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La película de Natalia Beristáin se exhibió ayer en competencia en Morelia

Volver a la sabiduría de los viejos, propósito de No quiero dormir sola

Como sociedad tenemos que lidiar con que ahora vivimos más, sobre todo en esta época en la que sólo importa ser joven, señaló la directora

Se presentó en la Mostra de Venecia pasada con sala llena y un aplauso largo y caluroso, contó

Actúan Adriana Roel y Mariana Gajá

Enviado
Periódico La Jornada
Martes 6 de noviembre de 2012, p. 9

Morelia, Mich., 5 de noviembre. No quiero dormir sola, filme dirigido por Natalia Beristáin y protagonizado por Adriana Roel y Mariana Gajá, fue el segundo largometraje mexicano en competencia dentro del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Mediante una fina dirección e impecables actuaciones, la película pone en la mesa de debate los temas de la vejez, la eutanasia y la caducidad de los actores en la industria del espectáculo.

En entrevista, Beristáin mencionó: Mi propósito con esta película era aprender a conocer a nuestros viejos. No sólo quererlos por viejos, sino regresar a estos encuentros para conocer su sabiduría, porque ahora todo es desechable, sólo importa ser joven, estar en el momento y vivir a plenitud tus años mozos.

No quiero dormir sola narra la historia de Amanda, quien tiene un problema: no puede dormir sola. Sus días transcurren de manera tranquila y ordenada, y llena sus noches de amantes que la ayudan a pasar las horas. De un día para otro su universo se ve transgredido cuando tiene que hacerse cargo de su abuela alcohólica, Dolores, actriz retirada que ahora vive del recuerdo de sus glorias pasadas. Juntas emprenden un viaje de conocimiento mutuo.

Experiencias personales

Natalia Beristáin confesó que la mayor parte de esta historia es de la experiencia personal. Mi abuela Dolores estuvo en el asilo nacional para actores, pues estaba muy débil y no podía estar sola las 24 horas. A la par de que ahora lo que importa es ser joven, vivimos más, tenemos un espectro de vida mucho más grande que hace 20 o 30 años, y con esto vienen nuevas situaciones con las que la sociedad está comenzando a lidiar, así que hay que comenzar a explorarlo.

Sobre el tema de la eutanasia mencionó: Cada quien es libre de elegir qué hacer con su vida; es un poco la postura del personaje de Dolores, quien decide el momento en que ya no quiere estar aquí y va tras eso sin culpas.

En cuanto a trabajar con Adriana Roel y Mariana Gajá, la cinerrealizadora mencionó: Fue glorioso; no podría haber encontrado mejores actrices para dar vida a mis personajes; fue muy bueno: pertenecen a generaciones distintas y vienen del teatro, lo cual ayudó mucho a dar cuerpo a estas soledades. Desde el primer tratamiento del guión ya estaban arriba del proyecto.

Foto
La cinerrealizadora Natalia BeristáinFoto cortesía del FICM

La cinerrealizadora precisó además que se trata “de una película familiar, en el sentido más literal. Al ser una producción independiente, busqué estar rodeada de mi gente cercana. En el caso del crew, muchas de las cabezas de departamento son gente con la que coincidí y crecí en los años de escuela, y que con el tiempo se convirtieron en amigos muy cercanos. En el caso del elenco, más allá de los vínculos familiares, busqué trabajar con actores que me retaran como directora”.

Natalia Beristáin informó que desde el primer tratamiento del guión hubo muchas cosas que se mantuvieron, pero al momento de editar salieron muchas otras, por ejemplo la vida de Amanda: retratábamos más su soledad y promiscuidad, y poco a poco eso fue desapareciendo para dar más importancia al núcleo entre la abuela y la nieta. Esas fueron las cosas que se sacrificaron en el camino.

Soledades que se encuentran

Beristáin abunda en el tema del aislamiento: “Son dos soledades que se encuentran, que tienen la fortuna de tener este breve y caluroso encuentro, y retoman sus vidas a partir de éste. Porque habla de dos soledades, esta historia podría estar protagonizada por dos hombres, un hombre y una mujer, un nieto y su abuela...

Aunque parece que siempre que se involucran hombres en mis películas las cosas al parecer se joden, sin duda el personaje masculino es su vínculo: precisamente la ausencia del padre/hijo es lo que termina uniendo a estas dos mujeres.

No quiero dormir sola se proyectó en la Muestra de Cine de Venecia pasada, sobre lo cual la directora informó: Nos fue mejor de lo que nos hubiéramos imaginado, estaba muy emocionada, la sala de mil 200 personas, estaba llena, el aplauso fue largo y caluroso, y la crítica nos trató bien.

Finalmente, la directora mencionó: Lo importante de la película es que finalmente conecta en diferentes niveles y por diferentes lados con el público. Mucha gente se me ha acercado para comentarme las situaciones similares que han vivido con su novia, madre, tía o abuelo; creo la película hace eco, lo cual me emociona mucho.