Con motivo del 70 aniversario natal del director concertador Eduardo Mata (1942-1995), el cual se cumplió el pasado 5 de septiembre, será honrado por la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata (Ojuem).

Al respecto, habrá cuatro conciertos, una exposición en la Sala Nezahualcóyotl y un recital de gala los días 13 y 14 de octubre a cargo de la soprano rusa Marina Poplavskaya y la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam), misma que dirigió Mata durante varios años.

Gustavo Rivero Weber, titular de la Dirección General de Música de la UNAM, destacó que en 2011, por encargo del rector José Narro Robles, se creó una orquesta juvenil a la que quisimos ponerle el nombre de Eduardo Mata para recordarlo y por lo que hizo en favor la juventud musical en México y varias partes del mundo.

Este año, la Ojuem se restructuró, ya que el rector quiso apoyarla al dar 40 becas para músicos jóvenes. Jan Latham-Koenig, director artístico de la Ofunam, también la quiso tomar en sus manos porque cree que es un proyecto importante para tratar de desarrollar estos jóvenes talentos que tenemos en México.

Latham-Koenig dirigirá dos (7 de octubre y 18 de noviembre) de los cuatro conciertos programados, mientras los dos restantes estarán a cargo de Avi Ostrowsky (21 de octubre) y Rodrigo Ma-cías (28 de octubre).

Latham-Koenig, cuya experiencia formativa de adolescente fue como concertino de la Orquesta Nacional de la Juventud de la Gran Bretaña, agrega que invertir en las orquestas juveniles es hacerlo nada más y nada menos que en el futuro de la música clásica en este país. Lo considero una parte esencial de mi posición aquí, dedicar el mayor tiempo posible al desarrollo de los talentos jóvenes. También invito con regularidad a grandes profesores de todo el mundo para venir y trabajar con estos jóvenes, en forma individual y en grupo.

Quien también ha sido director musical del Teatro Municipal de Santiago de Chile, observó que cuando ha trabajado en América Latina se ha percatado de una especie de complejo extraño de inferioridad en relación con Europa. Sin embargo, cuando uno trabaja muy duro aquí el nivel alcanzado es con frecuencia tan bueno como allá y en algunos casos mejor.

El repertorio elegido para los conciertos juveniles está pensado para entrenar a los músicos. Siempre hace falta algo de repertorio clásico, porque Mozart, Haydn o Beethoven requieren de una atención al detalle, el sonido, la articulación, el ritmo y el fraseo, que es la base de la música de Occidente. Ninguna orquesta puede desarrollarse si no toca a estos compositores con regularidad. Al mismo tiempo, no podemos descuidar la música de los siglos XIX y XX.

Los conciertos de la Ojuem también incluyen música de Ravel, Ibert, Rossini, Cimarosa y Spohr. Una vez que hayamos entrenado a estos jóvenes en lo básico, podremos ser más aventurados con nuestro programa, agregó Latham-Koenig.

En el programa del 28 de octubre se ha incluido una pieza de Eduardo Mata, Aires sobre un tema del siglo XVI, que Rivero Weber describe como más conservador dentro de su obra, porque la suya es música muy difícil. Su lenguaje es mucho más contemporáneo. Se metió mucho en las nuevas tendencias de ese tiempo, ya no tan socorridas, como los instrumentos preparados.

Latham-Koenig, director artístico de la Ofunam desde diciembre pasado, es gran admirador de Eduardo Mata, a quien vi dirigir con frecuencia en Florencia en los años 80 del siglo pasado, época en que yo dirigía bastante en la casa de ópera de esa ciudad. Asistí mucho a sus conciertos.

El británico describió al homenajeado como extremadamente dinámico, al mismo tiempo que un músico muy sensible, mezcla que encontró cautivante, además de su maravilloso sentido rítmico.

La exposición en honor a Eduardo Mata, que será desplegada a partir del domingo en el vestíbulo de la Sala Nezahualcóyotl (Insurgentes Sur 3000), curada por Lilia Weber, documenta la vida de Mata con fotografías y textos preparados ex profeso por el crítico musical Juan Arturo Brennan.