y de apoyo al campo, así como becas para los estudiantes, servicios básicos –agua, drenaje, etecétera– y escuelas.

Más de 50 representantes de familias de migrantes asistieron al Senado con motivo del segundo Diálogo Nacional sobre Migración, Remesas, Responsabilidad Social, Familia y Educación, y en el contexto del Día Internacional del Migrante, que se celebra este miércoles.

Mateo, migrante de Los Altos de Chiapas, dijo: Pedimos al gobierno federal, a la Secretaría de Educación Pública, que construyan escuelas. Yo no estudié más que la primaria, y tenía que caminar todos los días dos horas y media para llegar a la escuela. Hacen falta primaras, secundarias y preparatorias con personal capacitado.

Raúl Atriano, de Tlaxcala refirió: A los 15 años tuve que migrar a Estados Unidos para tener mejor calidad de vida. Como migrantes podemos morir ahogados en el río o perdidos en el desierto, sin agua ni comida. Hoy  mujeres de 15 años cruzan la frontera y corren más riesgos  que los hombres, ya que las pueden violar.

Lucía Díaz, migrante de Chiapas, de la comunidad Dos Lagunas, manifestó: “En temporada de cuaresma las lagunas se secan, por lo que las familias se ven obligadas a migrar a Estados Unidos; se rompe la unidad familiar. Los jóvenes que se quedan sin sus papás se van con las pandillas. La migración genera más pobreza, porque deja deudas. Ya estando allá tenemos miedo de que la migra nos detenga, y a veces no podemos salir a buscar trabajo. Exigimos aquí en el país programas para las familias migrantes, para pagar las deudas, porque perdemos todo. Muchos mueren en el desierto, la mujer queda viuda y los hijos huérfanos y nadie ve por ellos”.

Dominga Ortega, de Coyuca de Catalán, Guerrero, manifestó: vengo a hablar sobre las mujeres que no tenemos esposos: somos madres solteras, que nos ayuden para sacar adelante a nuestros hijos. Mi esposo se fue hace siete años a Estados Unidos. Las mujeres queremos trabajar, pero nos discriminan. Necesitamos escuelas, becas, apoyos.

Virginia Pérez, de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, señaló: “A los 15 años me fui a Estados Unidos, no por gusto sino por necesidad. Arriesgamos la vida, la verdad es bien difícil, hay tanto peligro. Para que la migra no nos agarre tenemos que caminar cuatro noches y cuatro días, se nos termina el agua y la comida. Hace ocho años la migra nos agarró dos veces; en el tercer intento de cruzar, unos ladrones nos hicieron que nos quitáramos la ropa, fue una humillación muy grande.

“La migra nos dice, ‘por qué vienen’. Les decimos, pos no tenemos dinero. No es cierto, nos dicen, sus gobiernos de ustedes son unas ratas. A lo mejor tienen razón, porque los gobiernos no atienden a las comunidades indígenas. Necesitamos trabajo, escuelas, centros de salud, no hay drenajes ni agua potable.”

La senadora Cuéllar se comprometió a impulsar una ley para las familias migrantes, y asegurar el pleno respeto a sus derechos políticos, sociales, económicos y culturales.