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Solucionar problemas económico y de endeudamiento, prioridades del gobierno, asegura

Pide Obama elevar impuestos a los más ricos para evitar recesión

Advierte que el alza de gravámenes y recortes al presupuesto por 600 mil millones de dólares perjudicarán recuperación

Se dice abierto a plan republicano de reformar programas asistenciales

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, este miércoles en la Casa Blanca, durante su primera conferencia de prensa tras la relecciónFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de noviembre de 2012, p. 30

Washington, 14 de noviembre. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo este miércoles que los republicanos tendrían que aceptar el aumento de impuestos a los más ricos como el primer paso de un acuerdo tributario para evitar que Washington lance a la economía a una recesión.

En su primera conferencia de prensa desde que ganó la relección la semana pasada, Obama dijo que solucionar los problemas económicos y de endeudamiento del país es la prioridad de su segundo periodo de gobierno. El crecimiento económico y la creación de empleos, dijo, también deben ser tema importante de la Casa Blanca y el Congreso. Por ello llamó a los republicanos a aceptar esa urgencia en las complejas negociaciones, que buscan evitar que la combinación de alzas de impuestos y recortes al gasto por 600 mil millones de dólares concrete el llamado abismo fiscal, lo que podría perjudicar la frágil recuperación.

El mandatario señaló que estaría abierto a considerar las propuestas de los republicanos, como una reforma a los programas asistenciales y una modernización del código tributario, como parte de un amplio acuerdo para poner a las finanzas del país en un camino sostenible. Pero reiteró su plan de que aumenten los impuestos para el 2 por ciento más rico de los estadunidenses que ganan más de 250 mil dólares anuales.

No deberíamos tener de rehén a la clase media cuando debatimos recortes de impuestos para los ricos, dijo Obama en su primera conferencia de prensa tras obtener la relección. Lo que yo no voy a hacer es extender más un recorte tributario para la gente que no lo necesita, agregó poco antes de reunirse con una decena de líderes de negocios que están presionando a los legisladores para que alcancen un acuerdo.

Obama y los legisladores se han referido desde la elección a las soluciones para evitar la brecha fiscal que amenaza con concretarse el primero de enero. Ambas partes tienen aproximadamente seis semanas para llegar a un acuerdo antes de que se produzcan automáticamente aumentos de impuestos y recortes de gasto por 600 mil millones de dólares a comienzos de 2013, lo que llevaría a la vacilante economía estadunidense a la recesión.

La Oficina Legislativa del Presupuesto (CBO) calcula que si Estados Unidos cae al precipicio fiscal la economía nacional podría contraerse 0.5 por ciento en 2012 y perder alrededor de 3.4 millones de empleos.

Tanto los republicanos como los demócratas quieren mantener una baja tasa de impuestos para las familias de clase media y de bajos ingresos, pero los demócratas dicen que el 2 por ciento más rico debería tener que pagar las tasas más altas que se aplicaban en la década de 1990.

La Casa Blanca ha dejado en claro que está lista para negociar, pero el martes dijo que cualquier acuerdo debe incluir 1.6 billones de dólares en ingresos fiscales y elevar tasas para los más ricos, que han corrido mejor suerte que el resto de la población en medio de la recesión de entre 2008-2009.

Si ambas partes no llegan a un acuerdo para fin de año, aumentarán las tasas impositivas a la renta y a las inversiones para todos los estadunidenses, mientras que programas gubernamentales, desde los militares hasta los educacionales, enfrentarán profundas reducciones impositivas. Además, también expiraría una serie de exenciones impositivas para empresas.

Obama convirtió el aumento de impuestos a los ricos en una propuesta central de su campaña de relección, y los sondeos muestran que la opinión pública lo respalda.

Varios de los presidentes ejecutivos con los que Obama tenía programado reunirse la tarde del miércoles, incluidos Jeff Immelt, de General Electric; Mark Bertolini, de Aetna; David Cote, de Honeywell International, y Andrew Liveris, de Dow Chemical, respaldan una postura que en general es cercana a la visión de Obama. Muchos otros líderes de negocios no comparten esa posición. Los adversarios de la Casa Blanca en Wall Street y la Cámara de Comercio no fueron invitados a la reunión.

La Cámara de Comercio de Estados Unidos divulgó una carta, firmada por más de 200 grupos de negocios en la que piden a Obama que encuentre maneras de ahorrar al reducir los beneficios en lugar de aumentar los impuestos. La relación de Obama con la comunidad empresarial de Estados Unidos fue tensa durante gran parte de su primer mandato y no está claro cuánto respaldo podrá reunir de los ejecutivos que en muchos casos apoyaron a Mitt Romney, su rival republicano en la carrera presidencial.

Los líderes republicanos han mostrado algo de voluntad de ceder. Si bien se oponen al plan de Obama de subir los impuestos al 2 por ciento más rico de los contribuyentes estadunidenses, han dicho que podrían aceptar un acuerdo que aumente los ingresos imponiendo límites a los beneficios para los más acomodados.

El presidente Barack Obama advirtió que un eventual alza de impuestos a la clase media podría golpear las ventas minoristas en la temporada de compras de fin de año y afectar la inversión y la generación de empleo.