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Un mes antes del Día de Muertos, Adela erige los montajes para los amigos de su padre

La casa de El Indio Fernández se llena de altares a muertos famosos

Desde 1986, en cada rincón de la Fortaleza conviven personajes del cine y la cultura

Este año Chavela Vargas compartirá espacio con Pedro Infante y Julio Alemán

En una ocasión, Diego Rivera no llegó porque puse juntas a Frida y Lola Olmedo, narró la escritora

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“En los pueblos, los niños salen al campo con campanas y tambores a hacer ruiditos y a vocear a las almas; gritan: ‘Papá, te invitamos a la casa; va a haber mucho mezcal”, contó Adela Fernández. En la imagen, niños representan el Paseo de las Ánimas, en Mérida, YucatánFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de octubre de 2012, p. 9

Cada noviembre, la Casa Fortaleza de Emilio El Indio Fernández (1904-1986) se viste de fiesta para montar altares de muertos de connotadas figuras del cine y la cultura de México y América, entre las que destacan el matrimonio Kahlo-Rivera y la rubia de todos los tiempos, Marilyn Monroe.

La fiesta del Día de Muertos del primero y 2 de noviembre en la vivienda patrimonio histórico de Coyoacán, en el sur de la ciudad de México, cobra sentido especial al alzarse en sus paredes figuras y recuerdos de personajes representativos del ámbito cultural mexicano.

Fiel a la tradición de la fiesta, que mezcla costumbres de las culturas prehispánicas y del catolicismo, Adela Fernández, hija del artífice de la época de oro del cine mexicano, se esmera con sus 30 colaboradores en decorar con mes y medio de antelación los altares con coloridos banderines de papel de china, flores, objetos, música y comida que agradaba a los amigos de la familia fallecidos.

Lo que pasa es que los amigos queridos de mi papá eran gente de cine; no es que le hagamos a los famosos; eran famosos, pero son nuestros amigos. Este año agregué gente importante en la cultura de México, que tiene que ver con la ideología de mi papá, contó Fernández.

Según afirma la escritora, quien se volvió experta en la elaboración de altares y en la tradición del Día de Muertos luego de escapar de su casa a los 15 años y tener que trabajar en este oficio en los museos, para ganarse no el pan de cada día sino el pan de noviembre, la tradición empieza nueve días antes de la celebración de la fiesta.

“En los pueblos, los niños salen al campo con campanas y tambores a hacer ruiditos y a vocear a las almas; gritan: ‘Papá, te invitamos a que vengas a la casa, mi abuela te está preparando comida, va a haber mucho mezcal no dejes de venir”, contó.

Pero antes hay una misa, previa del permiso para llamar a los muertos, y una vez convocados se montan los altares. Ya montados hay que cantar alabanzas para que estén benditos, para que sea un lugar sagrado y los muertos no se contaminen de las fregaderas con las que vivimos los vivos.

Los muertos deciden si aceptan la invitación

Dicha tradición en la Casa Fortaleza, que heredó tras la muerte de El Indio Fernández, a los 82 años, se mantiene con la misma fidelidad. Anualmente realiza el ritual de limpieza con ayuda de sus amigos, danzantes de la conquista espiritual.

Como si se tratara de una fiesta real, los muertos deciden si aceptan la invitación. En una oportunidad uno de los que se negaron a acudir a la cita, que se convoca en la vivienda desde hace 26 años, fue el muralista Diego Rivera.

“Ese año se nos perdieron las fotografías de Diego; llamé a amigos para que nos prestaran unas y nunca se logró. Entonces dice uno de los visitantes: ‘Pero, Adelita, ¿cómo cree que iba a venir? ¡Mire el lugar que tiene Diego!’ Y le dije: ‘Pues al lado de Frida’. Y me respondió: “Sí, al lado de Frida está bien, pero le puso usted al lado a Lola Olmedo y ellas se agarraban de las greñas; por eso Diego dijo: ¡pues no voy a la fiesta!’”, narró.

Kahlo-Rivera son algunos de los personajes que tienen un lugar especial en la vivienda. Este año, sobrinas de Kahlo fueron las encargadas de decorar el altar en el que se realizó un montaje con un marco de trajinera, como las que tradicionalmente se encuentran en las riberas de Xochimilco, otra zona emblemática del sur de la capital mexicana.

Este año se decidió invitar a las familias de los ofrendados. La familia Kahlo vino y les enseñamos el lugar que Adela tiene para Frida desde siempre, y trajeron la trajinera, dijo Cristóbal Arias, encargado de la curaduría y restauración del inmueble.

Además de los famosos artistas, este año una de las figuras que estarán en el altar principal de la casa será la cantante mexicana de origen costarricense Chavela Vargas, amiga de Adela Fernández, quien falleció en agosto.

Chavela estará con los muertitos frescos, como llamo a los muertos recientes. Estará en el lugar donde empezó el primer altar de mi papá, en el comedor de la casa, con Pedro Infante, Pedro Armendáriz junior, Julio Alemán y Julia Marichal, dijo Fernández.

El célebre escritor mexicano Carlos Fuentes, fallecido en mayo, compartirá espacio en la biblioteca, junto con otros 10 colegas, entre los que destacan Octavio Paz y Juan Rulfo.

Además de las figuras mexicanas, la casa del cineasta también acoge muerticos, como la cantante cubana Celia Cruz, las estrellas de Hollywood Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor, a quienes El Indio Fernández ofreció comidas en su vivienda; los cineastas estadunidenses John Ford y John Huston, y hay un altar de animales de los famosos.

Con lugares como la Casa Fortaleza de El Indio Fernández los creyentes y continuadores de la tradición pueden extender la presencia no sólo de sus seres queridos, sino de las personas que admiraron en los emblemáticos altares que se abren al público cada año en este sitio del primero al 18 de noviembre.