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Felipe Calderón inauguró el espacio donado por el pintor al pueblo de México

La Tallera reabre sus puertas al arte público, como dispuso Siqueiros

El respaldo del gobierno a la cultura ha sido sin reservas, expresó en Cuernavaca

La restauración del inmueble incluye un centro de documentación, biblioteca y librería

Foto
Vista exterior de La Tallera, casa-estudio de Siqueiros en CuernavacaFoto Rubicela Morelos
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 21 de septiembre de 2012, p. 5

Cuernavaca, Mor., 20 de septiembre. El presidente Felipe Calderón aseguró que durante su gobierno la cultura y las artes se han respaldado y promovido sin reservas, y han tenido un lugar prioritario en el diseño de las políticas públicas.

Al inaugurar la sala de arte público La Tallera, luego de dos años de labores de restauración, el mandatario dijo que la cultura es el alma de nuestra nación. Hoy, más que nunca, hemos colocado a la cultura como parte del desarrollo humano integral que buscamos, que nos permita construir un México al que aspiramos; seguro, justo, democrático y próspero, dijo.

En el acto, realizado en lo que fue la casa-estudio del maestro David Alfaro Siqueiros durante los últimos años de su vida, Calderón hizo un breve recuento de lo realizado en los años recientes en esta materia, y aseguró que este esfuerzo ha posicionado a México como lo que es: una fuerza cultural que es orgullo para todos los mexicanos.

Explicó que en la restauración de la sala se fue más allá, pues se construyó un centro de documentación, una biblioteca –para conservar de mejor manera toda la información referente a Siqueiros–, una librería y una cafetería. En total, más de 46 millones de pesos entre los gobiernos federal y estatal, fueron invertidos en la rehabilitación de la casa-estudio.

Rescate de murales

Calderón se mostró complacido porque a partir de ahora este recinto no sólo resguarda la memoria de Siqueiros, sino también es un espacio para exhibir la obra de artistas contemporáneos. La Tallera confirmará la vocación turística y artística de Cuernavaca, no sólo como un lugar privilegiado por su clima, sino por su arte, dijo, acompañado por los titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP), José Ángel Córdova; del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, y el gobernador Marco Antonio Adame.

Córdova Villalobos, en su intervención, destacó que el 12 de diciembre 1973, justo 25 días antes de morir, Siqueiros expresó su deseo –mediante testamento público– de que este espacio y uno más que tenía en la colonia Polanco –actualmente la Sala de Arte Público Siqueiros–, en la ciudad de México, se preservaran y difundieran sus obras e ideas. Pero además, que fueran centros de estudio, análisis y de experimentación para el arte público por venir.

Junto a estos dos inmuebles, Siqueiros también donó al Estado mexicano una importante colección de obra de caballete, gráfica, dibujo, estudios y proyectos murales, así como su archivo personal y su biblioteca, señaló el titular de la SEP.

En 2010, como parte de las celebraciones del bicentenario, el CNCA, en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), propuso recuperar el papel cultural de La Tallera.

Sin embargo, de acuerdo con una ficha técnica de Presidencia, desde 2009, el INBA había iniciado la renovación de este espacio, mediante un concurso público de arquitectura. La propuesta de Frida Escobedo fue seleccionada. Con este proyecto se recuperó el sistema de poleas que utilizaba Siqueiros en el área expositiva, así como las bodegas subterráneas, manteniendo intacto el carácter industrial planteado por el muralista, al mismo tiempo que incorporó materiales característicos de Morelos en su estado más puro.

Por parte del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble se realizaron diversas restauraciones en los murales exteriores creados por Siqueiros en 1965, incluyendo la limpieza general, consolidación del estrato y la reintegración de la superficie pictórica; además, se aplicaron recubrimientos de protección, así como una película protectora compatible con los materiales utilizados por Siqueiros, con la cual, además de favorecer la conservación de los murales, se recuperaron los valores estéticos de los mismos.