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Reforma al artículo 3º

La responsabilidad en la materia recae en el Estado, afirma el rector de la UNAM

Narro plantea transformación profunda del sector educativo
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El rector José Narro durante la presentación del documento Transformar el sistema educativo nacional: diez propuestas para diez años, elaborado por 76 autores universitarios de 29 entidadesFoto Prometeo Lucero
 
Periódico La Jornada
Martes 11 de diciembre de 2012, p. 4

Con el arranque de los gobiernos federal y capitalino es momento de hacer de la educación el mejor instrumento de desarrollo, afirmó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.

El funcionario presentó el documento Transformar el sistema educativo nacional: diez propuestas para diez años –elaborado por 76 autores universitarios de 29 entidades–, el cual pone en el centro del debate la necesidad de que el Estado recupere la rectoría en la materia.

Los universitarios concebimos la educación como un bien público y social. La entendemos como un derecho fundamental, cuya responsabilidad recae en el Estado, y su ejercicio efectivo exige el concurso de todos los integrantes de la sociedad. Consideramos que es indispensable una transformación profunda (...) que permita romper las condiciones de reproducción de la desigualdad social y afirmar las bases para un desarrollo con justicia y democracia, apunta el diagnóstico.

Narro subrayó que si queremos cambiar se debe empezar por revisar y transformar ese sistema, pues la educación es un instrumento fundamental para impulsar el desarrollo de la democracia, así como consolidar la libertad, el progreso, el desarrollo humanos, la solidaridad y la tolerancia. Agregó que la enseñanza tiene que impartirse a partir de valores cívicos y laicos.

Se le preguntó si la reforma en la materia pasa por quitar poder al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que encabeza Elba Esther Gordillo. Respondió que ese gremio es sólo un actor en la transformación, que corresponde encabezar al Estado.

El documento –que se presentó en el auditorio Alfonso Caso de Ciudad Universitaria y fue comentado por especialistas y ex secretarios de Educación– se entregó hace un par de semanas al equipo del titular del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, y en breve se enviará al Congreso. En éste se hace un balance de la problemática en el ámbito de la enseñanza, se proponen metas a mediano plazo y estrategias para alcanzarlas.

Se trata de 10 propuestas divididas en tres ejes para concretar una reforma integral de gran alcance, ya que México requiere una política de Estado, porque los avances en la materia son lentos, generacionales y, por tanto, difícilmente pueden ofrecer rendimientos políticos inmediatos a los gobiernos en turno.

En el eje referente al impulso del derecho a la educación se propone abatir el analfabetismo y el rezago educativo, así como hacer efectivo el derecho a la obligatoriedad de la formación académica.

El eje dos aborda el proyecto educativo nacional para el siglo XXI, en el que se propone fundar un nuevo modelo escolar y de gestión educativa, así como fortalecer la función social de la instrucción superior.

En el último eje se plantean cuatro vías para la transformación del sistema educativo: revalidar y renovar la profesión docente; reorientar la evaluación en la materia, la certificación y la acreditación; asegurar el financiamiento que requiere el desarrollo pleno en educación, ciencia, tecnología, innovación y cultura, y hacer de México un país de formación permanente.

Necesitamos una reforma integral, y no una que atienda sólo algunos niveles. Que garantice el financiamiento adecuado, el mejoramiento de la infraestructura, el equipamiento y los materiales didácticos; el cómputo o los talleres y laboratorios de distinto tipo, incluidos los dedicados a la enseñanza de idiomas. Todo ello relacionado de forma directa con la preparación, dedicación y experiencia del personal docente, subraya el texto.

Agrega que no pueden importar más el equilibrio fiscal que los desequilibrios sociales. Es necesario cambiar el paradigma del desarrollo y poner énfasis en el conocimiento, expone.

Para los expertos que participaron en el documento, la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, cada vez más, de la productividad y la competitividad económicas, así como buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones.