Sociedad y Justicia
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Hay que atacar inseguridad alimentaria, señala informe de evaluación

La cruzada nacional contra el hambre podría caer en asistencialismo: experta
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de diciembre de 2012, p. 40

La cruzada por el hambre que anunció el presidente Enrique Peña Nieto no debe reducirse a la entrega de despensas ni considerar sólo el acceso de los mexicanos a la alimentación, sino que tendrá que ser una política que contemple la producción de alimentos, la distribución y su acceso, señalaron especialistas.

En el sexenio pasado uno de cada dos pesos que se dedican a asistencia social se destinaron a la alimentación, pero aún así la población sin acceso a este derecho social se elevó en 2010 a 28 millones de personas.

 La inestabilidad económica internacional que se prevé para los próximos años, así como la constante fluctuación de los precios alimentarios podrían poner el tema de la alimentación como una prioridad para el país en los años siguientes, advirtió el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en el Informe de evaluación de la política de desarrollo social en México 2012.

Ximena Maroto, del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos, consideró un error el nombre de cruzada nacional contra el hambre, es distinto a pobreza extrema y seguridad alimentaria.

Más bien se debería atacar la inseguridad alimentaria, lo cual está relacionado con el encarecimiento de alimentos, salarios precarios, insuficientes para adquirir una canasta alimentaria.

Se corre el riesgo de que sea un programa asistencial más que una cuestión de desarrollo, que se reduzca a despensas. Si se ve desde el enfoque de derechos, no se trata sólo de acceder físicamente a alimentos nutritivos, también abarca la producción; la distribución, hoy en manos de trasnacionales que han afectado negocios pequeños y familiares; y el acceso. Debe haber mejoras en la productividad agrícola e ingresos, en la nutrición y fomento a mejores prácticas nutricionales. El mero planteamiento suena a una acción asistencialista más que de desarrollo, apuntó.

En Brasil en cinco años se rescató de la pobreza a 25 millones de personas, la mitad de los pobres que hay en México, sostuvo Virgilio Bravo experto en Políticas Públicas del Tecnológico de Monterrey campus estado de México. Recordó que con Hambre cero la desnutrición infantil se redujo 70 por ciento con un presupuesto de 700 millones de dólares, en México al cabo de un año por lo menos se tienen que rescatar 5 millones de personas, integrarlos a clase media baja y sacarlos de la pobreza y la desnutrición.

Esto también debe llevar a detonar la actividad económica local, con empleo y consumo de productos de la región; 30 por ciento de lo que se consuma tienen que ser alimentos de la zona. Todo se tendrá que concentrar en un solo programa para no diversificar o diluir esfuerzos, precisó.