Tiflis, 2 de octubre. El presidente georgiano, Mijail Saakachvili, reconoció este martes la derrota de su partido en las legislativas ganadas sorpresivamente por la coalición de oposición del multimillonario Bidzina Ivanichvili, quien exigió la renuncia del jefe de Estado, cuyo mandato termina en 2013.

La derrota el lunes del Movimiento Nacional Unificado pone fin a la dominación del partido de Saakachvili, quien llegó al poder en 2003 luego de la Revolución de la rosa, que sacó del poder al ex presidente Eduard Chevardnadze, exjefe de la diplomacia soviética.

Está claro que (la coalición de oposición) el Sueño Georgiano obtuvo la mayoría en las legislativas del lunes, declaró Saakachvili en un discurso transmitido por la televisión, mientras que el avance de la coalición opositora era solo confirmado por resultados parciales.

Eso significa que la mayoría parlamentaria debe formar un nuevo gobierno, y yo, como presidente, conforme a la Constitución, facilitaré el proceso para que el nuevo gobierno comience a trabajar, agregó Saakachvili.

Pero el líder de la coalición opositora, Ivanichvili, pidió al presidente Saakachvili su renuncia. La única buena decisión para Saakachvili sería ahora renunciar, declaró Ivanichvili, probable futuro primer ministro, en una conferencia de prensa en Tiflis.

También advirtió que los funcionarios que cometieron delitos bajo el gobierno saliente serán procesados. No habrá persecución a ex servidores del Estado, excepto los que cometieron delitos. Estos deben responder por sus actos, agregó Ivanichvili.

Al abordar sus prioridades en materia de política exterior, Ivanichvili indicó que Georgia busca mejorar sus relaciones -ahora en muy mal estado- con la vecina Rusia y unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ambición mal vista por Moscú. Debemos normalizar nuestras relaciones con Rusia. Nuestra estrategia para convertirnos en miembros de la OTAN sigue sin cambios, declaró Ivanichvili.

Las relaciones diplomáticas entre Georgia y Rusia están interrumpidas desde la corta guerra del verano de 2008 por el control de Osetia del Sur, región georgiana separatista donde Rusia mantiene desde entonces sus tropas.

La mejoría de los lazos entre ambos países es imposible con Saakachvili, mal visto en Moscú y a quien Vladimir Putin, conocido por sus exabruptos, amenazó en un momento con colgar por las bolas.

Ivanichvili espera mantener buenas relaciones con Estados Unidos, aliado de Tiflis.

Si me preguntan, Estados Unidos o Rusia, respondo que necesitamos buenas relaciones con todo el mundo, dijo.

Según el analista Lawrence Sheets, del International Crisis Group, la decisión de Saakachvili de reconocer su derrota en una elección es un avance monumental en este pequeño país del Cáucaso que ha experimentado en el pasado muchos episodios violentos.

Se trata de un acontecimiento sin precedentes en una ex república soviética, excepto en los países bálticos, declaró Sheets a la Afp. Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) indicaron que estas elecciones constituyeron un paso importante para la democracia.

Por su lado, la Unión Europea indicó que desea seguir su cooperación estrecha con Georgia y seguir comprometido con Tiflis tanto en el plano de la asociación política como en el de la integración económica.

El primer ministro ruso, Dimitri Medvediev, fue uno de los primeros en el extranjero en saludar el martes la victoria de la oposición en Georgia: Habrá fuerzas más constructivas y más responsables en el parlamento, declaró, citado por la agencia rusa Ria-Novosti.

Tras el escrutinio de los votos en 35.16 por ciento de las oficinas de votación para los 77 escaños de 150 repartidos en la proporcional, el Sueño georgiano obtiene 53.15 por ciento de los votos contra 41.6 por ciento para el partido de Saakachvili, según la Comisión electoral.

La repartición de los escaños depende ahora de un sistema electoral mixto que da también 73 escaños al escrutinio mayoritario, por los cuales, según los primeros resultados parciales, el Sueño Georgiano encabeza en siete de las 10 circunscripciones en la capital Tiflis, un bastión tradicional de la oposición.

La participación fue de 61 por ciento, según cifras oficiales.

En la asamblea electa en 2008, el partido de Saakachvili tenía 119 escaños de un total de 150.

Estas elecciones legislativas son cruciales en la medida en que los cambios en la Constitución otorgarán más poder al Parlamento y al primer ministro y reducirán los del presidente en 2013, año que marcará el fin del segundo mandato de Saakashvili, quien no tiene derecho a presentarse a un tercer mandato presidencial.